IGNACIO MARCO-GARDOQUI-EL CORREO
El informe de competitividad regional elaborado por el Consejo General de Economistas nos reafirma en nuestras impresiones y nos desvela algunas cuestiones interesantes. En todos los indicadores analizados Madrid se posiciona en cabeza. No se trata solo de los aspectos fiscales, que suelen ser los que concitan una mayor atención mediática. También lo hace como la comunidad autónoma mejor posicionada de cara a la recuperación y para aprovechar los fondos europeos. Es decir, es la comunidad que mejor funciona y, en consecuencia, la que más talento atrae y mas inversiones capta.
Como ve, razones mas que de sobra para que todos los gobiernos autonómicos progresistas, apoyados en esto por el central, hayan llegado a la evidente conclusión de que resulta imprescindible el obligarle a cambiar su modelo, ya sea por lo civil o por lo militar. ¡Por favor, cómo vamos a consentir que, quien lo hace bien, lo siga haciendo bien! ¡Hasta ahí podríamos llegar! El estudio confirma que Madrid es la comunidad con una fiscalidad más atractiva, pero se equivocan quienes piensen que todo se debe a esa realidad. Tanto o más importante que el apartado de los impuestos es el hecho de que ofrece una sociedad abierta, acogedora, con pocos complejos y sin obsesiones identitarias de ningún tipo. En la que no se preguntan constantemente quiénes son y de dónde vienen, sino que les preocupa mucho más hacia dónde van.
La prueba de ello la encuentra si da la vuelta a la lista. Resulta que en el último lugar, ¡el último!, encontrará a Cataluña, en donde a base de un gran esfuerzo y una enorme dedicación, quienes aseguran amarla más que a nadie han conseguido deslucir lo que un día fue un emporio de riqueza y modernidad, además de un faro de cultura. Ya sabe, se empieza asegurando sin pruebas que otros te roban y se termina acosando a un niño de cinco años que, en pleno desvarío, pretende algo tan fuera de la realidad como que se cumpla la ley que le permite estudiar en español en España. En esto estoy muy de acuerdo con el Govern de Aragonès que habla y con el Gobierno de Sánchez que calla y otorga: hay que poner pie en pared. ¿Se imagina que todo el mundo en Cataluña empezase a exigir algo tan extravagante como que se cumpla la ley?
¿Qué pedirían después?
Como todo es culpa de la capitalidad de Madrid y de las malas artes de Isabel Ayuso, que desconoce lo que les conviene a los madrileños, no queda otra que echarle a Felipe II de El Escorial y a ella de la Puerta del Sol. Yo empezaría por lo primero; lo segundo, y no sé por qué, me parece más complicado…