‘He sacrificado mi vida por defender a mi patria. Me indigna que me acusen de colaborar con ETA’

EL CONFIDENCIAL, 20/7/2011

“He sacrificado mi vida y la de mi familia por defender a mi patria (…) Me indigna que me acusen de colaborar con ETA, a la que tanto daño he hecho (…) Debo ser el mejor agente doble de la historia reciente”. Las afirmaciones son del comisario Enrique Pamies, jefe superior del País Vasco, el único de los tres acusados del ‘caso Faisán’ que declaró el lunes ante el juez Pablo Ruz, que les informó de su procesamiento.

El exdirector de la Policía, Víctor García Hidalgo, y el inspector José María Ballesteros, se limitaron a manifestar su desacuerdo con su procesamiento.

Enrique Pamies declaró durante doce minutos, los que tardó en leer los doce folios que llevaba escritos. El jefe de Policía del País Vasco hizo un alegato de su trayectoria profesional para demostrar su inocencia. Fue una declaración emocionada e indignada a un tiempo, según uno de los letrados presentes en la misma, en la que se permitió interrogar al propio magistrado sobre algunos extremos de la instrucción.

“Soy un policía que me he pasado 29 años luchando contra una organización terrorista (…) He acudido a muchos entierros de compañeros y amigos, he perdido parte de mi salud por estar sometido a una tensión tal, que solo quien la ha soportado en los años más duros de violencia terrorista puede entender. Puedo asegurarle que, cuando esta pesadilla acabe seguiré haciendo lo que he hecho hasta ahora”.

La exposición no estuvo exenta de algunas puyas al magistrado por la instrucción del caso. “Con el máximo respeto que me merece una resolución judicial del alcance de la que usted ha dictado, sintiendo una indignación que me cuesta contener, quiero decirle que no voy a desanimarme. No estoy de acuerdo con el auto de procesamiento, ya que soy inocente”, manifestó al inicio de su intervención, para calificar a continuación de “error jurídico y moral” que el magistrado haya asumido como cierto las investigaciones del equipo investigador.

«Ansias de triunfo de un grupo de funcionarios»

Pamies aseguró que las investigaciones han cubierto como mucho un 30% de las posibilidades de lo que pudo ocurrir en 4 de mayo de 2006 en el bar Faisán de Irún, lo que impedirá que se conozcan los hechos tal y como realmente se produjeron y a sus autores. El que pese a ello el juez ha llegado al convencimiento de que él y los dos otros dos procesados son los autores de la filtración se debe, según el jefe de Policía del País Vasco, “a intereses políticos y mediáticos”.

El procesado descalificó, como ya hizo su abogado en el recurso contra el auto de procesamiento, la labor del equipo policial que le acusa (…), y en especial a su responsable, el inspector Carlos Germán. Él es un policía operativo y éste uno “que se dedica a labores de gestión”.

De hecho, considera que la “Operación Urogallo” contra la red de extorsión de ETA que operaba desde el bar Faisán fue precipitada y que debía haberse demorado algún tiempo, “pero las ansias de triunfo de un grupo de funcionarios, y una pésima dirección, hizo que esa operación se adelantase, con unos resultados que, sin desmerecerlos, podrían haber sido realmente efectivos. En definitiva, lo que los operativos hacíamos lo estropeaban los burócratas”.

Carlos Germán, el principal objetivo de sus irás, fue durante años miembro de la Unidad Central de Inteligencia (UCI) de la Comisaría General de Información, y como tal encargado de análisis de inteligencia. Los secuestros express de ETA o la financiación de la banda a través de las herriko tabernas son algunas de las causas en las que intervino. La investigación sobre el Faisán le fue encargada por Jesús de la Morena, comisario general de Información hasta 2004.

Enrique Pamies reiteró que no puede identificar al confidente con el que iba a entrevistarse la mañana del 4 de mayo en el sur de Francia (su coartada) porque si lo hiciera peligraría su vida. Y puso un ejemplo. “Solo por plantear una posibilidad muy hipotética. ¿Y si yo ese día iba a entrar en España con mi colaborador cargado con explosivos o con armas y, por supuesto, con documentaciones falsas? Nunca lo haría con un coche oficial y mucho menos con mis documentos policiales, ya que puede, y solo digo puede, que mi colaborador se hubiese visto obligado a ir acompañado. Por favor, solo le ruego que lo piense durante unos instantes”.

“¿Puede decirme cuando y dónde he dicho yo eso? (…) ¿Quién puede asegurar que no lo hice? (…) ¿significa eso que este comisario intentaba eludir una investigación?” son algunas de las preguntas que dirigió al magistrado. Y sobre el cruce de llamadas que mantuvo con los otros procesados la noche previa a la filtración y esa misma jornada fue claro: “nadie puede saber de qué hablamos».