Florencio Domínguez, EL CORREO, 12/6/12
Bajo la dirección de un grupo de historiadores de trayectoria acreditada como Santiago de Pablo, José Luis de la Granja, Ludger Mees y Jesús Casquete, acaba de publicarse un documentado ‘Diccionario ilustrado de símbolos del nacionalismo vasco’ (Tecnos). En los próximos días otros dos historiadores de una prometedora generación emergente, Gaizka Fernández Soldevilla y Raúl López Romo, van a presentar otra obra del máximo interés: ‘Sangre, votos, manifestaciones: ETA y el nacionalismo vasco radical 1958-2011’ (Tecnos).
En obras como las citadas, la historiografía académica vasca afronta la investigación de las estructuras ideológicas o de los procesos que han hecho que la situación política de Euskadi sea hoy la que es.
Desde el campo del periodismo, haciendo una aportación a lo que se ha llamado la historia del presente, Ángeles Escrivá acaba de sacar ‘Maldito el país que necesita héroes’, libro al que tendrán que recurrir los profesionales de la Historia cuando tengan que reconstruir las circunstancias del final del terrorismo etarra.
Mientras la Historia académica requiere tiempo y reflexión para su elaboración, la pugna política cotidiana del País Vasco vive de lleno lo que se ha llamado la lucha por el relato sobre los años del terrorismo que busca determinar cuál va a ser la visión dominante en la sociedad sobre la trayectoria etarra.
El mundo de la izquierda abertzale es consciente de lo que supone esa batalla ideológica abierta y está volcando una gran cantidad de esfuerzos para tratar de ganarla. Saben que se juegan la justificación de la historia asesina de ETA y que se dilucida si la memoria colectiva que queda es la de las víctimas o la de los verdugos.
En los últimos días se ha suscitado una polémica por la intención del gobierno municipal de San Sebastián de subvencionar con 9.000 euros un documental sobre presos de ETA, uno de ellos quien fuera el máximo dirigente de la banda Mikel ‘Antza’. No es el primer documental sobre miembros de ETA que realizan los mismos equipos que están haciendo la película sobre ‘Antza’. Antes que ese hicieron otros sobre Mikel Goikoetxea, ‘Txapela’, asesinado por los GAL, y el antiguo miembro del ‘comando Vizcaya’ Alfonso Etxegarai, deportado en Santo Tomé.
En la izquierda abertzale durante los últimos meses se ha extendido la consigna de elaborar «fichas humanas» sobre los presos de ETA en diversos soportes, tanto en vídeo como en papel. Se trata de elaborar perfiles de los etarras que humanicen la figura de los terroristas.
Las descritas son algunas de las múltiples iniciativas en marcha para hacer una historia a la medida de sus intereses políticos, como están haciendo con motivo del 500 aniversario de la ocupación de Navarra por la Corona de Castilla.
Las instituciones hablan de la memoria, pero no parece que estén mostrando tanta agilidad como el mundo de ETA, ni movilizando los recursos suficientes para combatir el relato afín a la banda.
Florencio Domínguez, EL CORREO, 12/6/12