Historiadores contra «el absurdo y la propaganda»

EL MUNDO 12/12/13

· Los especialistas analizan el polémico simposio ‘España contra Cataluña’.

El mundo académico asiste alarmado ante el simposio España contra Cataluña–financiado por la Generalitat–, cuya tesis de partida, plasmada en el título, provoca una profunda indignación entre la mayoría de historiadores y docentes consultados por este diario por ser una «absoluta falsedad». Lo tachan de «alucinación propagandística» en pro del independentismo que ha sido trazada más por «ideólogos» y «políticos» que por profesionales con rigor científico.

LUIS ANTONIO RIBOT.

Miembro de la Real Academia de la Historia, es categórico al definir el título y el contenido del simposio: «Es una barbaridad» en la que se construye un relato «al servicio del independentismo». «Lo que más me molesta como historiador es que se manipule y se le ponga la etiqueta de científica, retorciéndola en su beneficio», dice el catedrático de Historia Moderna de la Uned. Para él, la tesis de que ha habido 300 años de agresiones a Cataluña es una «falsedad absoluta» que no se sostiene. Reconoce momentos «mejores o peores», como en toda relación, pero «como puede decir cualquier otra comunidad autónoma», y recalca que el congreso parte desde su inicio con una afirmación que ya es una «declaración de intenciones», «un eslabón más en una estrategia para dividir y avanzar hacia la independencia» utilizando el pasado sin ningún rigor.

FERNANDO GARCÍA DE CORTÁZAR.

Hablar de una España contra Cataluña es, en su opinión, «una burda maniobra del independentismo catalán», una «alucinación propagandística» y «un verdadero atentado a la Historia y al sentido común». El catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Deusto critica abiertamente que la organización del congreso utilice términos como opresión para definir los últimos tres siglos de convivencia. «Sólo personas muy elementales o fanatizadas pueden pensar que la región más desarrollada de España ha sido víctima durante 300 años de una especie de Estado colonial», subraya. Y añade: «Tras haber disfrutado de gobierno y parlamento propios, tras haber participado de la construcción de la historia en libertad de todos los españoles, el nacionalismo catalán proclama ahora la necesidad de abandonar una esclavitud que él mismo ha administrado. Tamaño absurdo nunca se dio en la Historia de España». El prestigioso docente desmiente la existencia de un agravio continuado y permanente a partir de 1714 y recuerda que el proteccionismo del Estado provocó el desarrollo industrial catalán «como en ninguna otra región» del país, al tener casi el monopolio del mercado colonial hasta 1898.

RICARDO GARCÍA CÁRCEL.

«Hemos caído en la trampa», advierte el catedrático de Historia Moderna de la Universidad Autónoma de Barcelona, «lo hemos convertido en un acto de reafirmación independentista cuando habría que contestar con el silencio y el desprecio», en alusión a su rigor. El profesor critica a los políticos y a los medios de comunicación por hacerse eco de un simposio donde se tergiversa la Historia y lamenta que se haya dado una «publicidad gratuita» a los organizadores que ni ellos mismos imaginaban. García Cárcel reconoce que el congreso es «surrealista» y que ya sólo el título es «inapropiado, históricamente indefendible, absurdo y acientífico». Pero no se sorprende porque conoce desde hace mucho las maniobras «manipuladoras» del nacionalismo, que se nutre de «pseudohistoriadores que montan un discurso al servicio de una causa». En este caso, la ruptura con el resto de España.

JUAN CARLOS LOSADA.

«El problema es que no son historiadores, son ideólogos que no buscan la razón, sino la propaganda». El doctor en Historia y premio extraordinario por la Universidad de Barcelona lamenta que se utilice la Historia para sembrar «discordia, malestar y engañar a la gente» con un congreso «con fines propagandísticos» donde «el rigor brilla por su ausencia». «Lo lamentable es que gente con cierto prestigio se preste a estos juegos», señala. Losada asegura que en los tres siglos que se analizan ha habido «muchos más beneficios que inconvenientes» para Cataluña y arremete contra la «distorsión» para legitimar políticas independentistas que parten de unos hechos en 1714 que han sido «manipulados» y donde se olvida que una oligarquía catalana se enfrentó entre sí para mantener el poder, mientras que al «pobre campesino» le importaba «bien poco» si mandaba un Borbón o un Austria.

JULIO GIL PECHARROMÁN.

Asegura que Cataluña ha padecido la represión en la misma medida que el resto de los españoles y recuerda que los catalanes han participado de «esas formas represivas». El profesor titular de Historia Contemporánea en la Uned pone un ejemplo: «Basta con repasar la nómina de ministros, gobernadores civiles, procuradores en Cortes o consejeros nacionales del Movimiento de la dictadura franquista nacidos en Cataluña». El historiador Gil Pecharromán considera que el simposio «podría parecer una broma si no tuviera un trasfondo goebbelsiano». «Cuando los historiadores actúan al servicio del poder, sea este cual sea, realizan un ejercicio profesional torticero. Y en este caso ello parece muy evidente. No hablamos de historiadores de la política, sino de historiadores políticos», remarca.

ALBERT BALCELLS.

El catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona está en la tesis contraria. Comparte el trasfondo del simposio, aunque también critica su título. Considera que el Estado «ha tratado de eliminar la lengua, la identidad cultural y el deseo democrático de autogobierno de los catalanes». «Es un hecho histórico demostrado», opina el también miembro del Institut d’Estudis Catalans. Sin embargo, cuestiona que el título elegido sea lo más «adecuado» para «un debate sereno y científico entre historiadores», porque «no hace más que dar más carne a la fiera del nacionalismo español más catalanófobo».

ASUNCIÓN DOMÉNECH.

La doctora en Historia Contemporánea no está de acuerdo en que se hable de 300 años de represión a Cataluña y, por tanto, afirma que el título del simposio es «desafortunado». Sin embargo, la barcelonesa prefiere esperar al desarrollo de las ponencias para valorar «hasta qué punto está instrumentalizado», aunque reconoce que a priori se parte «de una idea extrema del nacionalismo catalán frente al resto de España».

FÉLIX OVEJERO.

«La idea de un ser esencial impermeable al paso del tiempo en conflicto permanente con otro que no tiene otro interés que acabar con el primero es un puro delirio». El doctor en Ciencias Económicas y profesor de Economía, Ética y Ciencias Sociales en la Universidad de Barcelona opina que el congreso y sus ponencias no son más que «pura propaganda al servicio del odio», una circunstancia «constitutiva en todo nacionalismo», cuyo fin es «fabricar dos mentiras: la identidad esencial a través de los siglos y la exclusión de la comunidad».

ANDREU NAVARRA.

El investigador y autor del libro La región sospechosa. La dialéctica hispanocatalana entre 1875 y 1939 presenta un balance «claramente negativo» para Cataluña en el siglo XX, aunque apunta que con «una voluntad mutua de conocimiento se podría dar otro momento de concordia». Defiende que el simposio no da «el tema por zanjado», sino que «se limita a señalar que hay un conflicto» y «no justifica ninguna solución a priori».

EL MUNDO 12/12/13