EL MUNDO 04/02/13
· Destacados dirigentes de la Mesa Nacional de Batasuna formarán parte del Consejo Nacional de Sortu, el partido primero ilegal y después legalizado que celebrará su Congreso el próximo 23 de febrero. Todos ellos están acusados de terrorismo por la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
Entre ellos están Rufi Etxeberria, Joseba Permach, Pernando Barrena y Juan José Petrikorena, acusados formalmente por el Ministerio Público de pertenencia a organización terrorista y pendientes de juicio con peticiones de 10 o 12 años de cárcel.
Ya no hay rastro de los ciudadanos prácticamente anónimos que se hicieron pasar inicialmente como auspiciadores de Sortu. Muy probablemente, la nueva formación estará presidida por Asier Arraiz, también integrante en su día de la Mesa Nacional de Batasuna y para quien la Fiscalía pide, asimismo, 10 años de prisión por terrorismo. Hay dudas sobre si Arnaldo Otegi podría ser secretario general, dada su situación jurídica (continúa en prisión e inhabilitado). Habrá dos portavoces y los departamentos en los que se divide la dirección han sido bautizados con los inconfundibles nombres de «lucha de masas», «lucha institucional» y «lucha ideológica».
Son los pata negra de Batasuna, ya sin necesidad de usar testaferros, totalmente blanqueados, planteando un cierto desafío con las causas que tienen pendientes. No han sentido la necesidad de modificar la terminología tradicional de la izquierda abertzale -y la propia ETA-, a la que ahora atribuyen sólo un sentido energizante (un modo de simbolizar que no se van a apalancar pasivamente en sus cargos).
Sortu fue presentado públicamente en febrero de 2011 por Rufino Etxeberria y el abogado abertzale Iñigo Iruin. Para conseguir la legalización, los muñidores de la nueva formación hicieron verdaderos equilibrios. No condenaron a ETA ni los atentados de la banda, pero dejaron claro que sí rechazarían todas las violencias que se pudieran producir en el futuro, incluida la de la organización terrorista.
El cumplimiento de la Ley de Partidos exigía otros requisitos más técnicos por los cuales la nueva formación debía tener una estructura homologada al resto de las formaciones democráticas. Esto significaba, básicamente, que debía desaparecer la estructura prácticamente asamblearia que habían tenido todas las marcas abertzales herederas de Batasuna, que confluían en la denominada Mesa Nacional u organismo similar y que se hacían visibles mediante una Portavocía sin mayor jerarquía aparente.
Durante los últimos meses, Sortu se ha aplicado para modernizar esa estructura. Ha creado una Presidencia, una Secretaría General y un Consejo Nacional que constará primero de 21 miembros y que alcanzará los 24 cuando se cree Sortu en el País Vasco francés, donde la Batasuna gala, que siempre fue legal en el país vecino, se autodisolvió recientemente.
En Sortu habrá un responsable de internacional, de finanzas, de «lucha de masas» y de «lucha ideológica», y cinco representantes de cada herrialde: uno por cada provincia vasca, uno por Navarra y otro por los tres departamentos del País Vasco francés.
La gestación de Sortu tuvo lugar en medio de los contactos del Gobierno de Rodríguez Zapatero con la izquierda abertzale, cuyo fin era que ésta abjurase de la violencia y conseguir el cese definitivo del terrorismo. Sin embargo, y a pesar de que los radicales ya lo daban por hecho, el Tribunal Supremo consideró que las manifestaciones en contra de la violencia que sus representantes habían realizado en la presentación de la marca eran insuficientes, i1nsinceras, calculadas e instrumentales, destinadas sólo a conseguir el regreso a las instituciones. En realidad, Sortu sólo se comprometía a rechazar la violencia futura y sus impulsores defendían la estrategia de la izquierda abertzale como la que les había permitido estar donde estaban. Así que el Supremo dejó sin efectos la inscripción de esta formación en el registro del Ministerio del Interior.
Sin embargo, el 20 de junio de 2012, ocho meses después del anuncio del cese definitivo de los atentados, no pareció que hicieran falta ya mayores requerimientos y el Tribunal Constitucional revocó la decisión del Supremo.
ASIER ARRAIZ
Presidente y acusado
En la Presidencia estará Asier Arraiz, de 39 años, ex coordinador de la Mesa Nacional de la ilegalizada Batasuna en Álava. Ascendió en la estructura radical como consecuencia de los sucesivos descabezamientos de la izquierda ‘ abertzale’ , aunque los más veteranos le consideran una persona «lista» y «con habilidad para llegar a pactos». Fue arrestado en la operación de Segura en la que cayeron los dirigentes que estaban intentando revitalizar Batasuna. Salió en libertad en 2010, tras pagar una fianza y con la prohibición expresa de participar en actos políticos que pretendieran reeditar la formación ilegalizada. La Fiscalía le pide 10 años de cárcel por pertenecer a un grupo terrorista. El pasado mes de marzo, en una rueda de prensa en la que la izquierda ‘abertzale’ pidió la disolución de la Cámara vasca, un redactor de este periódico preguntó por qué no pedía la disolución de ETA en lugar de pedir la del Parlamento. Terminado el acto, Arraiz se acercó al periodista para decirle al oído: «¿Estás faltándonos al respeto?».
BARRENA Y PETRIKORENA
Disculpas calculadas
Uno de los dos portavoces del Consejo Nacional de Sortu será Pernando Barrena, miembro navarro de la dirección de HB, EH y Batasuna. Fue concejal de Berriozar, y su primera detención se remonta a 1985, acusado de pertenecer a un grupo de información de ETA. Su segunda detención se produjo en 2006, por inducir a los desordenes públicos y a las coacciones durante una huelga general. Quedó libre con 200.000 euros de fianza. En 2008 pasó dos años en prisión después de que Garzón le atribuyese integración en grupo terrorista en el sumario contra ANV y PCTV. El fiscal le pide 10 años de cárcel. Recientemente, realizó unas manifestaciones muy calculadas en las que pidió disculpas por «haber podido causar daño añadido o sentimientos de humillación a las víctimas»; «nos faltó sensibilidad», dijo, antes de subrayar situándose en la distancia: «Lo sentimos mucho, lo sentimos mucho y verdaderamente nunca fue nuestra intención».
Por su parte, Juan José Petrikorena será el responsable del departamento de prensa y comunicación.
PERMACH Y ETXEBERRIA
«Conflicto» y «lucha»
Rufi Etxeberria y Joseba Permach ocuparán -no necesariamente por ese orden- los departamentos de «resolución del conflicto» y «lucha institucional». Etxeberria, a quien se atribuye la tesis sobre la «socialización del sufrimiento» en la década de los 90, señaló al día siguiente de la presentación de Sortu que ETA había marcado el camino para la solución y había que seguirlo. En diciembre insistió en su postura: «Nosotros no renegamos de nuestro pasado; lo que sí hacemos es una valoración autocrítica».
Respecto a Permach, también es todo un clásico. Empezó de concejal en San Sebastián en 1992 y seguía de parlamentario vasco en 2005 por la marca Sozialista Abertzaleak. «A Ordóñez no le mataron por concejal, sino por la ideología que tenía y por militar en el partido en el que militaba», precisó respecto al asesinato de Gregorio Ordóñez, con el que compartía plenos en San Sebastián. A Permach y Etxeberria les une otra cosa: el fiscal les pide 12 años de cárcel por terrorismo en el sumario de las ‘herriko-tabernas’.
EL MUNDO 04/02/13