EL MUNDO 23/02/13
· La izquierda ‘abertzale’ homenajea por primer vez a víctimas de ETA en el Parlamento vasco.
Dos ofrendas florales recordaron ayer en Vitoria el asesinato hace 13 años del ex dirigente socialista y ex vicelehendakari del Gobierno vasco, Fernando Buesa, y de su escolta, el ertzaina Jorge Díez Elorza. La primera, a las 11.30 horas, había sido convocada por el Parlamento vasco; la segunda, media hora más tarde en el lugar del atentado, por las familias de los dos asesinados.
La izquierda abertzale asistió al acto de la Cámara, a través de su grupo parlamentario EH Bildu, pero no fue al otro para «no incomodar» a la familia Díez Elorza, que había rechazado su presencia. Sí acudieron a éste último los también miembros de la coalición, EA, Alternativa y Aralar, que siempre han condenado el terrorismo de ETA.
Aunque los dos actos se desarrollaron en silencio, sin declaraciones, EH Bildu había puesto previamente en valor su participación en el homenaje institucional. Y Maribi Ugarteburu, portavoz de la izquierda abertzale, lo definió en Radio Euskadi como «otro paso positivo más» [desde la desvinculación de la violencia]. Era la primera vez que su formación asistía en la Cámara a un acto en favor de las víctimas de ETA.
La familia Buesa, aun valorándolo como un «gesto puntual», viene reclamando en los actos de aniversario un «cambio sustancial» en el discurso de la izquierda aberztale, y que ésta asuma, junto al reconocimiento del daño causado, su «responsabilidad» en el pasado criminal de ETA.
«Más allá de los gestos individuales, queremos ver que se hace autocrítica y un reconocimiento público de que lo que se hizo estuvo mal, porque es el único elemento para deslegitimar claramente la violencia», aseguró a EL MUNDO Sara Buesa, hija del socialista desaparecido y portavoz de la familia, tras el acto en los jardines donde murió su padre.
Buesa denunció la «ambigüedad» de la izquierda abertzale y reclamó «una postura firme, oficial y pública» que permita discernir si en su posición «hay sólo retórica o un convencimiento ético».
Mantuvo que hay que reconocer a «todas» las víctimas de vulneraciones de derechos humanos, pero advirtió del falaz discurso de igualar a los damnificados en un intento de «difuminar la responsabilidad». «Casi 1.000 personas fueron asesinadas aquí para tratar de imponer un proyecto político totalitario y excluyente, y un sector importante de la población lo apoyó o lo toleró», recordó.
Cuando EH Bildu anunció el jueves su presencia en el homenaje, señaló que su objetivo era avanzar en «el reconocimiento de todas las víctitimas y todos los sufrimientos».
La ofrenda floral en el Parlamento apenas duró unos minutos, con el foco puesto en la izquierda abertzale representada por sólo dos de sus 11 parlamentarios: Laura Mintegi y Belén Arrondo. No fue un acto unitario. UPyD, que sí acudió al homenaje familiar, se ausentó por considerar que estaba promovido para «acomodar y blanquear a EH Bildu». Se refería a la decisión de la Junta de Portavoces de organizar la ofrenda, no celebrada otros años, ante el deseo expresado por Mintegi de participar en el homenaje de los allegados, que chocaba con la oposición de la familia de Díez Elorza, para quien resultaba un «auténtico cinismo».
Media hora después, junto al monolito donde explotó la bomba de ETA, los tres hijos de Fernando Buesa y la madre y la hermana de Jorge Díez recibieron el apoyo y la solidaridad de decenas de personas -en su mayoría políticos de todos los partidos-, que acudieron con rosas rojas y dejaron velas encendidas mientras sonaba una canción de Imanol basada en un soneto de Lope de Vega.
EL MUNDO 23/02/13