IGNACIO CAMACHO-ABC

  • Las encuestas de Tezanos son bulos demoscópicos, vaticinios sesgados y fantasiosos con la credibilidad de un horóscopo

Tal vez haya llegado el momento de que los medios, al menos los que persiguen un cierto rigor en los contenidos, dejen de publicar las encuestas de Tezanos por la misma razón que no se avienen a divulgar bulos. (Inciso: no es un bulo la cita previa en la Seguridad Social, señor Escrivá, como no lo fue la tesis copiada de Sánchez, ni la inexistencia de los comités de expertos en Covid, ni el fraude de los ERE, ni las candidaturas de etarras, ni tantas otras noticias oficialmente negadas hasta que la realidad impuso su evidencia palmaria. Fin de la digresión). O si han de aparecer, que sea en las páginas de pasatiempos, al lado del horóscopo, o en las de deportes junto al pronóstico de las quinielas, porque de eso se trata al fin y al cabo: no son sondeos electorales en sentido estricto sino meras apuestas, ‘porras’ desiderativas sin la menor fiabilidad sociológica ni credibilidad técnica. Y al igual que las teorías conspiranoicas o las conjeturas esotéricas, no deberían gozar de atención preferente en la prensa que pretenda tenerse por seria.

Porque eso es justo lo que persigue el CIS sanchista, que sus cálculos trucados reciban el mismo trato informativo que los que con mejor o peor fortuna pero con métodos honestos intentan pulsar el estado de opinión pública ante determinados acontecimientos políticos. Que sus estrambóticos vaticinios repetidamente fallidos se invistan de la presunción de objetividad de un estudio científico. Que sus proyecciones fantasiosas, torcidas, cargadas de sesgo, alcancen un rango de influencia y de crédito similar a los de otros trabajos profesionales que se han ganado una cuota razonable de respeto. Tezanos, para quien el PSOE siempre va ganando hasta que llega el recuento, no siente ninguna vergüenza por sus contumaces desaciertos porque su única misión es la de generar un estado de ánimo proclive a los intereses del Gobierno. Y se aplica al encargo con la fidelidad pretoriana de un prosélito.

Por eso le da igual ser el único que otorga cuatro puntos y medio de ventaja a Sánchez en el voto agregado de las municipales. El presidente va a perder por un mínimo de dos puntos, quizá más, y ambos, el líder y su adlátere, lo saben, pero el instituto gubernamental intoxica a ver si consigue inducir un efecto de arrastre capaz de estrechar siquiera un poco ese margen desfavorable. Seis veces, seis, lo ha hecho desde 2020 con un sonrojante balance de cinco fracasos que le hubieran costado el puesto en cualquier empresa del sector privado. Esa creación de una ‘posverdad’ demoscópica, puro infundio propagandístico, ha malversado el prestigio del CIS y costará años recuperarlo porque su sectarismo sistemático le ha granjeado la desconfianza de la mayoría de los ciudadanos. Otra muesca más en el inventario destructivo de un mandato que ha convertido en un páramo la estructura institucional del Estado.