El lehendakari reiteró hoy que convocará un referéndum para ratificar su propuesta, ahora o después de «buscar» las mayorías necesarias en las próximas elecciones autonómicas. Patxi López denunció que «PNV y EA tengan ya hasta fecha pactada para celebrar el referéndum, sin buscar el consenso, sin capacidad legal para ello y sin legitimidad».
El lehendakari abrió hoy el pleno del Parlamento Vasco que va a votar el denominado Plan Ibarretxe, con una intervención en la que sostuvo que la «esencia de la democracia y la clave de la solución es el derecho de la sociedad vasca a decidir su propio futuro».
Ante la probabilidad de que el Parlamento rechace hoy su propuesta, ya que no tiene la mayoría absoluta necesaria, Ibarretxe dijo que «la mayoría del pueblo no va a olvidar que el ‘tripartito’ PP, PSOE y Batasuna, niegue el derecho a decidir».
El lehendakari argumentó que ha llegado «la hora de la verdad» para que el Parlamento Vasco vote su propuesta y para que «antes que tarde la vote el conjunto de la sociedad vasca», una propuesta formulada, argumentó, porque «no estamos dispuestos a aceptar que se mantenga la situación de violencia y de bloqueo político».
Ibarretxe se centró en que la celebración de una «consulta democrática» sobre el marco jurídico-político del País Vasco es el sustento de la «solución» a la normalización política y la pacificación.
«Vamos a darle la palabra al pueblo para que decida», porque «nadie va a decidir nuestro futuro por nosotros», sentenció.
Tras afirmar que el debate político abierto «no tiene vuelta atrás», el lehendakari explicó que en el debate de hoy va a quedar claro «quién quiere habilitar el camino para que la sociedad vasca decida y quien no», en referencia explícita a la oposición.
A ésta, que denominó como «bloque constitucional-abertzale», reprochó que se oponga a su propuesta, unos porque «defienden la unidad de España y otros porque defienden la independencia de Euskadi».
Ibarretxe provocó los murmullos entre los escaños de la oposición cuando dijo que era paradójico que «populares» y socialistas «se apoyen en los votos de Batasuna para defender la unidad de España, y Batasuna en los del PP y del PSE-EE para defender la independencia de Euskadi».
Fue crítico con la ilegalizada Batasuna porque «es incomprensible que alguien que se diga abertzale niegue la palabra al pueblo», después de considerar normal que el PP «niegue la existencia del pueblo vasco» y que el PSE-EE «tampoco acepte que la sociedad vasca tenga capacidad de decidir su futuro».
Sostuvo que el debate y las votaciones de hoy no son «ni el comienzo ni el final de nada, pase lo que pase», porque el proceso terminará con la votación de ésta u otra propuesta sobre un nuevo estatuto en una consulta popular.
Reconoció y «aceptó» que en estos momentos no tiene los 38 votos que establece el Estatuto de autonomía para promover su reforma, y anunció que en el caso de que no sea aprobado hoy su Plan «legítimamente buscaremos la mayoría democrática del país para llevar adelante» esta iniciativa en las elecciones autonómicas del próximo año.
Ibarretxe se refirió poco al contenido de la propuesta que, dijo, se basa en los derechos históricos recogidos en los textos constitucionales y en la voluntad de los vascos hoy.
Explicó que con su Plan «no estamos proponiendo un proyecto para romper con España», sino de convivencia «amable», desde la premisa de que «Euskadi no es parte subordinada del Estado español» y de que «sólo hay una fórmula de poder compartir un proyecto de Estado: si así lo decidimos». Esta propuesta «no ofrece el puño, ofrece la mano», concluyó.
En busca de consenso
Por su parte, el secretario general del PSE-EE, Patxi López, ha pedido la devolución del Plan Ibarretxe porque «rompe el pacto estatutario» y asegura que «los socialistas también queremos una consulta, pero después de que seamos capaces de ponernos de acuerdo» sobre la reforma del Estatuto.
López recordó que el Estatuto de Gernika se refrendó como marco de autogobierno por un 80 por ciento de la ciudadanía vasca y acusó al tripartito PNV-EA-IU de «querer sustituir el pacto por una mayoría de 38 parlamentarios».
El dirigente socialista aclaró que el PSE-EE también quiere una consulta, pero denunció que «PNV y EA tengan ya hasta fecha pactada para celebrar un referéndum sin buscar el consenso, sin capacidad legal para ello y sin legitimidad».
López insistió en que la consulta debe ser consecuencia de un acuerdo y se debe producir en marcos legales. «La democracia es respeto a la legalidad, las leyes se cumplen siempre, consulta sí pero de esta manera», incidió.
López enumeró una a una las ocho falsedades que, a su juicio, esconde el denominado Plan Ibarretxe, y advirtió de que «de salir adelante, acarrearía serias repercusiones para el futuro político, económico y social del país».
«Este plan es independentista, etnicista, antidemocrático, contrario a la legalidad y ajeno al consenso, es irreformable, por tanto, sólo merece una enmienda a la totalidad», señaló.
En este sentido, defendió una alternativa basada «en el reconocimiento del derecho de ciudadanía, desde el mantenimiento y la consolidación del pacto entre vascos que dio origen al Estatuto, desde el diálogo y el espíritu de consenso entre las fuerzas políticas».
«Los socialistas planteamos una reforma del Estatuto para mejorarlo y no para abandonarlo, para resolver los últimos problemas pendientes para su pleno desarrollo, para potenciar nuestra capacidad de autogobierno, así como nuestro protagonismo político en la construcción de España y Europa», señaló López.
Desde el tripartito, Joseba Egibar (PNV) acusó al PSE-EE de utilizar un discurso «atemporal» que vale lo mismo «para campaña electoral, que para inaugurar una Casa del Pueblo», y lamentó que los socialistas no admitan un sujeto de derechos «que no sea el pueblo español». «Admiten los sentimientos de pertenencia a la realidad vasca pero no el que pueda haber vascos y simplemente vascos, no entienden que pudiendo ser españoles, que es lo mejor que te puede pasar en la vida, no lo queramos ser», ironizó.
Rafael Larreina (EA) acusó a López de pretender perpetuar la existencia de dos categorías de ciudadanos. «Identifican ciudadanía con nacionalidad española y niegan la nacionalidad vasca; ahí sí que hay exclusión y limitación de derechos», por tanto «si es tan demócrata, respete el derecho de una parte significativa de la sociedad vasca, bastante significativa si nos atenemos a la representación en esta cámara», exigió.
Oscar Matute (EB) reprochó a los socialistas que mantengan posturas diferentes en Catalunya y en Euskadi a la hora de debatir la reforma de los estatutos, y dijo que la postura de EB de apoyar el Plan Ibarretxe a pesar de tener su propia alternativa «es coherente con apoyar que se siga el debate entorno al nuevo estatuto político».
Sistema de votación
La votación del Plan Ibarretxe en el Parlamento Vasco será hoy a viva voz, sin usar la electrónica, tras pedirlo al inicio del pleno los grupos del PP y del PSE y decidirlo el presidente de la Cámara, Juan María Atutxa.
Así, cuando termine del debate, que se calcula durará unas siete u ocho horas, los parlamentarios dirán sí, no o abstención. Con ello, PP y PSE quieren evitar fallos como el ocurrido hace dos días que permitió la aprobación de los presupuestos vascos al no votar una parlamentaria socialista.
Nada más comenzar el pleno, el portavoz del PSE-EE, Rodolfo Ares, pidió una votación distinta a la electrónica, a la vez que criticó a Atutxa por su actitud de hace dos días, y dejó a la opinión de la presidencia que fijara la fórmula concreta para votar.
El portavoz del PP, Leopoldo Barreda, solicitó la votación nominal por llamamiento a cada uno de los parlamentarios, recogida en el artículo 76 del Reglamento de la Cámara.
Atutxa mantuvo una breve discusión con ambos, sobre quién tenía la facultad de proponer el sistema de votación, y tras ella, el presidente propuso que se votara viva voz, lo que fue aceptado por PP y PSE.
El tripartito también aceptó el sistema de votación, aunque Joseba Egibar aprovechó para señalar que «el sistema de votación no había fallado nunca», mientras que Rafael Larreina (EA), apostilló que su grupo «sí sabe votar».
LA VANGUARDIA, 30/12/2004 (16 horas)