El lehendakari, papeleta en mano, anuncia que preguntará a la sociedad vasca sobre el «final dialogado de la violencia» si ETA manifiesta con claridad su voluntad de dejar las armas, y sobre el «derecho a decidir». Las formulaciones podrían abrir la puerta al apoyo del grupo parlamentario de EHAK, respaldo imprescindible para que la iniciativa legislativa sea aprobada.
El lehendakari Juan José Ibarretxe, arropado por los once consejeros de su gabinete, desveló ayer la papeleta -la exhibió plastificada en su mano- con las dos preguntas que incluye el proyecto de la Ley de Consultas. Dos preguntas que, según las previsiones de su ‘hoja de ruta’, serían sometidas a votación en la sociedad vasca el 25 de octubre. Ibarretxe, a pesar de que el líder del PNV, Iñigo Urkullu, había anunciado lo contrario, excluye finalmente del enunciado de la pregunta ética el rechazo explícito a ETA. En cambio, plantea preguntar a los ciudadanos sobre su apoyo a «un final dialogado de la violencia» si ETA manifiesta con claridad su voluntad de dejar las armas. Esta decisión del lehendakari podría abrir la puerta a un eventual apoyo del grupo parlamentario de EHAK, respaldo imprescindible para que la iniciativa legislativa sea aprobada.
En una solemne comparecencia pública en Ajuria Enea, Ibarretxe informó de la aprobación del proyecto y dio a conocer las dos preguntas que plantea para la consulta. Mostró varias veces la papeleta, de color verde y blanca, y redactada en euskera y castellano, que presumiblemente se utilizará en la consulta, si finalmente se celebra. Dos casillas en blanco para que los ciudadanos respondan con un ‘sí’ o un ‘no’ completan la papeleta.
Tras indicar que la consulta no tendrá vinculación jurídica, «pero sí plena vinculación política y democrática», aseguró que es «un proyecto que se presenta con todas las garantías; es absolutamente legítimo, legal y democrático». A renglón seguido pidió a los ciudadanos vascos que «dediquen 45 segundos a leer dos simples preguntas y que decidan a continuación qué deben hacer y cómo deben obrar. ¡No dejes que nadie decida por ti!», enfatizó.
EHAK mantiene por el momento un mutismo absoluto porque, según fuentes cercanas a esta formación, tiene que analizar «con lupa» el proyecto. El grupo parlamentario de la izquierda abertzale esperará para realizar este análisis y dar a conocer su posición, ya que el contenido íntegro del texto no se hará público hasta hoy, una vez que haya sido registrado formalmente en el Parlamento Vasco.
PSE y PP han mostrado reiteradamente su frontal oposición a la propuesta de consulta y han anunciado con claridad que votarán en contra de la misma en el pleno del Parlamento Vasco que tendrá lugar el próximo 27 de junio. La posición contraria de socialistas y populares -suman 33 escaños, los mismos que el tripartito y Aralar- hace que la única posibilidad de que el proyecto salga adelante pase por el apoyo de, al menos, un parlamentario de EHAK. Los portavoces de esta formación dijeron la pasada semana que su voto dependería del contenido de las preguntas.
«Desaparición»
El lehendakari justificó la decisión de incluir como pregunta el «final dialogado» como vía para «poner a ETA en su sitio, exigiéndole que abandone la violencia de una vez y para siempre» en los términos contenidos en el Pacto de Ajuria Enea y la resolución del Congreso de 2005. En este sentido, añadió que «el rechazo más contundente y efectivo a ETA y la violencia es exigir su desaparición». Sin embargo, esta exigencia no aparece luego en ninguna de las preguntas planteadas.
En cuanto a la segunda pregunta, que versa sobre el apoyo a un acuerdo entre los partidos en torno al «derecho a decidir» y su ratificación en referéndum antes de 2010, Ibarretxe explicó que con ella pretenden «desbloquear la situación política» emplazando a los partidos a un pacto. Con anterioridad, Ibarretxe había acusado a Rodríguez Zapatero de ser «un muro que bloquea permanentemente la situación política del país».
En su intervención ante los periodistas, Ibarretxe defendió el reconocimiento del «derecho a decidir» en todos los ámbitos. «Porque tenemos que poder decidir vivir juntos. Si no hay libertad para decidir, la convivencia no es libre, es impuesta, convivir y decidir son dos conceptos inseparables». «Porque queremos ejercitar el derecho a decidir para mejorar el bienestar de la sociedad vasca, el bienestar de todos y cada uno de los hombres y mujeres que vivimos hoy en este país, piensen como piensen, voten a quien voten», concluyó.
Optimismo
Ibarretxe se mostró optimista sobre el futuro de la iniciativa. Expresó su convicción de que el proyecto recibirá el respaldo de una «abrumadora mayoría» porque, a su juicio, sería incomprensible que algún parlamentario se niegue a «dar la palabra al pueblo». De esta manera, el lehendakari obvió en su intervención la frontal oposición de PSE y PP a su propuesta, y el hecho de que la única posibilidad de que la misma salga adelante en la Cámara vasca depende de los votos de EHAK. Con esta postura, el lehendakari eludió aclarar cuál será su respuesta en el caso de que la propuesta decaiga en el pleno del Parlamento Vasco que tendrá lugar el próximo 27 de junio. Y tampoco aclaró cuál será su respuesta si los tribunales de justicia prohíben su celebración, después de que el Gobierno haya anunciado su intención de recurrir la ley ante el Constitucional.
En relación a la posible interferencia de ETA en el proceso, ha afirmado que «ETA y su violencia lo que hacen es manifestar de manera clara que necesitamos contestar conjunta y enérgicamente ante su violencia y que los partidos tenemos que hacer política. En definitiva, exista o no exista ETA, los partidos políticos tenemos que alcanzar acuerdos, y alcancemos o no acuerdos, la violencia de ETA tiene que desaparecer».
EL DIARIO VASCO, 29/5/2008