ABC 25/11/16
· El encaje de Cataluña en España fue el tema principal de una reunión «cordial». La presidenta andaluza defendió una reforma «urgente» de la Constitución siguiendo la declaración de Granada
La escenificación fue muy cuidada. Miquel Iceta viajó ayer hasta Sevilla para reconocer la autoridad de Susana Díaz y darle el espaldarazo definitivo para su carrera hacia la Secretaría Federal del PSOE. Eso sí, en ningún momento pronunció esas palabras explícitamente e insistió en la neutralidad del PSC como partido. Pero se le entendió a la perfección.
Iceta trató a Susana Díaz como la auténtica líder del PSOE, aunque negó que hablaran de primarias, congreso y liderazgos La presidenta de la Junta de Andalucía apuntó a la necesidad de «revisar» las asimetrías entre la relación entre PSOE y PSC
El primer secretario del PSC llegó a decir que debatieron «la mejor manera de tejer una relación federal con el PSC», olvidando que había acudido a visitar a la Secretaria General del PSOE andaluz. Al menos por el momento.
Miquel Iceta afirmó que se iba «muy contento de Sevilla» porque piensa que se han avanzado muchas cosas y desveló que habían hablado ampliamente del encaje de Cataluña en España. En este sentido, destacó que «nadie como los socialistas estamos en condiciones de encontrar soluciones» y se ha referido a la «propuesta muy trabajada» que se incluye en la llamada declaración de Granada, que el Congreso Federal del PSOE aprobó en 2013 y que es el modelo que siempre ha defendido Susana Díaz.
Para que no quede ninguna duda, Iceta se refirió hasta en tres ocasiones a este documento político «se encuentran los elementos centrales de una solución razonable a un conflicto territorial. Tiene unos contenidos muy concretos y precisos y que están escritos». El líder de los socialistas catalanes se refirió, igualmente, a la «gran voluntad de unir» que tiene la presidenta andaluza.
De todos modos la reunión no fue un paseo militar para Susana Díaz. También la lideresa andaluza tuvo que dar su brazo a torcer. Un ejemplo muy gráfico fue el hecho de que compareciera ante los medios tras la reunión, lo que no suele ser habitual en ella.
Susana Díaz destacó que la reunión ha sido «franca, sincera y cordial. Muy cordial y muy positiva». Asimismo, se mostró dispuesta a «fortalecer los proyectos que compartimos» y ha abogado «por una reforma constitucional urgente siguiendo el modelo que los socialistas nos dimos en Granada». Uno de los aspectos que ambos han hablado en este encuentro ha sido las relaciones entre el PSOE y el PSC. Iceta reconoció que ha habido «duras discrepancias», al tiempo que se refirió a la voluntad de ambos de llegar a acuerdos y de «unir» lo que se ha deteriorado gravemente.
Hubo un detalle muy revelador. El primer secretario del PSC afirmó que Susana Díaz le hizo un «reproche» porque los diputados catalanes votaran en contra en la sesión de investidura de Rajoy, pese a que habían participado en el Comité Federal que había decidido la abstención.
Papel institucional
Susana Díaz y Miquel Iceta también hablaron de la importancia que tiene la negociación del nuevo sistema de financiación autonómica y de la Conferencia de Presidentes, así como la estrategia a desplegar en la misma.
Pero la visita de Iceta tiene otra lectura muy relevante para los intereses futuros de Susana Díaz, ya que supone un apoyo explícito a la lideresa andaluza. Un apoyo relevante porque Iceta se había convertido en uno de los principales apoyos de Pedro Sánchez. Pero eso ya es pasado. Por eso Iceta se subió a un avión y se plantó en Sevilla a la primera insinuación de la presidenta andaluza. Otro detalle: Iceta organizó solo el viaje, cogió un taxi desde el aeropuerto de Sevilla hasta la sede del PSOE en la calle San Vicente e incluso gestionó personalmente su alojamiento en la capital hispalense.
Las dos horas y media de reunión que ambos compartieron se interpretan en clave de la recuperación de unas relaciones rotas desde que Pedro Sánchez llegó a la Secretaría Federal y encontró en Iceta uno de los principales apoyos.
Para Susana Díaz esta reunión era crucial. Durante todo el día su equipo y ella misma mantuvieron la tensión con la prensa ocultando el lugar y la hora del encuentro. Por el contrario, desde el PSC se confirmaba con relativa tranquilidad que la cita iba a producirse en la sede regional de los socialistas en Sevilla. Con este encuentro, la lideresa andaluza se convierte en la principal protagonista de la unión de las distintas facciones en que ha quedado descompuesto el PSOE tras la debacle del Comité Federal del 1 de octubre y la sesión de investidura a Rajoy.
Susana Díaz confía en convertirse en la artífice de la unión con el PSC, ese «partido hermano» con el que se van a recomponer las relaciones que se cimentaron en un acuerdo de hace 38 años y que ahora se están revisando. Ha habido crisis, diferencias, pero la sangre no ha llegado al río. O eso quiere creer ella.
Este encuentro es, además, muy jugoso para la presienta andaluza, que ya contabiliza como suyos buena parte de los 18.000 votos de los militantes del PSC a su candidatura a la Secretaría Federal, si es que llega el caso de tener que competir con un candidato alternativo. Con este movimiento, Pedro Sánchez pierde a su principal apoyo entre los cuadros de la organización socialista. Claro que también está por ver qué peones movilizará Alfredo Pérez Rubalcaba y cómo se comportan el resto de barones.