EL MUNDO – 15/06/16
· CDC y ERC lo desacreditan tras el debate: «Renunciará al referendum por cuatro ministerios».
Pablo Iglesias se ha convertido en el nuevo enemigo del independentismo, después de asegurar en el debate a cuatro del lunes que la convocatoria de un referéndum en Cataluña ya no será una «línea roja» para formar Gobierno tras el 26-J. Una tibia postura que contrasta con la rotundidad empleada desde diciembre y que ahora Esquerra y Convergència quieren aprovechar para minar las expectativas de la formación morada en suelo catalán.
«Nosotros tenemos una propuesta clara, pero estamos dispuestos a escuchar otras mejores», aseguró Iglesias en la recta final del debate, para añadir que «en una negociación de gobierno nunca hay líneas rojas». Una afirmación que difiere de lo que el propio líder de Podemos dijo en diciembre, cuando se comprometió ante un foro de empresarios catalanes a que la convocatoria de la consulta fuera un propósito irrenunciable para llegar a La Moncloa.
También hay que tener en cuenta que durante estos últimos meses Podemos ha defendido con más o menos intensidad el referéndum –ha pasado de proponer un ministerio de la Plurinacionalidad a reunirse con el PSC–, pero siempre se ha mostrado partidario del derecho a decidir,en contraste con las posiciones de PSOE y Ciudadanos.
No obstante, el matiz que ahora esgrime Podemos ante la posibilidad real de quedar segundos e iniciar una negociación con el PSOE no ha hecho otra cosa que espolear a los partidos independentistas, atosigados por los augurios de las encuestas en Cataluña. Cabe recordar que En Comú Podem –la confluencia catalana liderada por Xavier Domènech–espera ampliar el 26-J la victoria que ya logró en diciembre, cuando amarró 12 diputados y un millón de votos. Por contra, el CIS pronostica para esta contienda electoral una caída de Esquerra y Convergència, que podrían perder uno y dos escaños, respectivamente.
«Vino aquí el sábado y dijo ‘apoyaré los derechos de Cataluña’, y días después va a la tele a este debate y dice ‘es esto pero quizás otra cosa’; es aquello de Groucho Marx de «tengo estos principios pero si conviene tengo otros», aseguró ayer el líder de la candidatura convergente, Francesc Homs, en referencia a Pablo Iglesias, de quien dijo que su ambigüedad daba «pena».
Esquerra también saltó a la yugular del partido morado al acusarle de «no poder» prometer el referéndum a los catalanes. «Vimos a tres señores de derechas y a uno de izquierdas que no puede, porque los otros suman muchos más votos que él», aseguró el candidato republicano, Gabriel Rufián, en referencia al debate a cuatro. «Lo que ocurre ahora con esto es que, mientras que para el cabeza de lista de En Comú Podem, Xavier Domènech, el referéndum supone una línea roja, Iglesias la ve ámbar, aunque quizás es más sincero que otros, porque sabe que el PSOE de Pedro Sánchez y de Susana Díaz nunca lo permitirá», desgranó con el fin de desmontar parte de la estrategia de Podemos en Cataluña.
Más allá, el líder republicano, Oriol Junqueras, consideró que en el debate quedó probado que, «a cambio de cuatro ministerios», Iglesias «renunciará al referéndum».
Incluso el Govern de Junts pel Sí ha visto en las intervenciones de Iglesias durante el debate un arma para tratar de restar votos a En Comú Podem, clara favorita para ganar las elecciones en el plano autonómico. Consciente de que muchos independentistas podrían inclinarse por esa opción, la portavoz del Ejecutivo catalán, Neus Munté, les avisó ayer de que la propuesta «pierde nitidez».
Según ella, el hecho de que Iglesias no presentara el referéndum de autodeterminación como una «línea roja» para la negociación con el PSOE implica que esa propuesta «se difumina». «Y eso contrasta mucho con nuestra posición, que tiene una hoja de ruta clara», dijo en referencia a las formaciones independentistas, a pesar de que la CUP acaba de dejarles sin mayoría en el Parlament. «Muchas personas seguro que acabaron de ver el debate con más dudas de las que tenían al principio», insistió Munté.
De hecho, la afirmación de Pablo Iglesias sobre la consulta llega a destiempo para En Comú Podem, que ha centrado parte de su estrategia en arañar votos a CDC y ERC con la promesa del referéndum. El lunes, en un acto en Gerona –feudo convergente y ciudad emparentada con el independentismo–, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pidió el voto al electorado soberanista para lograr «la victoria del referéndum», mientras que Xavier Domènech reivindicó a la coalición de izquierdas como la «casa del derecho a decidir». Un claro mensaje a la línea de flotación de Convergència, que siempre ha presumido de ser la casa grande del catalanismo.
Sin embargo, desde En Comú Podem defienden que el planteamiento de Iglesias no supone ningún vuelco a la promesa de celebrar una consulta en Cataluña. «Para sentarse en la mesa no puede haber líneas rojas. Uno siempre debe estar dispuesto a escuchar al otro», apuntó Domènech en la misma línea que Podemos. «Que no haya líneas rojas y estemos dispuestos a escuchar a los demás no significa que hayamos encontrado una propuesta mejor que el referéndum», insistió.
De hecho, desde En Comú Podem aseguran que son la única formación que ha planteado una propuesta concreta para solucionar el encaje entre Cataluña y España, por lo que no existe un plan B «mejor» –replicando las palabras del propio Iglesias– para empezar a negociar. «Es la más ambiciosa transformación del Estado», reivindicó ayer Domènech.
EL MUNDO – 15/06/16