EL MUNDO – 12/06/16
· Iglesias se compromete a «reconocer los derechos nacionales» de Cataluña y a convocar un referéndum sobre la independencia Arrebata al independentismo la reivindicación de Companys.
· Unidos Podemos intensificó ayer su mensaje sobre las reivindicaciones de Cataluña, yendo más allá de la encendida defensa del referéndum de autodeterminación.
· Ante varios miles de personas, Pablo Iglesias se comprometió en Barcelona a ser, si llega a la Moncloa, el presidente del Gobierno que «reconozca los derechos nacionales de Cataluña».
Al tiempo que Íñigo Errejón abrió una nueva disputa con el nacionalismo catalán, reivindicando como referente la figura de Lluís Companys –el president que proclamó el «Estado Catalán» en 1934–, uno de los iconos catalanistas más empuñados por los independentistas.
En su primer acto en esta campaña, Iglesias volcó todo el peso discursivo en la reclamación de la soberanía catalana y de una nueva concepción territorial de España basada en el «Estado plurinacional», cuyo pilar fundamental para la «convivencia» dependa del «derecho» de las distintas «naciones» a decidir su permanencia dentro del país a través de referendos de autodeterminación.
Iglesias se rodeó ayer bajo el Arco del Triunfo de la capital catalana de los principales aliados territoriales de Podemos en estas elecciones –Ada Colau, Mónica Oltra, Alberto Garzón o Xavier Domènech– para apuntalar su apelación a la «fraternidad» entre los distintos «pueblos», el concepto identitario más utilizado en las intervenciones y que ya en la víspera se llevó por delante la palabra «país» del lema de los carteles del acto.
La mayor intensidad del mensaje de Iglesias en Cataluña coincide precisamente con la mayor crisis política del independentismo desde que CDC y ERC lograran salvar in extremis la legislatura con la investidura de Carles Puigdemont después de sacrificar a Artur Mas como presidente de la Generalitat. El líder de Podemos aprovechó la creciente corriente de incertidumbre por el rechazo de los presupuestos catalanes para apelar al electorado independentista más descontento por la deriva institucional. «Hoy quiero dirigirme a los catalanes que no nos van a votar. Quiero decirles que aspiro a ser el presidente de una España que escuche a Cataluña, que reconozca los derecho nacionales de Cataluña y que tienda puentes donde otros los volaron», proclamó Iglesias.
En el caso de ganar, Iglesias se comprometió con la convocatoria de una consulta sobre la independencia y, al mismo tiempo, dejó ver que dejaría marchar a Cataluña si la decisión última de los ciudadanos fuera separarse del resto de España. «Vamos a respetar siempre vuestro derecho a decidir porque somos demócratas», dijo Iglesias, que aprovechó la ocasión para pedir que no lo hagan. «Me quiero dirigir a la nación catalana con un mensaje muy claro: Catalunya, volem un país amb tú [Cataluña, queremos un país contigo]», manifestó el candidato.
Por su parte, Colau también hizo bandera del referéndum, pero introduciendo un elemento político de suma importancia como es la «soberanía». «El derecho a decidir no sólo es buena para Cataluña. Ejercer la soberanía es bueno para la revolución democrática de todos los pueblos», proclamó la alcaldesa de Barcelona.
La baza que quiere jugar Podemos es convencer a aquéllos que votaron por formaciones independentistas en las pasadas elecciones para retroceder unos pasos más atrás en sus aspiraciones, y volver al punto de partida: el referéndum. En su mensaje, Unidos Podemos quiere presentarse ante ellos como el único aliado que tienen en Madrid que pueda conseguir los votos suficientes como para «resolver» la actual «situación de bloqueo institucional» y, a la vez, facilitar un nuevo «encaje» político dentro del Estado, algo a lo que a juicio de la coalición no lograrían con gobiernos presididos por el PP y el PSOE.
Fuentes de la dirección de Podemos señalaron que con la apelación al reconocimiento de los «derechos nacionales de Cataluña» está la idea de «constitucionalizar» conceptos como el de nación, el modelo de la inmersión lingüística o la puesta en marcha de un modelo federal de financiación, en el que las comunidades autónomas cuenten con los fondos públicos para desarrollar la protección social.
Si Iglesias se volcó en potenciar el mensaje político, su número dos, Íñigo Errejón, puso énfasis en la apelación emocional. Una candidatura de implantación nacional se atrevió a disputar al independentismo la figura histórica de Lluís Companys (ERC), que en 1934 proclamó el «Estado Catalán». Fuentes de la dirección de Podemos dijeron que ellos consideran que su simbolismo está en que Companys representa un catalanismo «democrático y popular», que quiere construir una identidad con un ojo puesto en Madrid y otro en Barcelona, en lugar del «aislamiento» en el que se encierran actualmente los independentistas.
EL MUNDO – 12/06/16