Andan los socialistas tan inspirados en las canalladas que cometieron en la malhadada república que incluso Lambán incurre en exordios antidemocráticos. Ha pedido que se ponga de acuerdo todo el mundo en el parlamento autonómico para “prescindir” de los siete diputados de VOX que, según Lambán, “nadie quiere”. No tiene en cuenta a los más de setenta y tres mil y pico de aragoneses que los han hecho tercera fuerza política. Lo peor es que no es el primero en proclamar que hay que expulsar al partido de Abascal de las instituciones. Desde el córner pijo progre no dejan de proclamar que son extrema derecha y habiendo superado etapas en las que calificaban al votante de VOX como franquista, fascista, nazi y muchos otros epítetos que sólo puede regurgitar la ignorancia unida al odio visceral, ahora se sacan de la mano la última: trumpistas.
Colocan toda la presión en el PP. Si pacta con Abascal porque pacta; si no pacta, porque tiene paradas las instituciones. Que el maniquí monclovita cometa la enormidad de asegurar que España es el único país de Europa donde gobernaría la extrema derecha es de fuera de concurso. Según el licenciao Giorgia Meloni es trotskista, Víktor Orban un anarquista de la Mano Negra y el presidente de Polonia, Andrej Duda, miembro de la Iglesia Satanista del Crucifijo Plegable. Sánchez va a la desesperada y la verdad no va a estropearle la campaña más sucia y barriobajera vista jamás en España. Lo que se conoce como el síndrome del Doberman y aquel cartel de campaña que rezaba “Si no vas, ellos vuelven”, la apelación al miedo de una parte de españoles susceptibles de creerse todavía que derecha y Franco son la misma cosa.
Sánchez va a la desesperaday la verdad no va a estropearle la campaña más sucia y barriobajera vista jamás en España. Lo que se conoce como el síndrome del Doberman y aquel cartel de campaña que rezaba “Si no vas, ellos vuelven”
Todo eso no tiene más que un objetivo apenas disimulado, que no es otro que acabar ilegalizando a VOX. Que exista un socio del gobierno que esté aplaudiendo a asesinos etarras cuando vuelven a sus pueblos – las víctimas por desgracia no pueden hacerlo, e incluso a día de hoy sus deudos en muchos casos tampoco – da igual, o que se haya apoyado en lo peor de la política, la extrema izquierda señoritinga, o el independentismo hijo de Pujol, de los cobardes empresarios catalanes y de los sobrealimentados medios de comunicación subvencionados no tiene importancia. Porque existe extrema derecha y derecha extrema pero nadie de tiene redaños para llamar a las CUP extrema izquierda violenta, a Podemos bolivarianos de la peor calaña, a los peneuvistas responsables del auge de Bildu, a los separatistas los terratenientes más carcas de Europa. Hay que ilegalizar a VOX y para eso se precisa de un clima social que predisponga a la población. Pongo un ejemplo. El otro día en las redes ví un video de una chica entrevistando a una señora a la que le preguntaba si estaba favor o en contra del pin parental. La señora hacía aspavientos declarándose totalmente en contra porque era cosa de VOX. Al ser repreguntada acerca de si sabía en qué consistía eso del Pin, la dama en cuestión dijo que no, que no lo sabía, pero que había escuchado que lo proponía VOX y, claro, no podía consentirse.
Pero que nadie se engañe: detrás de VOX iría el PP, o al menos el PP que representa Ayuso, y después los medios de comunicación críticos – éste, por ejemplo -, y los periodistas que nos reclamamos libres
Pues eso es lo que busca Sánchez desde el minuto cero, que el partido que más y mejor le ha plantado cara estos últimos tiempos sea ilegalizado. Y quienes les votan. Y sus cargos democráticamente obtenidos. Pero que nadie se engañe: detrás de VOX iría el PP, o al menos el PP que representa Ayuso, y después los medios de comunicación críticos – éste, por ejemplo -, y los periodistas que nos reclamamos libres, y, en fin, todo lo que ande de sobra por ahí. Lo hicieron en los años treinta, lo quieren hacer ahora. Porque lo llevan dentro, sólo saben odiar. Sólo les falta tener una Motorizada…
Mal asunto.