ALBERTO AYALAEL CORREO

Cataluña cumple cuarenta y ocho horas de campaña. Y lo hace con la gran incógnita con que arrancó el jueves despejada por la Justicia: los comicios tendrán lugar definitivamente el 14 de febrero.

Con la pandemia disparada e importantes restricciones, los catalanes van a tener que ir a votar en dos semanas por decisión judicial y porque los partidos lo han hecho muy mal: no había una ley que amparara el aplazamiento. Han hecho y siguen haciéndolo. Y es que la Generalitat pretende que los contagiados por el ‘bicho’ puedan acudir el 14-F a votar a su colegio a última hora. Para ello promete dotar de EPIs a los integrantes de las mesas. Escalofriante.

Hace siete días Portugal celebró elecciones presidenciales con las peores cifras de contagios de Europa. La abstención rebasó el 61%. Veremos hasta dónde llega a orillas del Mediterráneo.

Con este escenario, con la resaca del ‘procés’ viva -aunque en la calle cada vez se habla más de gestión-, el expresident Puigdemont huido y los políticos presos haciendo campaña desde el viernes gracias al tercer grado que les ha vuelto a conceder la Generalitat, resulta más aventurado que nunca atreverse a hacer vaticinios. El CIS, dependiente del Gobierno Sánchez, sí lo ha hecho. El PSC, impulsado por el ‘efecto Illa’ -que esta semana dejaba por fin el ministerio-, batirá a ERC y a JxC, la plataforma de Puigdemont y los independentistas más radicales de la extinta Convergencia. El CEO, su homólogo catalán, dependiente de los ‘indepes’, cree lo contrario. ¿Adivinan? Ganará ERC y el PSC quedará tercero.

Ni soy pitoniso, ni controlo el CIS ni el CEO. Así que todo puede ser. Es posible que el talante de Illa, que no su deficiente gestión durante la pandemia, permita al PSC atraerse a muchos catalanes que hace tres años llevaron a la victoria a Ciudadanos. ¿Tantos como para batir a los favoritos, a ERC? Lo dudo muchísimo.

Lo único que parece más o menos seguro es que el ganador saldrá de la terna ERC-PSC-JxC. Que habrá mayoría independentista (ERC, JxC, CUP y ya veremos si logra representación el PDeCAT, que aglutina al sector menos radical de la extinta CDC) o de izquierdas (ERC, PSC y En Comú Podem). Y que Illa no será president en ningún caso.

En 1986, recién escindido el PNV, el PSE ganó las elecciones vascas. En escaños; en votos lo hicieron los jeltzales. Pues bien, pese a sus 19 escaños -por 17 de los peneuvistas- los socialistas no fueron capaces de convencer a la EA de Garaikoetxea y a EE para formar un tripartito. Al final tuvieron que tragarse el sapo, hacer lehendakari a Ardanza (PNV) y conformarse con una vicelehendakaritza para Jáuregui.

Ahora, en Cataluña, y salvo sorpresa sideral, Illa, repito, no será president ni aunque gane. Porque ERC jamás aceptaría ser segundo plato. Y sobre todo porque los planes de Pedro Sánchez son otros: que ERC se haga con la Generalitat, que gobierne con ellos y los comunes a ser posible, y que a cambio los republicanos sigan sujetando al Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos. Es lo que hay.