Josep Puxeu, EL MUNDO 23/12/12
Asistimos con preocupación al rumbo que está tomando el Gobierno catalán al abrir el peor de los caminos para una economía maltrecha: el de los impuestos discriminatorios con un mero afán recaudatorio que van a paralizar a sectores competitivos. Esto tendrá graves consecuencias para el consumidor, el empleo y la unidad de mercado.
Desde la Asociación de Bebidas Refrescantes, como uno de los sectores afectados por este aumento de la presión fiscal, pedimos amparo a la Administración central frente una medida que amenaza con demonizar a algunos de nuestros productos sin fundamento científico y que, además, es inconstitucional.
Estas ideas recaudatorias ya se han demostrado absurdas e ineficaces. Hace un año, el Gobierno de Dinamarca creó un impuesto especial a las grasas saturadas bajo la excusa de velar por la salud de los ciudadanos. Este impuesto se pensaba extender también al azúcar. Meses después se vio obligado a retirarlo dado el escaso impacto que tenía en la salud y su efecto negativo en la economía, al reducirse la producción y perderse puestos de trabajo. Y es que a los consumidores no nos gusta que nos manipulen. Exigimos estar informados de las propiedades de los alimentos y bebidas que consumimos pero también queremos ser libres para elegir. Los daneses así lo hicieron creando un floreciente comercio con los países limítrofes, ya que compraban allí los productos que en su país resultaban más caros por una decisión arbitraria.
En Italia se propuso hace unos meses una medida similar pero no se llegó a materializar dada la oposición de los especialistas médicos y de los propios consumidores.
«No existen alimentos buenos ni malos, sino dietas equilibradas». La educación nutricional y la promoción de la actividad física son los pilares básicos en los que debemos trabajar para afrontar una situación que es multifactorial. Por eso, la industria de bebidas refrescantes, como sector con un importante peso social y económico, colabora con instituciones del ámbito de la salud y la educación para promover hábitos saludables.
Contamos con una amplísima variedad de productos para que cada consumidor elija lo que prefiera o lo que necesite en cada momento. Las bebidas con azúcar son una opción. Los carbohidratos son una gran fuente de energía para desarrollar la actividad diaria y, además, esta demostrado que el gusto por lo dulce es innato al ser humano y contribuye a mantener el buen ánimo. «¡Que no nos amarguen la vida!». Pero además, un 30% de nuestras bebidas son sin calorías. Existe una amplísima gama de productos light para los consumidores que las prefieran.
En tiempos de crisis hay que sumar esfuerzos. Por eso, nos preocupa que se ataque gratuitamente a sectores como el de la alimentación, y entre ellos al nuestro, que genera 63.000 empleos y aporta 12.000 millones de euros al año a la economía española. En el último año, las empresas españolas de bebidas refrescantes han seguido invirtiendo en I+D+i, han manteniendo los puestos de trabajo y los lanzamientos de productos. Pretendemos seguir siendo competitivos y contribuir a reactivar el consumo y la economía. Esperemos que nos dejen de «amargar» nuestro trabajo.
Josep Puxeu, EL MUNDO 23/12/12