El Superior vasco ha puesto una pequeña esperanza en medio de la clamorosa impunidad con su decisión de juzgar a Ibarretxe o Patxi López por sus reuniones con Batasuna. Pero no creo que esos valientes magistrados puedan con la presión periodística y política de la izquierda y del nacionalismo en favor de los acuerdos con criminales. Así funciona la impunidad terrorista.
Mis esperanzas de que Ibarretxe o Patxi López sean condenados por sus reuniones con Batasuna son casi iguales a cero. Pero la seguridad de ellos en la absolución es aún más contundente, del 150 por cien más o menos. De ahí que chuleen con su propósito de reincidencia en televisiones, Patxi López, y en ruedas de prensa, el Gobierno Vasco. Volverán a reunirse con los terroristas cuando puedan y cuando les dé la gana. López ha añadido la teoría habitual de la izquierda para justificar el pasado y el futuro desmán: Batasuna representa, lo queramos o no, una parte de la sociedad.
Los que manejan el negocio de la pornografía infantil, también, no hay más que ver la cantidad de clientes de esa nauseabunda actividad. Pero no creo que López o Ibarretxe tengan intención de reunirse con ellos para ver cómo legalizan su ilegal negocio, que es de lo que se trata con ETA. Prefieren verse con terroristas ya que los tratos con ese tipo de delincuentes salen gratis y hasta dan votos. Los que votan terrorista son muchos, como dice López, incluso más que los consumidores de pornografía infantil.
Es cierto que el Superior vasco ha puesto una pequeña esperanza en medio de esa clamorosa impunidad con su decisión de juzgar a estos políticos. Pero no creo que esos valientes magistrados puedan con la presión periodística y política de la izquierda y del nacionalismo en favor de los acuerdos con criminales. Así funciona la impunidad terrorista.
La izquierda ya ha tachado de empecinados a los magistrados y de ocurrencia su fundamentación. Ésta es la guía moral progresista que domina en nuestro país. Empecinado el que se empeñe en perseguir los tratos con asociaciones de malhechores. ¿Pero cómo puede tener un juez la ocurrencia de considerar delito que un partido o un Gobierno acuerde con una banda de criminales? Están locos estos jueces.
Mientras lo denuncian, el Gobierno, mejor dicho, los fiscales, investigan los tratos realmente criminales, por ejemplo, un viaje de José Manuel Soria en el avión de un noruego. Ni criminal ni pederasta, pero millonario, y eso sí que es sospechoso, alegan.
Edurne Uriarte, ABC, 9/10/2008