EL CORREO 07/04/14
Iñaki García Arrizabalaga, Víctima del terrorismo:
Firmante de una carta contra la destitución de Urkijo, apela a Urkullu a reunirse con las víctimas para mitigar la polémica
«Siempre habrá un plus de incredulidad hacia Jonan Fernández; no inspira confianza»
Iñaki García Arrizabalaga viajaba el sábado por la tarde en coche cuando le llamó Maixabel Lasa para leerle una carta contra la destitución del asesor de Víctimas del Gobierno vasco Txema Urkijo. Paró en una gasolinera y dio su visto bueno al escrito. Lo mismo hicieron en un lapso de tres horas otras 19 víctimas de ETA.
P– ¿Por qué consideran un grave error la destitución de Urkijo?
R– Es una persona con amplia experiencia, había demostrado su cercanía y empatía con víctimas de diverso tipo, cuyo nexo de unión era Txema Urkijo. Con mucha mano izquierda había introducido el reconocimiento a víctimas de abusos policiales… Y, sobre todo, había confianza en él. Y la confianza cuesta muchísimo construirla y muy poco destruirla. Era la referencia ante cualquier problema. La nueva persona que pongan va a tener que ganarse esa confianza desde cero. Y Urkijo tiene una especial sensibilidad con las víctimas, sabía tratarlas de forma humana, personal y despojado de cualquier interés. Ese nexo de unión se ha roto, no por la excusa del posible error de la carta (Urkijo no entregó a una víctima una misiva de un preso), sino porque estaba cada vez más condenado al ostracismo en su trabajo.
P– El lehendakari ha considerado injustas las críticas.
R–Estoy de acuerdo con él en que ciertos partidos y asociaciones van a utilizar la destitución como instrumento para la confrontación partidista. Pero este grupo de veinte víctimas no estamos en esa lucha, hacemos una lectura en clave más ética de que se ha equivocado. El lehendakari no puede meternos en el mismo saco. Él y sus decisiones deben estar sujetas a las críticas. No puede caer en el simplismo del ‘conmigo o contra mí’.
P– ¿Cree que PSE y PP han entrado en la utilización partidista del caso?
R- Supongo que cuando los partidos critican la decisión, además de pensar en Urkijo y las víctimas, piensan en una política de desgaste al Gobierno. No me corresponde entrar en ese escenario, pero es paradójico que asociaciones de víctimas, o UPyD, que solicitaron la dimisión de Urkijo (por la carta del preso) ahora critiquen al Gobierno vasco.
P– (…)
R– Los firmantes somos un colectivo de gente que no nos hemos caracterizado por la radicalidad, ni hemos pedido que Bolinaga vuelva a la cárcel. No somos Covite ni la AVT. Medimos muy bien las reflexiones.
P–¿Las víctimas deben marcar la política del Gobierno vasco?
R–Por supuesto que no. No tienen un plus de legitimidad para dictar la política penitenciaria o la decisión de los tribunales. Las víctimas lo que tienen que hacer es pedir ser atendidas y escuchadas en el terreno asistencial. Y esto es lo que se ha roto con Urkijo. No estamos diciendo al lehendakari cómo tiene que ser su política.
P– Urkijo ha echado en falta un gesto del Gobierno hacia las víctimas.
R– No es tanto un gesto o un símbolo, como un homenaje, sino el trabajo diario. Yo esperaba más del trabajo del día a día. Las víctimas del terrorismo estamos empezando a no ser una actividad prioritaria de la Dirección de Atención a Víctimas.
P– ¿Se puede abrir una brecha entre el Gobierno y las víctimas?
R– A nadie le interesa que se abra esa brecha. Pongámonos manos a la obra. Juntémonos todas las partes y dígase qué queremos. Con la carta queremos prevenir que esa brecha se puede agrandar si no se hace nada. Urkullu dice que el tema es prioritario, pues el movimiento se demuestra andando y la destitución de Urkijo manda una señal que va en la dirección contraria.
P– La gestión de los presos de ETA aparece como uno de los aspectos clave. ¿El Gobierno vasco ha puesto este asunto en el mismo plano o por encima de la reparación de las víctimas de ETA?
R– Nadie dice que el asunto de los presos no sea importante. Debe ser tratado, pero ha supuesto un desplazamiento de la atención y de la prioridad del mundo de las víctimas. Lo de los presos debe ser tratado ‘además de’, no ‘a costa de’. Y el enfoque de Urkijo hacia las víctimas era más humanista o ético, mientras el de Jonan Fernández lo veo más deshumanizado, más vinculado a los roles de las ‘teorías del conflicto’.
P–¿Cómo valora la figura de Jonan Fernández?
R–Cuando entró hice un artículo de opinión en el que le concedía el beneficio de la duda, porque sabemos de dónde venía y el daño que nos hicieron sus posturas. Jonan Fernández ha evolucionado de forma favorable, pero: ¿es la persona más adecuada para ser la cara visible ante las víctimas del terrorismo? Rotundamente no. Nuestro pasado nos condiciona para determinadas tareas y siempre habrá un plus de incredulidad en todo lo que venga de Jonan Fernández. La confianza se tiene o no se tiene y Jonan Fernández no consigue inspirar confianza.