EL MUNDO 10/04/14
CARLOS CUESTA
La derrota en el Congreso no supondrá un «punto final» en el plan separatista, ha dicho Artur Mas. «El proceso sigue», ha añadido. Porque el presidente catalán está empeñado en buscar «marcos legales diversos para hacer la consulta y dar voz a la población para decidir su futuro».
Pero ¿de veras quiere la gente esa consulta? O, mejor dicho, ¿de veras sabe la gente lo que supone esa consulta?
El Ministerio de Trabajo acaba de cerrar los datos financieros de la Seguridad Social del año 2013 por comunidades autónomas. Y dudo de que la Generalitat vaya a realizar grandes esfuerzos para que la catástrofe que muestran llegue a oídos de esas personas que, según ellos, deberían votar para decidir el futuro de Cataluña. Básicamente, porque reflejan un completo desastre económico y anticipan, en caso de separación de Cataluña y ruptura de la caja única española de las pensiones, uno de los mayores tormentos imaginables para los jubilados catalanes. Un desastre de nada menos que 6.700 millones de euros al año.
Porque ésa es la cifra de déficit directo en pensiones que registró en 2013 Cataluña. Más en concreto: 6.694 millones. Un agujero soportado, única y exclusivamente, gracias a las inyecciones de dinero a la Seguridad Social realizadas por el Estado central, ayudas con las que no contaría Artur Mas en caso de separación y que serían imposibles de aportar desde la Generalitat puesto que esta institución está siendo rescatada, a su vez, a través del FLA español con más 10.000 millones sólo en 2013.
El desastre es de tal consideración que Cataluña es, en estos momentos, uno de los territorios con mayores problemas de sostenibilidad de sus pensiones, superando incluso a Andalucía, una comunidad que, pese a tener más población y contar con evidentes problemas de desempleo (un paro del 36,3%), acumula un déficit directo en pensiones de 6.622 millones, 72 millones inferior al catalán. ¿Por qué? Pues porque la cuantía media de las pensiones a pagar en Cataluña es netamente superior a la de muchas del resto de las regiones españolas.
¿Explicará Mas a ese colectivo al que considera votantes potenciales de su consulta separatista que perderán, al menos, un 30% de las pensiones al día siguiente de independizarse? ¿Les explicará que eso sería únicamente el inicio del desplome porque la salida de la UE golpeará su actividad empresarial y, por lo tanto, su empleo? ¿O es que considera que también es su deber histórico engañar a sus votantes?