ISABEL SAN SEBASTIÁN – ABC – 30/05/16
· Lo ocurrido en Barcelona resume lo que le espera a España si seguimos avanzando por la vía del apaciguamiento.
Se enfrentaba Xavier Trias a unas elecciones en las que iba a jugarse la poltrona cuando al entonces alcalde de Barcelona, candidato de la hoy difunta Convergencia Democrática de Cataluña, le «okuparon» un edificio en el barrio de Gracia. Unos meses atrás había intentado desalojar a los «okupantes» de un lugar llamado Can Vies, presunto «centro social autogestionado» por los amigos de lo ajeno, y los muy «sociales» gestores de la cosa le habían incendiado las calles de Sants, con el consiguiente destrozo de lunas y mobiliario urbano, llevándole a dar marcha atrás en un alarde espectacular de cobardía política. ¿Cómo hacer frente a ese nuevo desafío orquestado por los colegas de la podemita Ada Colau, lideresa del movimiento antidesahucio, agitadora profesional y, a la sazón, su principal rival en las urnas? Muy sencillo: ¡Pagando!
Su excelencia don Xavier Trias, primer edil de la Ciudad Condal, optó por plegarse al chantaje y abonar con dinero público las facturas de los «autogestionados», empezando por un sustancioso alquiler satisfecho a la entidad bancaria propietaria del banco «okupado». Dicho de otro modo, abrazó el apaciguamiento como táctica de acción política, siguiendo la corriente dominante en una España donde este modo de proceder constituye, hoy por hoy, el pan nuestro de cada día.
Se «resuelven» secuestros de compatriotas pagando a terroristas, pagando se responde igualmente a la coacción del separatismo y con precios exorbitantes en términos de dignidad colectiva se saldan cuentas pendientes con bandas de criminales armados. Pagando y cerrando la boca, porque los que pagan callan, esperando que nosotros, «paganos» en última instancia, no lleguemos a enterarnos de cuánto y a quién han pagado.
Trias no hizo por tanto sino optar por la salida habitual, confiando en salvar el cargo dando de comer a la fiera. Sucede, no obstante, que las fieras a las que engordamos suelen acrecentar su apetito, como demuestra la Historia a cualquiera que se moleste en aprender de sus páginas. De modo que los «okupas» «okuparon» gratis total, a cargo de quienes sí pagan alquiler, hipoteca e impuestos, y después fueron a votar la candidatura de En Común Podemos, encabezada por Ada Colau. La misma que ahora pide contención a la policía y a los vecinos, mediación, porque ella no firma más cheques pero tampoco actúa para impedir los disturbios. ¡Allá se las compongan unos y otros! Roma no paga a traidores.
Lo ocurrido en Barcelona con los «okupas» de Gracia es el resumen perfecto de lo que le espera a España en caso de seguir por donde vamos: indignidad y Podemos. Si el PSOE mantiene el pacto letal suscrito con la formación morada en comunidades autónomas y ayuntamientos, conformándose con las migajas del banquete de poder que ha servido a los de Iglesias, solo conseguirá ser devorado. Si alcanza algún acuerdo con ellos después del 26-J, con tal de cerrar el paso a la derecha, no hará sino acelerar ese tránsito.
Si el PP, a su vez, se limita a buscar votos agitando la bandera del miedo ante el avance del partido de los círculos, en vez de dar batallas campales en torno ideas y principios cruciales como la defensa de la libertad, incluidas la religiosa y la de enseñanza, el derecho inalienable a la propiedad privada, la cultura del mérito o el valor de la excelencia, por no mencionar el de la vida. Si sigue aferrado al tacticismo, la demagogia populista seguirá conquistando plazas.
Y otro tanto vale para Ciudadanos. Porque al enemigo hay que plantarle cara, especialmente cuando es tan peligroso como esa izquierda totalitaria disfrazada de buenismo. A ésa no se la soborna. La vía del apaciguamiento solo conduce al ridículo.
ISABEL SAN SEBASTIÁN – ABC – 30/05/16