Al ver los resultados del informe PISA cabría preguntarse qué esperábamos, después del espectáculo tan impresionante que ofrecen a los escolares los altos dirigentes de la patria. España está gobernada por analfabetos (y analfabetas, claro), que no quiero incurrir en discriminación de género. Pongamos que hablo del presidente del Gobierno, que para algo es primus inter pares. No puede decirse que sea un intelectual puro. Ha reivindicado tres obras con su nombre: el primero, la tesis que le escribieron manos vicarias, una de las cuales, Carlos Ocaña, firmó junto a él un libro que resumía la tesis plagiada, bajo el título ‘La nueva diplomacia económica española’. Cabe recordar la desfachatez con la que pontificó desde la tribuna del Congreso durante la moción de censura a Mariano Rajoy (1-6-2018): «Lo que hay en Europa son Gobiernos, como en Alemania, en los que, por ejemplo, personas que han desempeñado responsabilidades ministeriales y a las que se les ha descubierto que han plagiado una tesis lo que han hecho ha sido dimitir». Los otros dos libros que ha firmado, sendas autobiografías, también le son ajenos, perpetrados por la mano amiga de Irene Lozano.

Las insuficiencias educativas del sanchismo no se acaban en él. Él ha ungido como ministra de Educación a Pilar Alegría, una maestrita de Zaragoza que carece de una titulación superior. Claro que peor curriculum académico tenía el anterior ministro de Cultura, Miquel Iceta, que abandonó sus estudios de Química para matricularse en Ciencias Económicas, carrera de la que fue expulsado después de cinco intentonas de superar el primer curso. Algo parecido le pasó a Patxi López, pero al menos hay que reconocerle la dificultad de haber fracasado en una carrera más dura, como ingeniería industrial.

Alguna conclusión habría que sacar del hecho de que la España sanchista y la Cataluña golpista que encabeza Puigdemont buscaron para entenderse una intermediación tercermundista en la diplomacia salvadoreña. Veremos por donde busca Pedro Sánchez la verificación con Junqueras, pero es de suponer que el nivel no bajará de Bolivia. O Burkina Faso, si les da por buscar un relator africano. Los escolares catalanes han fracasado estrepitosamente en la última oleada del Informe Pisa, quedando por debajo de la media de España, de la OCDE y de la Unión Europea en todas las materias, colocando su sistema educativo al nivel de Extremadura. La pérdida en Matemáticas desde la anterior edición del informe es equivalente a un curso y medio escolar. También se desploma en Lectura, materia en la que pierden dos cursos y quedan en un discreto puesto por detrás de Canarias. Un poco menos traumática es la caída en Ciencias, donde quedan  entre Extremadura y Castilla-La Mancha quizá para que García Page pueda sacar un poco de pecho. La caída en el País Vasco ha sido también espectacular. Cuenta Olga R. Sanmartín que el 80% de los escolares vascos termina la ESO sin el nivel de euskera y castellano que exige su Ley de Educación. Y ya en plan de noticias frescas se está empezando a sospechar que la inmersión lingüística perjudica el aprendizaje. ¿Cómo no iba a hacerlo si profesores y alumnos tienen como lengua de enseñanza aquella en la que son menos competentes? Dice la Generalidad que esto pasa porque los inmigrantes han crecido mucho, son el 24%.

Naturalmente, el Consejo de Ministros confirmó ayer a Tezanos en el CIS por sus aciertos predictivos. Quizá también por su nuera, Ainhoa Quiñones, delegada del Gobierno en Cantabria, que también plagió su tesis y se ha sacado una plaza en la Universidad justo a su medida. Qué impresionante aire de familia extiende el socialismo por todas las Españas.