ABC 17/04/15
· La Policía italiana detiene a quince sospechosos subsaharianos a quienes acusa de «homicidio múltiple agravado por el odio religioso»
El odio integrista musulmán también arraiga entre los inmigrantes desesperados que viajan en frágiles barcazas en el Mediterráneo con rumbo a Europa. Entre las trágicas noticias de naufragios y cientos de desaparecidos de estos días, ayer llegó la de que un grupo de inmigrantes musulmanes arrojaron al mar a 12 cristianos –ghaneses y nigerianos–, en el Canal de Sicilia tras una pelea por motivos religiosos. La riña se desató en una lancha que partió el día 14 de Libia con 105 prófugos, procedentes en su mayoría de Senegal y Costa de Marfil. Querían llegar a costas italianas, pero prevaleció el odio de un grupo de musulmanes hacia los cristianos.
A la llegada de la embarcación a Palermo fueron detenidos 15 inmigrantes, todos musulmanes y uno de ellos menor de edad, acusados de «homicidio múltiple, agravado por el odio religioso». Testigos de la tragedia han contado, entre lágrimas, que durante la travesía un grupo de nigerianos y ghaneses, que constituían una minoría en la barca, fueron amenazados por su condición de cristianos con ser lanzados al agua por parte de unos quince compañeros de viaje procedentes de Costa de Marfil, Senegal, Malí y Guinea Bissau. De las amenazas pasaron a los hechos, y arrojaron al mar a 12 cristianos que desaparecieron bajo las aguas. El mismo destino podrían haber sufrido también todos los demás inmigrantes cristianos, pero «lograron salvarse formando una cadena humana con la que se opusieron denodadamente al intento de ser arrojados al mar», relataron los testigos. Los supervivientes fueron rescatados por el barco mercante Ellensborg; y a su llegada al puerto de Palermo, los supervivientes cristianos contaron desesperados su odisea a la Policía, e identificaron a los agresores, que fueron trasladados a la cárcel de Pagliarelli. Fuentes judiciales afirman que «las declaraciones efectuadas por los testigos son coherentes y tienen credibilidad».
Aunque la mayoría de los refugiados que llegan a Italia proceden de Siria, Eritrea y Somalia, en las últimas oleadas de inmigrantes llegan también en masa inmigrantes de los más diversos países subsaharianos.
La situación empeorará
Los rescates prosiguen sin descanso: ayer 586 inmigrantes llegaron a Trápani donde se espera la llegada de otros 900. La situación tenderá a empeorar. Así lo reconoce también la UE, que ha lanzado la enésima alarma sobre los desembarcos. La situación de los flujos migratorios en el Mediterráneo «es grave y empeorará en las próximas semanas y meses al mejorar las condiciones meteorológicas y seguir sin cambios la inestabilidad y los conflictos en los países vecinos», afirmó un portavoz de la Comisión Europea. Al mismo tiempo, este reconoció la impotencia y falta de voluntad política para atajar y resolver el problema: «Se está elaborando una estrategia sobre la inmigración, pero no tenemos la panacea que resuelva de golpe todos los problemas. Por el momento, la Comisión no tiene la financiación ni el apoyo político para crear un sistema de vigilancia de fronteras europeo» para llevar a cabo las operaciones de socorro de los inmigrantes en dificultad, subrayó el portavoz.
Desde el pasado sábado, y a lo largo de seis días, a las costas italianas han llegado más de 11.000 inmigrantes. Esta incesante oleada de desembarcos y las penosas condiciones en que son rescatados los inmigrantes ponen de relieve la falta de una estrategia adecuada por parte de la UE, así como el fracaso, por insuficiente, de su dispositivo de salvamento «Tritón» desplegado en el Mediterráneo. En estos últimos días, numerosos buques mercantes, con tripulaciones de filipinos, ucranianos, holandeses, noruegos, turcos, paquistaníes e italianos que navegan transportando cemento, petróleo y contenedores por el Mediterráneo han sido enviados a rescatar las barcazas con inmigrantes apiñados a punto de naufragar o socorrer a refugiados cuyas lanchas se han hundido. En los dos últimos días, por ejemplo, hasta 16 buques mercantes privados prestaron socorro, cargaron y trasladaron a inmigrantes a los puertos de Cagliari, Palermo, Messina, Carigliano, Taranto, Lampedusa, Augusta, Pozzallo, Reggio Calabria y Catania. El problema es que estos buques no están preparados para misiones de socorro. Así lo reconoce Mario Mattioli, armador de una flota de remolcadores que trabaja en la ruta más utilizada por los traficantes de seres humanos: «No podemos ni queremos negarnos a estas operaciones de socorro, porque se trata de salvar vidas humanas. Pero no estamos preparados para este tipo de operaciones», afirmó.
Cuarteles habilitados
Con vistas a un verano que podría estar marcado por un aluvión de desembarcos con decenas de miles de inmigrantes, el ministerio del Interior no excluye tener que recurrir a «ocupaciones de urgencia y requisa» de establecimientos, incluso militares, donde alojar a los extranjeros. La dirección de Inmigración ha realizado ya una lista de cuarteles que podrían ser utilizados en caso de emergencia. Por ahora, los centros de primera acogida están colapsados.