ABC 04/07/13
· Cree que no ha incumplido las condiciones que se le impusieron hace un año
· El equipo médico que hace un año le consideró terminal examinó al etarra la semana pasada
Sufre anemia aguda a causa de los medicamentos que le administran para paliar los efectos de un cáncer de riñón y la subsiguiente metástasis en el sistema nervioso central y en el pulmón, más tres nódulos malignos alojados en el cerebro. Apenas sí sale ya de casa de su madre en Mondragón, donde se aloja y donde recibe algunas visitas de familiares, y, según ha confesado a los asistentes sociales de la prisión de Martutene, que acuden a verle una vez al mes, se ha resignado ya ante el hecho de su inevitable muerte en fecha cercana.
Esto es lo que en el Ministerio del Interior conocen de la evolución del etarra Josu Uribetxeberria Bolinaga, a la espera de que dentro de pocos días reciban el informe que han solicitado a los médicos del hospital de San Sebastián sobre su estado, cuando está a punto de cumplirse un año de la polémica puesta en libertad del hombre condenado a 178 años de prisión por matar a tres guardias civiles y por actuar de carcelero de Ortega Lara en los 532 días que este permaneció secuestrado.
Los mismos médicos donostiarras que hace un año le consideraron en estado terminal, con solo un diez por ciento de posibilidades de continuar vivo en el plazo de un año, examinaron a Bolinaga, al que realizaron una completa resonancia magnética la semana pasada a las pocas horas de recibir el encargo de Instituciones Penitenciarias, que espera el resultado de su informe de manera inminente.
Cuando lo tenga en sus manos, el Ministerio de Interior lo remitirá de forma inmediata a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presidida por el magistrado Fernando GrandeMarlaska, que fue la que el verano de 2012 decretó la libertad condicional para el etarra.
El ministro del Interior, Jorge Fernández, ha decidido atenerse a lo que decida la Audiencia: si esta se pronuncia en contra de la libertad condicional, su departamento revocará el tercer grado que solicitó por las mismas razones —asegura el ministro siempre que habla de este tema— y que se pide para cualquier recluso que se encuentra cerca de la muerte, sea preso común o terrorista. En ese caso, Bolinaga tendría que reingresar en prisión.
Seguimiento en la calle
Interior no ha efectuado seguimiento directo de las actividades del terrorista, que nunca se ha arrepentido de sus crímenes, en este año que lleva en libertad. Su vigilancia es competencia de la Ertzaintza y la sanidad penitenciaria está transferida a esa comunidad autónoma. Pero Instituciones Penitenciarias tiene conocimiento sobre lo que ha hecho o dejado de hacer, en base a lo cual cree que Bolinaga no se ha saltado ninguno de los requisitos que la Audiencia Nacional le impuso para liberarle.
Bolinaga, a la salida del hospital de San Sebastián le engañaron diciéndole que pertenecían a «Gara». En cuanto a los rumores de que el etarra frecuenta los bares de Mondragón, un responsable del ministerio asegura: «Bolinaga no está para tomar chiquitos; está hecho una piltrafa». El pasado 1 de julio, Fernández Díaz justificó la petición de nuevos informes médicos en que «es un tema que afecta e interesa a la sociedad española y particularmente a las víctimas» y por eso es «necesario y oportuno que ese mismo comité médico actualice su información». Días antes, la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza, expresaba en la Audiencia Nacional su «indignación» por la evolución del caso del etarra.