ABC 15/01/13
Fernández Díaz reitera tras la marcha por los presos que el Gobierno no va a negociar.
«No habrá ninguna negociación» con ETA. Este es el mensaje que volvió a transmitir ayer el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ante la posibilidad de que los dirigentes de Bildu-Amaiur-Sortu tengan esperanza de que la manifestación celebrada el sábado a favor de los asesinos de ETA que purgan sus crímenes en prisión rompa la política de firmeza que mantiene el Gobierno. «No hay que dar las gracias a ETA» por dejar de matar, subrayó Fernández Díaz, porque el «cese definitivo» de la violencia responde a su derrota policial y no a una reconversión a la democracia por parte de una banda que mantiene sus labores de mantenimiento logístico porque se resiste a desaparecer.
Poco importa que a la marcha de Bilbao asistieran diez, quince, cincuenta o, como aseguran los organizadores en un alarde de manipulación, 115.000 personas –en las pasadas elecciones municipales Bildu logró 350.000 votos–. El ministro del Interior aprovechó la toma de posesión del nuevo secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, para recordar que Bildu es la herencia de ETA, y para renovar el discurso de máxima firmeza frente a las pretensiones de la «izquierda abertzale» de que el Estado de Derecho pague peaje por la interrupción de los atentados. Entre otros motivos, porque la organización criminal no se ha disuelto ni ha entregado las armas.
En este sentido, recordó la detención, el pasado viernes en el centro de Francia, de dos etarras que iban armados y viajaban en un vehículo robado con documentación falsa. Un recordatorio, dijo, para que «tomen nota después de la manifestación del sábado quienes parecen decir que hay que dar gracias a ETA porque deje de matar, secuestrar y extorsionar».
Disolución incondicional
El titular de Interior reiteró que «ni ha habido ni habrá ninguna negociación» con ETA. Por tanto, la única «hoja de ruta» que le queda a la banda por transitar es la que ha de llevarle a «su disolución» incondicional. Si esto se llegara a producirse, el Gobierno sabrá gestionar «con la ley en la mano el día después», sentenció Fernández, quien en reiteradas ocasiones ya ha anticipado que la única vía es la resinserción individualizada. Pero en el caso de que no se disuelva por las buenas, lo será por las malas, porque las Fuerzas de Seguridad mantienen su acoso, como lo demuestra el hecho de que en 2012fueron detenidos 32 etarras.
Por otra parte, Fernández Díaz aseguró que la salida de Ignacio Ulloa del Ministerio no obedece a una falta de confianza o lealtad, «ni personal ni institucional». Antes al contrario, mostró su agradecimiento por «los servicios prestados» durante el año que ha ejercido el cargo. Al mismo tiempo, calificó a su sucesor en la Secretaría de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, como una persona de su «especial confianza». ya que hasta ahora era su director de gabinete y conoce «perfectamente» el Ministerio. A la toma de posesión acudieron también el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón; el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce; la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Mari Mar Blanco; los dirigentes del PP vasco Antonio Basagoiti e Iñaki Oyarzábal, así como los directores generales de la Policía y la Guardia Civil, Ignacio Cosidó y Arsenio Fernández de Mesa y la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes.
El Partido Popular, a través de su vicesecretario de Organización y Electoral, Carlos Floriano, también se pronunció ayer sobre esta manifestación proetarra, subrayando que «supone ir en un camino equivocado» porque «no hay que olvidar que hay víctimas y verdugos». En este sentido, reiteró que «vamos a dar la pelea para que todo el mundo tenga claro que Bildu es ETA y porque todo el mundo sepa que el camino por el que nos conduce la izquierda abertzale no va a poder robar la memoria de los que fueron asesinados».
ABC 15/01/13