EL CONFIDENCIAL 27/06/17
El terrorismo islamista utilizó por primera vez vehículos como arma en suelo europeo en 2013, pero la mecha prendió realmente hace un año. El ataque de Niza (julio 2016, 86 víctimas mortales y más de 400 heridos) fue pronto imitado por el Estado Islámico en Berlín (diciembre 2016), Londres (marzo 2017) y Estocolmo (abril 2017). El 3 de junio, tres yihadistas volvieron a atentar con un camión en la capital británica. Sin embargo, el efecto sorpresa de los atentados con camión se ha diluido. Las Fuerzas de Seguridad europeas, también las españolas, están tomando medidas para limitar su alcance. El próximo objetivo que baraja ya el Estado Islámico es atentar desde el cielo con drones, un sistema que aplica de forma intensiva desde hace meses en los reductos de Siria e Irak que aún controla y que volvería a disparar los efectos propagandísticos y psicológicos de sus operaciones en suelo europeo.
La amenaza está en la mesa del Gobierno desde hace al menos tres años. Fuentes del Ministerio del Interior han revelado a El Confidencial que, en el dispositivo de seguridad que se diseñó para proteger la proclamación de Felipe VI el 19 de junio de 2014, se contempló por primera vez la posibilidad de un ataque con dron. “Se temía que durante el recorrido del coche oficial por las calles de Madrid se colocara un aparato sobre el vehículo y provocara algún tipo de daño. No se pensaba solo en el terrorismo islamista, sino en cualquier tipo de organización, y se tomaron medidas para intentar evitar que algo así ocurriera”, admite una fuente implicada en la preparación de ese dispositivo. La única solución que se encontró entonces fue colocar a una persona con una red para cazar palomas junto al coche del nuevo rey de España, aunque se sabía que el alcance de esas trampas es limitado. Este detalle se había mantenido en secreto hasta ahora.
Tres años después, la amenaza de los drones es más real y tiene al Estado Islámico como principal y casi único patrocinador. En Siria e Irak, sus militantes han pasado de derribar los dispositivos de sus enemigos a crear su propio programa de innovación y desarrollo de vehículos aéreos no tripulados. Manipulan aparatos de juguete para conseguir que suelten granadas y morteros en pleno vuelo con una precisión milimétrica. No sólo pueden ser controlados a distancia desde un lugar seguro, sino que también emiten imágenes en directo de alta calidad a cualquier punto. Y todo sin hacer ruido.
La nueva arma ya ha provocado el pánico entre la población y los soldados que combaten al Estado Islámico. Estados Unidos incluso admite que ha tomado medidas para contrarrestarla, según ‘The Washington Post’. Hasta el pasado 1 de marzo, los drones yihadistas habían dejado 39 víctimas mortales, 103 heridos y seis vehículos militares destruidos. Debido a su pequeño tamaño, no tienen capacidad para transportar armamento de alta capacidad destructiva, pero al Estado Islámico le interesa más la angustia que genera la mera posibilidad de tener una bomba volando, en cualquier momento, justo encima de la cabeza.
Con ese aprendizaje adquirido, sus dirigentes quieren ahora que los drones sustituyan a los camiones en Europa. El pasado 12 de febrero se detectó en uno de los canales privados de Telegram que utilizan los yihadistas para comunicarse un mensaje en el que se animaba a emplear aeronaves no tripuladas para expandir el terror en Occidente. El contenido se publicó en árabe, inglés y francés. “Cualquiera puede comprar un dron con capacidad para llevar una bomba incendiaria y quemar una fábrica, un coche de policía, depósitos de combustible, un centro comercial o instalaciones eléctricas”. En otro mensaje, divulgado en diciembre también por Telegram, se explicaba incluso que a un modelo concreto de dron equipado con cámara se le pueden colocar cuchillos para lanzarlo contra la población y visionar en tiempo real el resultado del ataque. El precio de ese dispositivo apenas ronda los 1.500 euros, aunque tiene un radio de acción de más de 3,5 kilómetros y autonomía para permanecer en el aire unos 30 minutos.
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Fuentes del Ministerio del Interior reconocen a El Confidencial la gravedad de la amenaza y aseguran que se está trabajando para tratar de limitarla. El jefe de Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad, Diego Pérez de los Cobos, lidera un grupo de expertos que está aportando propuestas, desde el enfoque de la protección y la seguridad, al nuevo real decreto del Ministerio de Fomento que mejorará la regulación de los vehículos aéreos no tripulados. En las reuniones participan especialistas del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Casa Real, Departamento de Seguridad Nacional, Policía Nacional y Guardia Civil, según las fuentes preguntadas. La labor de Interior está cerca de concluir. Se espera que el real decreto se apruebe en cuestión de semanas. Limitará los vuelos en ciudades, en horario nocturno y en zonas de tráfico aéreo restringido.
Además, en paralelo a ese grupo de trabajo, también se están celebrando reuniones coordinadas por el Gobierno en las que ingenieros y analistas estudian el fenómeno de los drones desde la perspectiva de la lucha antiterrorista. La mayor preocupación en estos momentos, reconocen fuentes de Interior, es dotar a las Fuerzas de Seguridad de los sistemas e instrumentos necesarios para desactivar o derribar un dispositivo hostil. “Hay muchas formas de hacerlo pero es una tecnología nueva y todas tienen sus inconvenientes. El mayor reto es cómo frenar un dron que tenga intención de atentar o generar algún tipo de incidente y en eso se están centrando las reuniones con los expertos: en decidir qué mecanismos se utilizan para detenerlos y en establecer los protocolos que deben aplicarse”, admite una fuente del Ministerio.
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Hay una tercera línea de trabajo para desactivar los planes del Estado Islámico. El Gobierno y los servicios de inteligencia están realizando inversiones estratégicas en empresas tecnológicas del sector de la aviación no tripulada para tratar de incorporar sus avances. Una de las compañías que cuenta con apoyo público es la malagueña Aeorum, que ha desarrollado Dronecaptor, un sistema que aplica la inteligencia artificial para detectar y neutralizar amenazas con drones. El secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, visitó sus oficinas el pasado febrero. El interés del Ejecutivo por su tecnología es máximo, pero también hay otras firmas nacionales trabajando en este mismo sector que tienen respaldo público.
Por ahora, se adoptan medidas más primarias, también fuera de España. El pasado 3 de junio, por ejemplo, se decidió que la final de la Champions que jugaron Real Madrid y Juventus en Cardiff (Gales) se disputara con la cubierta del estadio cerrada para evitar un posible ataque con drones. Ese día, sin embargo, el terror se produjo a 250 kilómetros de distancia y lo desató otra vez un camión. Ocho personas murieron en el atentado del puente de Londres por el atropello y las heridas con arma blanca que causaron luego los tres yihadistas que componían esa célula.