Jon Juaristi-ABC

  • La Internacional, forma proteica del totalitarismo, ha ido evolucionando como toda especie animal que se precie

En mi opinión, las dos vicepresidentas actuales del Gobierno están más sonadas que las Maracas de Machín, pero no por ello hay que concederles el beneficio de la psicopatología de la vida cotidiana cada vez que sueltan alguna siniestra gilipollez. Que los medios hablen de lapsus a propósito de la frase «queda gobierno de la corrupción para rato», proferida por la vicepresidenta en sede parlamentaria, encubre una concesión estúpida o un proceso de intenciones gratuitamente benigno. Es obvio que la Díaz, dentro de su habitual estado cognitivo de conciencia alterada, no solo tiene la certeza de formar parte de un gobierno corrupto, sino que se siente muy feliz por ello. Convencida de estar en lo que el lamebotas ministerial canario del Puto Amo ha llamado, esta semana, «el lado bueno de la Historia» (asombrosa y original innovación del mantra «el lado correcto de la Historia» utilizado por el resto de la banda), la susodicha pirada ha lanzado su frasecilla a la cara de la oposición para que quede clara su convicción de que es preferible el más corrupto gobierno de la izquierda a la alternancia democrática, y que por eso no abandonará a su señorito. Por el contrario, no ha dudado en solidarizarse sumisamente con la corrupción del Partido Socialista. Eso no es un lapsus: es una declaración tajante.

Como tajante fue su toma de posición a favor de Hamás inmediatamente después de la masacre del 7 de octubre de 2023. «Del río al mar», proclamó sin matización alguna. Es decir, repitió sin vacilar el eslogan yihadista que preconiza el exterminio de los israelíes, porque lo asume sin escrúpulos. Y si, por ejemplo, otra pensionada comunista, Irene Montero, afirma que es necesario destruir el Estado de Israel, no hay que atribuir tal consigna a un calentón. No está haciendo otra cosa que enunciar el programa mínimo y explícito de la nueva Internacional antisemita en la que Podemos estaba ya integrado desde su misma fundación como «proxy» no disimulado del régimen iraní. El programa implícito, por supuesto, prevé el exterminio total de los judíos. Preguntar a Hamás, si hubiera dudas.

Hay que empezar a tomarse en serio estas aparentes melonadas de la izquierda. Cuando los socialcomunistas acusan a la oposición de no tener humanidad está diciendo exactamente lo que dice: que la derecha no forma parte de la humanidad, del género humano. Y es que para la izquierda no hay otra humanidad que la Internacional que toque en cada momento. «El género humano es la Internacional», así concluye la murga que siguen berreando en sus saraos sociatas y comunistas. Ayer tocó la Primera Internacional, la Segunda, la Tercera o Komintern y hasta la Cuarta de la charanga trosquista. Hoy toca la Internacional altermundialista, surglobalista, woke, yihadista, antisemita y antioccidental que Perico Saunas se ofrece a liderar.