Reconocen las dificultades que hay para probar el enaltecimiento del terrorismo, un delito que se podría estar cometiendo cada viernes —día de oración en el Islam— en un centenar de las mil mezquitas que hay en España. Los investigadores reclaman facilidades para expulsar a los imanes radicales.
Tanto los investigadores policiales como la Fiscalía reconocen las dificultades que hay para probar el enaltecimiento del terrorismo, un delito que, según fuentes consultadas por ABC, se podría estar cometiendo cada viernes —día de oración en el Islam— en un centenar de las mil mezquitas que hay abiertas en España. Con este escollo se encuentran a diario los expertos antiterroristas que reclaman una definición más precisa del enaltecimiento para evitar que el futuro de una investigación dependa de la interpretación que el juez haga de este delito, como sucede en la actualidad.
Subrayan, en este sentido, que otros países europeos cuentan desde hace tiempo con una definición acotada de esta infracción, lo que constituye, a juicio de los expertos, una eficaz herramienta y más viendo que la «yihad ideológica» lanzada por Al Qaida es una campaña con largo recorrido. Para las fuentes consultadas, es el momento de poner los medios legales para hacer frente a la nueva ofensiva de la red que dirige Bin Laden.
Por este motivo, subrayan la importancia de unificar criterios sobre el delito de enaltecimiento y recuerdan que la Fiscalía General del Estado en su memoria de 2009 destacó la necesidad de que la «especialización» alcance a los órganos judiciales por las «peculiaridades» que tiene el terrorismo internacional yihadista en cuanto gestación, estructura y funcionamiento. La Fiscalía reconoce que esa singularidad «le aleja del terrorismo tradicional y dificulta notablemente la respuesta represiva del Estado mediante la investigación penal y la aplicación de la ley». En definitiva, no todos los terrorismos son iguales, luego las armas legales han de ser diferentes.
Los expertos policiales consideran también una traba el «exceso de garantismo» de la ley de Extranjería en cuanto a las expulsiones. Reclaman que la legislación debería ser más flexible para que se pudiera actuar de manera rápida y eficaz contra aquellos que desde las mezquitas lanzan discursos de claro enaltecimiento de la yihad. «Tenemos varios casos pero es prácticamente imposible expulsarlos», lamentan.
Mientras, el portavoz del PP en la Comisión de Exteriores del Congreso, Gustavo de Arístegui, calificó de gravísimo el avance del extremismo islámico en España. «En nuestro país hay entre 1,5 y dos millones de musulmanes y aunque el extremismo afecta a una proporción pequeña, al tratarse de una masa numerosa, la cifra no es nada desdeñable. Y estamos ante un fenómeno creciente. Hay que pedir medidas contundentes a las autoridades y, a los musulmanes moderados, que tengan coraje y valentía para dar un paso al frente y denunciar a quienes son el enemigo común. En estos momentos, la responsabilidad de los moderados es crucial». De Arístegui condenó al imán de la mezquita Ibn Hazm de Lérida: «¿Quién es ese sujeto que llegó a montar una policía religiosa para mandar apalear a quienes considera que no cumplen con las normas religiosas, cuando eso es una cuestión de conciencia?».
ABC, 28/12/2010