Miquel Giménez-Vozpópuli
  • La ministra Irene Montero ha dejado claro ante la prensa que siempre estará a su disposición. Y no ha parado de repetirlo

No, no es que se haya quedado atascada, es que la señora es así. A cada pregunta que le formulaban acerca del por qué la ministra portavoz no la ha dejado hablar de los incidentes sucedidos a raíz del asalto a la valla de Melilla, ella, la Monti, decía con sonrisa de esfinge “Ya saben que siempre me van a tener disponible para conocer mi opinión”. Hasta cuatro veces ha repetido la frasecita, como si se tratase de uno de esos malditos contestadores que saltan cuando llamamos y nos informan que fulanito no está en casa y que dejemos el mensaje cuando se oiga el grito de Sánchez. Modosita, con sonrisa Profidén y una bad milk mal reprimida que ríanse ustedes de Spectra cuando ve la cuenta de resultados de lo que han empleado en acabar con James Bond, Irene demostraba que es capaz de hacer lo que sea con tal de seguir agarrada a la ubre.

Y es que, de la misma manera que la ministra cree que los señores tenemos miedo de las tetas femeninas, bien se podría decir que ella tiene pánico de verse destetada de su astronómico sueldo como integrante de un gobierno que, más que de coalición, es de sumisión. Porque no es la primera ni la segunda vez que los podemitas han de tragarse orgullo y manifiesto comunista con tal de cumplir las órdenes de Pedro el Cruel, Zar de todos los ministerios. Lo sabe todo quisque: con Sánchez no vale salirse de la línea. El gobierno es el presidente y viceversa porque todos son contingente pero sólo él es necesario, parafraseando a “Amanece que no es poco”.

Lo extraño es la frase que ha elegido la ministra cocoguagua de arcos iris y unicornios. Estoy siempre a su disposición, dice, suponemos que refiriéndose a la prensa, ¿Qué presupone? ¿Piensa reconvertirse cuando salga de la política – más bien la echarán – y hará posados de verano como Ana Obregón? ¿Quiere hacerle llegar a Sánchez el mensaje subliminal de que a ella lo mismo le da un so que un arre y con tal de no perder mamandurria, niñeras, guardaespaldas, coche oficial y pasta igual mañana puede salir diciendo que se ha reconvertido al atlantismo y que Churchill es su ídolo? ¿A disposición de quién está Irene? ¿De la niña de la que abusó el ex marido de Oltra y que, presuntamente, está trató de ocultar para que no afectase su carrera política? ¿Está a disposición de la menor de Igualada, salvajemente violada, de las niñas tuteladas de Baleares que también fueron vejadas y prostituidas, de las madres que raptan a sus hijos, o lo está de los padres que se ven chantajeados por sus ex para que paguen pensiones astronómicas, vendiéndoles el derecho que tienen a ver sus hijos? ¿Cree que los violadores somos nosotros dado que el hombre es un cabronazo por el simple hecho de tener fuchinga o piensa que las madres que asesinan a sus hijos son sencillamente personas que están malitas de la cabeza, pobrecicas? Si defiende las familias de todo tipo, ¿está disponible también para la familia clásica, la que aglutina el noventa y tres por ciento de las existentes en España? ¿Les dará cheque de natalidad o eso es facha? Si apoya a la cría que quiere abortar ¿estará también disponible para la que desee tener su hijo, ayudándola con medios, apoyo personal y empatía institucional?

No lo sabemos, aunque lo imaginamos. De momento, cantemos al señor, a la señora y al señoro, porque después de haber sido humillada en público – una vez más – Irene dice que está siempre a tú disposición. Aleluya.