«Saber que se puede» es el primer libro de Irene Villa, que ayer fue presentado en Madrid por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón y los periodistas Luis del Olmo y Nieves Herrero.
Trece años después de aquel atentado que la convirtió en una de las primeras víctimas civiles de ETA, que truncó sus sueños de ser capitana de un equipo de baloncesto, la joven revela en este libro sus pensamientos y el optimismo que le valió para renacer sin reproches a aquel negro 17 de octubre.
-¿Qué pretende con este libro?
-Sobre todo transmitir a la gente que se puede sobrevivir en medio de la desgracia. Es un libro en pro de la paz, contra el terrorismo. Por eso trato en cada página de transmitir armonía. Por eso he desterrado el odio de mi vida, el odio acrecienta el problema.
-Hay páginas muy duras, como aquéllas en las que recuerda su estancia en el hospital. ¿Ha sido difícil revivir aquellos momentos?
-La verdad es que no. Mi madre y yo lo tenemos tan superado que no he tenido que despertar fantasmas enterrados. Bueno, cuando me enteré de que no tenía piernas fue muy dramático, pero ahora ese recuerdo lo tengo prácticamente borrado. No me ha dado miedo volver a revivirlo, al revés, creo que tenía que hacerlo.
«El miedo alimenta el terrorismo»
-¿A qué tiene miedo?
-A nada. Me da mucha pena la gente que tiene miedo porque creo que el miedo alimenta el terrorismo.
-Si tuviera oportunidad de hablar frente a frente con un terrorista, ¿qué le diría?
-Le diría que, por favor, dejara de matar. Pero no estoy nada a favor del diálogo del Gobierno con los etarras, porque a lo largo de la historia se ha demostrado que no ha servido de nada. No merece la pena hablar con ellos. Lo único que sirve es perseguirles y hacer que cumplan sus penas íntegras. Hay que ser duros, no darles ninguna concesión. Ante todo son los derechos humanos y, a los que no los respeten, a degüello con ellos. Nunca he podido entender los gobiernos blanditos con el terrorismo.
-En una ocasión dijo: llegas a entender lo que quieren los terroristas y eso es más frustrante.
-Sí, he llegado a comprenderlos, por el odio que sienten, por lo que han mamado desde pequeños, se creen que somos el enemigo y que nos tienen que matar. Lo tienen tan claro que no sienten ningún remordimiento al hacerlo. Pero me gustaría que ellos también se pusieran en la piel de una víctima y que entiendan. Que luchen a través de otras vías, en el Parlamento, con el PNV o con el partido que sea.
-¿Cree en la Justicia?
-Baltasar Garzón fue el que me hizo recuperar la fe en la Justicia. Antes nunca había creído, porque veía que a los etarras les cogían y les soltaban a los pocos días con atenuantes absurdos. Con Garzón, cuando ilegalizó HB, me sentí mucho más esperanzada.
ABC, 22/10/2004