Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo
No sé si la declaración es para consumo interno, para enardecer a las masas de militantes alicaídos tras los malos resultados obtenidos en las pasadas elecciones o si se dirige a la ciudadanía en general, tratando de borrar la imagen de colaborador con el ‘ocupante’ adquirida durante la larga época de cerrado apoyo al Gobierno de Sánchez. Una imagen que los de Junts han conseguido difuminar con mayor habilidad, a pesar de haber cometido un pecado similar. Pero, si el destinatario fuese el PSOE, como se anuncia, creo que es una tarea inútil. Tal y como está expresada la fórmula es, simplemente, irrealizable.
Para dar su apoyo a la investidura de Salvador Illa, ERC exige dar un «gran paso» que en concreto supone un vuelco total al modelo de financiación que debería ser «estructural, permanente e irreversible». «Debería ser «una financiación singular que avance hacia la plena soberanía fiscal, basada en una relación bilateral con el Estado y la recaudación, gestión y liquidación de todos los impuestos». Más. «Que contemple abonar al Estado los servicios que realmente presta en Catalunya y atienda a la solidaridad necesaria con el resto de los territorios». Para sentenciar que «sin un paso adelante claro y decisivo hacia la soberanía fiscal no habrá ningún acuerdo de investidura posible».
Como ve, se pide, sin nombrarlo, un sistema muy parecido al del Concierto Económico Vasco. Por pedir… Piden solo lo que otros tenemos, pero hoy tal cosa ya no es posible. El Concierto Vasco se gestó en un ambiente especial, en plena elaboración de una Constitución novedosa e imprescindible para la reconciliación, cuando ninguna Autonomía sabía cuál era el destino final de tanta incertidumbre y cuando la mayoría de ellas, si no todas y desde luego la propia Cataluña, no quería arriesgarse a transitar por las trampas de la recaudación y enfrentarse a los peligros de la corresponsabilidad fiscal.
Por eso fue posible la ‘fórmula vasca’ y por eso es imposible repetir hoy el modelo solo para una comunidad. O se cambia para todas o no se cambia para nadie. Es peor. Por que los ‘indepes’ no quieren mejorar su sistema de financiación. Eso lo podrían lograr con la mejora del sistema actual para todos. Ellos quieren mejorar el suyo y diferenciarse a la vez del común. Obviamente quieren diferenciarse del común para mejorar su situación singular, no para empeorarla.
Y, en cualquier caso, esto no lo puede conceder Illa. Este cúmulo de concesiones lo tendría que proponer, negociar y aprobar el Gobierno de la nación en el Congreso. Su grupo podría tragar tal cosa, porque serían capaces de tirarse por la ventana si se lo pide Sánchez. Pero ¿cómo volver a Castilla-La Mancha, a Andalucía, a Valencia o a la cercana Madrid, sin sufrir el asalto de la turba indignada por la venta, no de su honor ni de su honra, sino de… su bolsillo?