Israel pierde a su embajador ante el mundo

EL MUNDO 29/09/16

· El país prepara el funeral más blindado de su historia para enterrar a Simon Peres

Por primera vez en sus vidas y en la de su país, los israelíes se despertaron ayer sin Simon Peres. Tras la muerte de su último padre fundador –doblegado en la madrugada por el derrame cerebral de hace dos semanas–, Israel experimenta una mezcla de sentimientos. Tristeza por la desaparición de un símbolo, agradecimiento al estadista que dedicó 70 años a la construcción (bajo la batuta de David Ben Gurion), disuasión (central nuclear de Dimona) y proyección (compromiso por la paz con los palestinos que le dio un Nobel) de Israel, e incertidumbre ante el futuro sin un sucesor con su visión.

Decenas de dirigentes mundiales capitaneados por el presidente estadounidense Barack Obama darán mañana el último adiós a Peres en el cementerio reservado a los «grandes de la nación» del Monte Herzl en Jerusalén. Será enterrado al lado de Isaac Rabin e Isaac Shamir en el evento con más medidas de seguridad de la historia del país.

«Peres nunca renunció a la posibilidad de paz entre israelíes, palestinos y los vecinos de Israel. No me imagino un tributo mejor a su vida que renovar nuestro compromiso con la paz que él creía posible», afirmó Obama en un mensaje que puede interpretarse como un último intento de reactivar la negociación antes de dejar la Casa Blanca en cuatro meses. Con el legado de su admirado Peres como brújula, Obama puede realizar un discurso especial pidiendo la solución de dos Estados o presentar un plan detallado para que sea aplicado por el primer ministro Benjamin Netanyahu y el presidente palestino, Abu Mazen, a los que en el pasado culpó por no tomar «duras decisiones por la paz». Si Abu Mazen, que ayer lamentó la muerte de su viejo amigo y «socio de la paz de valientes», decide asistir al funeral se podría abrir un pequeño canal de esperanza diplomática.

A quien no se espera ni se invita es al grupo islamista Hamas, que declaró su felicidad por la muerte de Peres, al que llamó «criminal de guerra». «Se ha ido sin conseguir lo que más deseaba: la paz», lamentó su fiel asesora en los últimos 12 años Ayelet Frish.

La cascada local e internacional de reacciones de dolor y admiración hacia Peres es tan grande como el número de eventos históricos de Israel vinculados con el que fue presidente y primer ministro. La extraordinaria movilización de mandatarios de EEUU, Francia, México, Alemania, Canadá, Reino Unido (el príncipe Carlos), entre otros, confirma que la Marca Peres podía ser a veces más poderosa que la Marca Israel. Incluso cuando lleva dos años sin ostentar un cargo público.

Los israelíes, que hoy rinden tributo ante sus restos depositados en la Knesset (Parlamento), pierden a uno de sus principales lazos con el exterior. Su cara más amable y conciliadora. El Israel que el mundo quisiera ver siempre. Lo sabe bien Netanyahu. Cuando coincidió con Peres como presidente (2009- 2014), éste ejerció como escudo diplomático del líder conservador.

Tras recibir la aprobación de Netanyahu, Peres negoció con Abu Mazen, pero cuando llegó el momento de dar un paso adelante, dicen en su entorno, Netanyahu dio uno atrás para preservar su coalición y por no fiarse de los palestinos. Quizá Peres pensó en Bibi cuando dijo: «Prefiero fracasar por confiar en las personas que desaprovechar oportunidades por no confiar en ellas».

«Uno de nuestros grandes líderes deja tras de sí una larga estela de logros únicos. En nombre de todo el pueblo judío, de los ciudadanos de Israel y del Gobierno, envío desde aquí mis profundas condolencias a la familia de Simon», declaró ayer Netanyahu sobre su amigo personal y rival ideológico en la reunión del ejecutivo convocada tras su muerte.

Tras dos semanas junto a la cama de Peres en el hospital Tel Hashomer, su hija Tzivia Valden señaló: «Para muchos israelíes era también su padre y por eso nuestra pérdida pertenece a todo Israel».

«Muchas generaciones de israelíes tenemos una enorme deuda por lo que hizo desde los inicios del país. A nivel personal, Peres me enseñó la importancia de ser optimista y de trabajar mucho para lograr el cambio deseado», comenta a EL MUNDO su ex portavoz Yair Zivan si ocultar emoción y tristeza.

«Los optimistas y los pesimistas terminamos muriendo de igual forma pero los optimistas vivimos mejor», dijo Peres a este diario con un optimismo superior al de cualquier otro líder en la zona.

Cuando sus ex asesoras prometen mantener el legado de Peres, surgen las preguntas: ¿El legado como halcón en sus primeros años? ¿Su visión de futuro basado en la tecnología y ciencia? ¿Su lucha sin cuartel por la paz? Antes de llegar a Tierra Santa para despedirse de su «amigo Simon», Barack Obama promete: «La luz se ha apagado pero la esperanza que nos dio estará encendida para siempre».


LA DESPEDIDA MÁS EMOTIVA
Fecha emblemática. Simon Peres sufrió el derrame cerebral el 13 de septiembre. En esta emblemática fecha hace 23 años firmó en la Casa Blanca los Acuerdos de Oslo por los que recibió el Nobel de Paz junto a Rabin y el palestino Arafat.

Obsesión por la seguridad. La Policía considera que la presencia mañana de tantos dirigentes mundiales en Jerusalén convierte el funeral en el más «blindado» de la historia del país.

Un homenaje por la paz. El Centro Peres por la Paz, creado para fomentar la convivencia entre árabes y judíos, seguirá sus actividades en homenaje a su fundador. / S. E.