EL MUNDO – 10/05/16
· Alberto Garzón IU cierra el acuerdo con Pablo Iglesias para ir juntos a las elecciones a cambio de ocho escaños La coalición mantendrá su logo, pero falta por decidir qué ocurrirá con sus siglas.
· Podemos e Izquierda Unida sumarán fuerzas para intentar dar un vuelco electoral histórico en la izquierda española y amenazar la hegemonía del PSOE.
· Pablo Iglesias fortalece su candidatura con un nuevo aliado con el que salvar su desgaste en las encuestas, a cambio de prometer a Alberto Garzón ocho escaños por colocar al emblemático electorado de IU bajo su liderazgo.
Las dos organizaciones cerraron en la tarde de ayer, durante una jornada agónica y maratoniana de negociaciones, un «preacuerdo» para presentarse unidos a las generales del 26 de junio. Sin embargo, todavía tienen pendiente cerrar de forma definitiva tres asuntos que estaban bloqueando el pacto: la configuración final de las listas electorales, el nombre de la candidatura y el papel de IU en el Congreso –si pemanecerá toda la legislatura integrado dentro del Grupo de Podemos y sus confluencias o si se marchará al empezar al Mixto–.
El asunto de las listas no es menor, ya que ha sido la causa principal por la que el acuerdo ha permanecido encallado tres días más de lo que Podemos había previsto. A última hora de la tarde, Garzón dio finalmente el sí después de que Iglesias le prometiera un reparto de escaños con «la proporción 1 a 6», es decir, un diputado de IU por cada seis de Podemos. Eso, tomando como referencia los resultados de las elecciones del pasado 20 de diciembre, supondría 50 escaños para la formación de Pablo Iglesias y ocho para la de Alberto Garzón.
Aunque eso implicaría que IU multiplicase por cuatro su representación actual en el Congreso –que es de dos diputados–, los detractores de este acuerdo, con el ex coordinador federal Gaspar Llamazares a la cabeza, temen que la coalición acabe fagocitando la imagen de IU como partido, con una sumisión total a Podemos, comprometiendo así la supervivencia de una organización histórica, en la que está integrada el PCE, que ha tenido un papel crucial no sólo en democracia, sino también en la Transición y la lucha antifranquista.
La realidad de esa promesa de ocho escaños tendrá todavía que concretarse en la confección de las listas electorales, donde ambos partidos mantienen un tenso tira y afloja por situar el mayor número posible de los suyos en los puestos de salida con más garantías. Para evitar que esa situación continuase bloqueando el pacto y proyectara públicamente una imagen de lucha de poder, Podemos e IU decidieron ayer aplazar el asunto y seguir negociándolo «una vez» sea «ratificado este acuerdo» por las bases de los dos partidos. De esta forma, los militantes de cada organización podrán votar desde hoy y hasta mañana en sendos referendos sabiendo la mayoría de las condiciones que ya estaban pactadas, aunque no todas las «fundamentales», como deseaba Iglesias. Los resultados de las dos consultas serán públicos el jueves, un día antes de que expire el plazo legal para registrar las coaliciones electorales.
Ese escollo de las listas no impidió a los líderes de Podemos, Pablo Iglesias, e IU, Alberto Garzón, festejar juntos el acuerdo y celebrar en Madrid su primer acto conjunto como pareja de hecho, arropados por decenas de simpatizantes de ambas organizaciones. Previamente, Iglesias y Garzón anunciaron el preacuerdo encontrándose simbólicamente en la Puerta del Sol, donde se desarrollaron las protestas del 15-M. Con ese gesto y lugar, los dos pretendieron vincularse al movimiento indignado cuando apenas quedan unos días para que se cumpla el quinto aniversario. Ambos se fundieron en un abrazo en la plaza y después hicieron una comparecencia ante los medios en Lavapiés, donde brindaron por la alianza con botellines de cerveza. «Me encanta que los planes salgan bien», dijo Iglesias, parafraseando a un personaje de El Equipo A.
La coalición Podemos-IU –que todavía busca nombre oficial– amenaza al PSOE con provocar el sorpasso en la izquierda. En las pasadas elecciones, las dos formaciones por separado obtuvieron 5,2 millones de votos –Podemos– y un millón –IU–, frente a los 5,5 millones que cosechó el PSOE. No obstante, como reconocen los propios dirigentes de Podemos, las sumas en política no son iguales que en la calculadora. En todo caso, confían en que el acuerdo genere un frente de ilusión nuevo que arrastre a más votantes del PSOE a desertar.
Además de las listas electorales, hay otros aspectos del preacuerdo importantes. IU ha conseguido hacer valer la necesidad de Podemos de reforzarse con nuevos aliados para su segundo asalto al PSOE, garantizándose que su imagen y su logo aparecerán en las papeletas de la votación. Y no ha sido un asunto fácil. Podemos viene alertando contra las «sumas de siglas» y hay relevantes sectores internos que rechazaban expresamente que la simbología de IU se mezclara con la del partido morado, por el riesgo que eso podría provocar para retener a los electores más moderados o que ven con recelo el desembarco del Partido Comunista.
Asimismo, IU incluirá también su imagen y logo durante los actos de campaña y en los materiales de comunicación. No obstante, la presencia de Iglesias y Garzón en el mismo escenario quedará limitada a los eventos más importantes. Preferentemente acompañados de otros aliados como la catalana Ada Colau, la valenciana Mónica Oltra y el gallego Xosé Manuel Beiras.
El nombre de la coalición está «por decidir», aunque lleva tiempo sonando la marca «Podemos-Unidad Popular». En cualquier caso, en el registro quedará constancia de que la fórmula es «Podemos-IU» más el resto de los partidos que se sumen a la alianza en los territorios.
EL MUNDO – 10/05/16