EL MUNDO – 06/05/16
· El partido de Garzón acepta la coalición con Iglesias sin conocer el número de sus candidatos que irán en listas ni qué pasará con sus siglasEn la consulta sólo participó el 28% de sus afiliados.
Izquierda Unida emprendió ayer a ciegas el camino de la coalición con Podemos, sin saber todavía cuáles son las condiciones para realizar ese viaje en las elecciones generales del 26 de junio. Las bases avalaron con un 84,3% de votos una alianza bajo el liderazgo de Pablo Iglesias, en la que todavía se están negociando aspectos tan trascendentales para el futuro de IU como si se preservan sus siglas en el nombre de la candidatura, el número de miembros de la organización que ocuparán puestos de salida en las listas o el reparto de dinero según los votos.
Los militantes y simpatizantes de IU tomaron una decisión crucial sin más información que la mera voluntad de aglutinar a distintas fuerzas de la izquierda en una candidatura para intentar arrebatar la hegemonía al PSOE y convertirse en la principal alternativa de Gobierno al PP. El peso en votos de ambos en el 20-D fue de más de seis millones de sufragios, por los 5,5 millones del PSOE, lo que ha provocado que tanto Iglesias como Alberto Garzón alimenten la tesis de un sorpasso en la izquierda.
El resultado de la consulta entre las bases supone un paso decisivo, aunque aún no es definitivo. Al margen de que Podemos también tenga que respaldar el acuerdo, la decisión final por parte de IU la tendrá que tomar mañana, sábado, el Consejo Político Federal, en una reunión en la que se expondrán y valorarán los avances hasta ese momento, pues según informan fuentes de ambas organizaciones todo parece indicar que el pacto no estará todavía cerrado.
Después del claro resultado del referéndum –donde el no sólo alcanzó un 13,3% de los votos–, lo previsible es que Alberto Garzón consiga la aprobación del máximo órgano de dirección de IU, pero también podría ocurrir que los que recelan de dar un cheque en blanco a Podemos presionen fuertemente para celebrar una nueva consulta en la que la militancia de la organización tenga ya toda la información sobre la alianza.
De hecho, Paloma López –la rival de Garzón para liderar IU y que está apoyada por el coordinador federal, Cayo Lara, y sus más afines– adelantó ayer que «exigirán una nueva consulta a los militantes» para obtener una «ratificación definitiva», una vez que sean públicas las condiciones del pacto.
En el fondo de esta petición está el miedo de éste y otros sectores a que la configuración de una coalición electoral acabe provocando una sumisión total a Podemos que ponga en peligro la supervivencia de una organización histórica, no sólo por su papel en la democracia, sino también en la Transición y la lucha antifranquista. De ahí que Cayo Lara –partidario pese a todo del acuerdo con Podemos– reclame que éste sólo se haga respetando la identidad y autonomía de IU. Algo que el ex coordinador federal Gaspar Llamazares, principal detractor de la alianza, ve imposible que suceda. Hace unos días lamentaba en una entrevista en este diario que IU acabe convertida en «un satélite que orbita en torno a Podemos».
A esta presión interna sobre las condiciones del pacto se suma la incertidumbre que genera la baja participación de los militantes y simpatizantes en una consulta tan crucial para el futuro de IU, y que se estancó en el 28% del censo, formado por 70.000 personas. El propio secretario de Organización, Adolfo Barrena, reconoció que la cifra era «baja», aunque a continuación añadiese que los 20.067 votantes habían subido en cinco puntos la participación del último proceso interno. De todos ellos, 17.440 personas (84,3%) dijeron sí a Podemos, 2.741 (13,3%) votaron en contra y 500 (2,4) eligieron la opción llamada abstención, aunque en realidad la cifra de abstencionistas llega a 50.000.
La eurodiputada y candidata a liderar IU, Paloma López, manifestó en un comunicado que la participación «se antoja insuficiente» y que ésta se explica por «la falta de concreción de la pregunta lanzada por la dirección de IU». «[Las bases] no han querido votar ni dar un cheque en blanco para formar una coalición con Podemos porque no han entendido ni nadie les ha explicado cuáles eran los términos de esa negociación», señaló la rival de Garzón.
Mientras tanto, Podemos e IU continúan avanzando en sus negociaciones, pero a un ritmo mucho más lento del que tenían previsto. El plan inicial era anunciar el acuerdo hoy, antes del Consejo Político Federal de IU. Sin embargo, fuentes de ambas organizaciones dan por hecho que el diálogo se va a extender durante el fin de semana. El nuevo límite es el lunes, ya que Podemos sí quiere hacer la consulta a su militancia poniendo negro sobre blanco todas las condiciones del acuerdo con IU.
Iglesias preguntará a sus bases el martes 10 y el miércoles 11, lo más apurado posible del plazo, ya que los resultados se anunciarán al día siguiente, 12 de mayo, último día para registrar la coalición.
Barrena –por parte de IU– y Pablo Echenique –en nombre de Podemos– están «todo el día conectados» a través de mensajes en el móvil y correos electrónicos para superar los últimos escollos, que se centran principalmente en las listas electorales y el dinero.
Podemos e IU mantienen un pulso por el número de miembros de la organización de Garzón que se harán un hueco en los puestos de salida de las listas. Dentro del partido morado fijan cifras entre cinco y ocho como mucho, mientras que IU quiere hacer valer no sólo su reciente millón de votos, sino también las perspectivas electorales que dibujan las encuestas, con un aumento de sus opciones: triplicando sus dos escaños actuales hasta los seis. Además, juega con la necesidad de Podemos de formar esta alianza para garantizarse una segunda oportunidad de lograr lo que el 20 de diciembre no pudo conseguir en solitario: superar al PSOE e intentar liderar la alternativa al PP.
Respecto al nombre de la candidatura, hay quien apunta que la coalición podría llamarse Podemos-Unidad Popular, que borraría las siglas de IU con la coartada de utilizar la marca genérica que ya le acompañó el 20-D. Sin embargo, ninguna fuente oficial quiere confirmar este extremo.
Lo que sí cobra fuerza es que, tras el 26-J, IU acabe desgajándose de Podemos para ir al Grupo Mixto y mantener visibilidad.
EL MUNDO – 06/05/16