Miquel Giménez-Vozpópuli
- Al exdiputado cupaire Antonio Baños lo han pillao con el carrito del ‘helao’. Un pantallazo de su ordenador muestra las pestañas de Japanese scat y Fantastic Orgy. Chapoteo fino.
Reconozco que estar en la inopia acerca de tendencias, trending topic, influencers, mainstream y la madre que los parió. Prefiero leer a Patrick Modiano. Cosas de la edad. Así que cuando he visto el revuelo que se ha organizado por un tuit de Baños, el muchacho que toma gin-tonics en hoteles de lujo, me he puesto a mirar. Se conoce que tenía abiertas unas pestañas perfectamente visibles en su ordenador. El hombre hizo un pantallazo porque quería hablar de otra cosa, pero como anda despistadillo -la carga del líder revolucionario siempre es abrumadora -, plas, se olvidó de cerrarlas y todo el mundo pudo leer que una pertenecía a una página de orgías – ahí llego, aunque nunca haya estado en una lo que me provoca cierto complejo de señor de pueblo a lo Paco Martínez Soria – y la otra, mucho más misteriosa para mí, que rezaba japanese scat.
Piqué, claro, que uno de galopín miraba de extranjis revistas como Paris la Nuit con los colegas del instituto. Añadamos que todos teníamos trece años y que, comparado con esto que les diré, aquellas señoras esculturales podrían en la actualidad dar una rueda de prensa en el museo del Prado sin ningún problema. Enseñaban tan poco que hubo quien se llevó una pequeña lupa de filatelia hurtada a su padre a ver si así pillábamos algo. El caso es que consulté al señor Google, pronúnciese gügel, y no vean. Sin entrar en detalles, que hay niños y algún secretario de organización, la cosa va de japonesas haciendo caca.
Cayéronseme los palos del sombrajo. Dicen algunos entendidos consultados, que prefieren no dar nombres porque queda feo que los identifiquen con esas cosicas, que el scat es práctica sexual en la tierra del sol naciente. Quienes la practican degluten con fruición lo que ustedes imaginan y yo callo. El remate es que es cosa de mujeres, de señoras, de chicas, de compañeras de lucha porque les va la vida. Ahí no pude más. O sea, ¿están las CUP, Junts per Cat y Esquerra peleándose por la mesa del Parlament como tres señoras estirando del mismo jersey con manga ranglan en unas rebajas y Baños pierde el tiempo en estos menesteres? ¿No le da vergüenza andar con cacas niponas teniendo más cerca otras de mayor enjundia y efluvios pestosos? Porque lo del separatismo hiede que no se puede aguantar.
- Uno puede llegar a entender que llegue un momento en que el pestazo autóctono sea tan insoportable que te veas obligado a buscar otros efluvios escatológicos que, aún siéndolo, no tengan en su ADN nada que ver con el mandato popular
Pero no sé yo hasta qué punto le disculparán a Baños, con un apellido que de entrada les debe parecer sospechoso, esas parafilias más propias de un decadente aristócrata o de un burgués libertino. Y ya les puedes ir contando que si Pier Paolo Pasolini, comunista radical y homosexual, y su film Salò o le 120 giornate di Sodoma o que a Santa Margarita de Alacoque se le atribuye ingerir los excrementos de los enfermos para mortificar su cuerpo. Ni te molestes, porque no lo van a entender. Te considerarán traidor de todas maneras porque, ya se sabe, aquí todo ha de ser catalán para considerarse bueno. La merda de la muntanya no fa pudor encara que la remenis amb un bastó. Eso, por no hablar de la cosificación del cuerpo femenino, el heteropatriarcado y la explotación sexual. Ahí pringas fijo también. Que te sirva de lección y, una de dos, o dejas de ver esas marranadas o procura cerrar todas las pestañas antes de hacerte tú mismo un pantallazo, que es que hay que decíroslo todo.
Ay, Baños, aquí todo es puro Tawagoto, y dispensen el exabrupto. Pero como es en japonés…