Salvador Sostres, EL MUNDO 24/11/12
La prensa catalana acusa estos días a EL MUNDO de juego sucio por publicar sus exclusivas informaciones sobre la corrupción de Convergència. Juego sucio es cobrar toda clase de injustificadas subvenciones, legales y encubiertas, del dinero de todos los catalanes. Y renunciar al periodismo para caer en la mentira, en el panfleto y en la propaganda.
Meter miedo y mierda, de lo que también se acusa a EL MUNDO, es propiciar una sociedad con unos medios de comunicación comprados. La impunidad de una clase política no sometida a ningún control lo que más tendría que asustarnos.
Un amigo me llamó el miércoles para decirme que había contestado a una encuesta que le preguntaba si las exclusivas de EL MUNDO iban a variar su intención de voto, y que de ser así, en qué sentido lo harían. Es curioso que no se haya hecho ninguna encuesta para saber hasta qué punto los catalanes van a cambiar su voto después de dos años de haber sido intoxicados por La Vanguardia.
Es tan cínica la trama que los periodistas catalanes llaman «juego sucio» y «mierda» a las exclusivas de EL MUNDO y evitan cualquier comentario sobre lo que éstas plantean, cuando especialmente ellos, que se cuentan entre sus principales beneficiarios, saben que la corrupción convergente es un hecho.
No era el oasis: es la omertá, y todo el mundo tiene un papel asignado. Las exclusivas de EL MUNDO no son un ataque a Cataluña, son Virgilio guiando a Dante.
Si La Vanguardia hubiera publicado un asunto de corrupción que afectara al PP, PSC o Ciutadans, o incluso a ERC, nadie la habría acusado de juego sucio y todo el mundo se habría encarnizado con los responsables del partido afectado, aunque es de todos modos un ejercicio de ciencia ficción llegar a pensar que tal cosa pudiera suceder, y no porque dé por sentada la pulcritud de estos partidos, sino porque no se recuerda la última vez que la prensa catalana publicó un reportaje de investigación, ya no sobre la corrupción convergente, sino sobre cualquier otro asunto relevante.
Con una prensa que no investiga, que no pregunta, que sólo obedece y aplaude, ¿qué calidad puede tener una democracia? Puede que Cataluña consiga algún día su independencia, pero con una prensa comprada, ¿cómo puede un pueblo ser libre?.
A EL MUNDO le acusaron de etarra cuando investigó a los GAL; de mezquino cuando destapó los asuntos de corrupción que relacionaban al PP con Gürtel, y ahora de enemigo de Cataluña por publicar lo que, además, todo el país sabe y silencia. EL MUNDO es el único periódico español que no nació como un proyecto ideológico, sino como un proyecto periodístico. No es su derecho incomodar al poder, sino su deber. A los que piensen que EL MUNDO es un periódico cercano al PP, que le pregunten a Rajoy qué piensa de nosotros, o que se lo pregunten al presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González.
Cataluña es mi país y nadie puede darme lecciones ni de catalanismo ni de independentismo. Precisamente por ello conozco a los que se hacen los patriotas y no son más que la zorra que viene a beberse la sangre de la herida. Si no formas parte de la trama, y todavía no tienes el cerebro podrido de propaganda y mentira, cuando escuches que denunciar un asunto de corrupción es atacar a una nación no tiene que quedarte ninguna duda de quiénes son realmente los enemigos de Cataluña.
Salvador Sostres, EL MUNDO 24/11/12