- Entiendo que vuestras bandas de saqueadores padecen síndrome de impunidad, pero mejor que entendáis cuanto antes lo que hay: o bien juicios justos, o bien una vieja nación desperezándose por la insistencia de los mosquitos
Va por ti y por tu clan, autócrata (que te lo resuma alguien, ya sabemos que no aguantas un párrafo entero): reconstruiremos España. Otra vez. Se levantará la libertad postrada. Que seas tan insignificante lo hace todo más doloroso. Verte a ti alanceándonos con Puigdemont no es ni siquiera motivo de compasión, solo de burla. Lo sé. ¿Cuándo y cómo te nos subiste al hombro? Deja, era retórica, lo recuerdo bien. Sigo lamentando que no te largaran de un manotazo electoral, pero una cosa te reconozco, señor del odio: más de siete millones de votantes acudieron a las urnas como hinchas, enfundados en camisetas de rencor con tu cara. ¡Siempre con el equipo, haga lo que haga! Qué bien conoces a tu gente. Los hinchas no están programados para cambiar de equipo. Es más, lo consideran algo imperdonable. Pobres gentes, no saben lo que se pierden. La incapacidad para entender que política y fútbol son contrarios es intelectual, moral y fatal.
Reconstruiremos España, dictadorzuelo, no solo sus instituciones. También los lazos invisibles que has cortado; la verdad fáctica que has prostituido y sin la cual enloqueceríamos; el complejo y sutil entramado de la confianza. ¿Crees que nos tienes tomada la medida? Pues espera. A la sociedad española la han movilizado unas cuantas veces en el último medio siglo, en general para engañarla, para defraudarla. Por eso los «proyectos ilusionantes» ya no funcionan, son palabras vacías. Proyecto ilusionante es proyecto ilusionista. Lo demuestra la experiencia. Esto va en serio, uno no acude al hospital agonizante para que le ofrezcan un proyecto ilusionante, sino para que le salven la vida. España está muy grave por tu culpa, y hay que evitar que muera. Has agravado su estado inventándote que la UCO te quiere asesinar. No tienes remedio, y tu coro menos. Claro que tampoco tenéis futuro. Bueno, sí, un juicio justo. La banda de los cuatro por un lado: tú, Ábalos, Koldo y Cerdán. Tus familiares presuntos por otro. Juicio justo y al olvido. España seguirá y tú serás una desagradable nota a pie de página.
Pero la reconstrucción va a costar, no nos engañemos. Creíamos que algún muro resistía. Qué va, ni uno. Sin miedo, con la esperanza justa para no ser embaucados con más proyectos ilusionistas, nos guiaremos por la nación que queremos para atravesar la putrefacción que dejas. Sobre la nación se levantan las instituciones. Ese fundamento también lo quieren volar tus socios. Y por ahí no. Lee mis labios: no, nunca jamás. Entiendo que vuestras bandas de saqueadores padecen síndrome de impunidad, pero mejor que entendáis cuanto antes lo que hay: o bien juicios justos, o bien una vieja nación desperezándose por la insistencia de los mosquitos. Por eso, autócrata, no deberías jugar a meter miedo, tu comodín favorito después de Franco. Para ti, como para el heroico IBEX, todo se puede comprar y vender. Sería un error imperdonable que confundieras a la sociedad española con eso. (A los hinchas los dejo por inútiles).