Oriol Junqueras esbozó ayer, por primera vez desde que el Govern modificó su plan inicial, una alternativa al referéndum de independencia. El vicepresidente de la Generalitat y líder de ERC avaló una vuelta a la hoja de ruta con la que Junts pel Sí ganó las últimas elecciones y abrió la puerta a una secesión unilateral si el Estado impide la celebración del plebiscito, aún sin convocar.
La declaración de Junqueras sorprendió incluso al independentismo. El líder de ERC fue uno de los dirigentes que acogió con mayor entusiasmo el cambio en la hoja de ruta con el que Carles Puigdemont superó una cuestión de confianza en el Parlament en septiembre de 2016. Desde ese momento, siempre había rechazado elucubrar con alternativas al referéndum.
Los soberanistas están convencidos de que, pese a los evidentes escollos legales y logísticos –que admiten en privado–, si consiguen que el referéndum llegue vivo a septiembre, fecha límite que se ha puesto Puigdemont, situarán a Mariano Rajoy en un brete. Y creen que, en esas circunstancias, tanto si el Gobierno decide actuar con contundencia como si permite una consulta del estilo del 9-N de 2014 habrán obtenido una victoria estratégica.
Pero ayer Junqueras se salió del guión del secretismo con el que Junts pel Sí se maneja desde hace meses. El economista Xavier Sala Martín presentaba un acto público junto al líder de ERC y se mostraba partidario de plantear «un ultimátum» al Estado, en el sentido de que «o hay referéndum o hay independencia». Fue entonces cuando Junqueras recordó: «Eso ya está recogido en el programa electoral de Junts pel Sí, y se llama cláusula de desbloqueo».
Ese programa, que no incluía el referéndum como opción –porque según Artur Mas las elecciones de 2015 eran en sí mismas un «plebiscito»–, decía: «En caso de que el Estado español, mediante decisiones políticas y/o jurídicas, bloquease el autogobierno de Cataluña, el Govern y el Parlament procederán a la proclamación de la independencia y a la aprobación de la Ley de Transitoriedad Jurídica».
Junqueras recordó ayer que la cláusula se introdujo previendo una situación como la que se puede producir en los próximos meses. Y añadió: «En ERC somos partidarios de respetar siempre los compromisos que tenemos».
La advertencia de Junqueras llega en uno de los momentos más bajos de Junts pel Sí como coalición desde las elecciones. A las dificultades del Govern de Puigdemont para lograr uno de sus principales objetivos, el de recabar apoyos internacionales a la causa independentista, se ha unido la publicación de una conversación en el que el número dos del PDeCAT admitía la hipótesis del fracaso del procés y la vuelta del partido al autonomismo. Todo ello, en un ambiente de reproches cruzados entre la nueva Convergència y ERC, que se acusan mutuamente en privado de no hacer todo lo posible para blindar la celebración del referéndum y de flaquear tras las inhabilitaciones y las advertencias de la Justicia española.
En un intento de tapar estas vías de agua, y las que provocó ayer Junqueras, el Govern y los partidos que le dan apoyo trataron de escenificar unidad. El Ejecutivo catalán anunció ayer que improvisará para el próximo viernes, antes de la Diada de Sant Jordi, un «acto unitario» en favor del referéndum de independencia, y la portavoz de la Generalitat, Neus Munté, aseguró que las «discrepancias que puedan existir entre las diferentes formaciones políticas en ningún caso disminuyen la unidad y determinación de este Govern».
El portavoz adjunto de Junts pel Sí en el Parlament, Roger Torrent, también salió al paso de la polémica que había creado Junqueras para asegurar que «el plan A, B, C, D y todos los que puedan venir es referéndum, referéndum y referéndum». Según él, esa votación es «el único objetivo» del Govern.
Esas explicaciones no contentaron a la oposición, que ve al Ejecutivo falto de cohesión y más pendiente de las próximas elecciones autonómicas –de las que los independentistas no quieren hablar en público– que del eventual referéndum. «Hay discrepancias y tensiones, están más preocupados por los resultados de las próximas elecciones que por gobernar», dijo la portavoz del PSC, Eva Granados.
El presidente del PP catalán, Xavier García Albiol, insistió en que la unidad del independentismo está «en descomposición», e invitó a los actuales líderes del procés a «irse a casa» después de unas nuevas elecciones. «No están autorizados ni política ni moralmente para seguir gobernando», zanjó.