EL MUNDO – 09/02/16
· Quiere que todos los tributos que se generen en Cataluña se gestionen en sus 140 oficinas.
El Gobierno de Junts pel Sí quiere que la Hacienda propia sea uno de los «pilares» de la «nueva república catalana», por lo que acelerará su despliegue con la apertura de hasta 140 oficinas y la aprobación de un decreto que mejore su estructura organizativa para llegar a captar todos los tributos que se generen en Cataluña. Objetivos que dependen de la macrocartera que dirige Oriol Junqueras, quien también prevé aumentar la recaudación con nuevos impuestos medioambientales y transformar el Instituto Catalán de Finanzas en un banco de inversión pública «en los próximos meses».
El plan del líder de Esquerra pasa por desplegar paulatinamente la actual Agencia Tributaria de Cataluña –que gestiona únicamente los tributos propios de la Generalitat– con nuevas leyes que permitan «redimensionar» el ente, dotarlo de una nueva estructura y potenciar su actividad. Por ejemplo, la intención es casi triplicar el número de oficinas de atención al cliente que hay ahora (53) y llegar a las 140 planeadas por el anterior Ejecutivo de Artur Mas en un plazo corto de tiempo.
Otro de los retos de Junqueras es crear un consejo fiscal que actúe como interlocutor de todos los agentes implicados y que sirva para resolver las dudas que se generen entre los contribuyentes catalanes y la Administración. Así, la Generalitat prevé un nuevo decreto que mejore la estructura organizativa para darle mayor autonomía y flexibilidad.
El objetivo de Junts pel Sí es recaudar todos los impuestos que se generen en Cataluña, como el cobro de multas o impagos, que ahora la Administración catalana recibe a través del Estado, o el de tributos que ahora ejercen los registradores de la propiedad por medio de un convenio. Una medida que, a su juicio, aportaría a las arcas públicas catalanas entre 22 y 24 millones de euros.
De hecho, las cuentas del líder de Esquerra para los próximos 18 meses se basan en incrementar los ingresos para poder dedicar más recursos al plan de choque social, uno de los requisitos que la CUP ha puesto sobre la mesa en las negociaciones de los presupuestos. En este sentido, Junqueras anunció un plan de eficiencia de gasto y abrió la puerta a crear nuevos impuestos medioambientales incluidos en la ley del cambio climático, la primera norma «de Estado» que aprobará el Ejecutivo de Puigdemont. «Estamos ante un sistema tributario complejo, lleno de contradicciones y francamente mejorable», dijo ayer en el Parlament el consejero de Economía, quien cree que los impuestos de carácter ambiental «son un terreno que seguramente continúa teniendo elementos mejorables». El texto prevé que los coches más contaminantes paguen hasta 84 euros anuales a partir de 2018 para recaudar en total «unos 75 millones de euros al año cuando el tributo esté aplicado plenamente».
Precisamente, el Parlament tiene previsto decidir esta semana si crea las ponencias sobre las tres leyes que el bloque independentista ve claves para avanzar hacia un Estado catalán. En concreto, una de ellas tiene que definir la ley de la futura administración tributaria, y el PP ya ha advertido que la impugnará en caso de que acabe prosperando.
Otro de los propósitos de Junts pel Sí es hacer «frente común» con más partidos –por ejemplo, con la CUP y Catalunya Sí que es Pot, la marca de Podemos en el Parlament– para reclamar una rebaja de las condiciones que el Gobierno central pone a las comunidades por recibir el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA). En concreto, Junqueras denunció que su tipo de interés (0,83%) es «16 veces superior a lo que le cobra el Banco Central Europeo».
En este aspecto, el vicepresidente de la Generalitat volvió a situarse a la defensivay acusó al Ejecutivo de Rajoy de utilizar su responsabilidad de recaudar entre el 90 y el 95% del esfuerzo fiscal que hacen los catalanes para «ejercer presión política» y endurecer las condiciones que impone a Cataluña. También criticó al Gobierno por calcular «a la baja» las previsiones de crecimiento económico y los anticipos que deben recibir las comunidades autónomas. Lo que sí descartó Junqueras fue el impago de una parte de la deuda de la Generalitat, como apuntan desde la CUP.
«No queremos ser un Gobierno autonómico más, queremos poner los cimientos de la nueva república catalana», aseguró Junqueras, vinculando su política económica con la hoja independentista de Junts pel Sí y la CUP.
EL MUNDO – 09/02/16