EL MUNDO 27/11/14
· Los líderes de ERC y CiU pugnan por conducir el futuro del movimiento independentista
Oriol Junqueras se va a tomar su tiempo para responder a la oferta de Artur Mas de convocar elecciones a cambio de conformar una candidatura unitaria independentista. Un día después de que el presidente de la Generalitat anunciara su plan, que según él podría desembocar en un Estado catalán en 2016, los líderes de ERC y CiU mantuvieron un debate de guante blanco en el Parlament en el que sólo quedó claro que ambos aspiran a abanderar el movimiento soberanista.
Son días de cálculo en ERC: el partido no quiere caer en una encerrona como la del 9-N. En aquella ocasión, Mas se desmarcó del formato pactado para hacer una consulta soberanista, pero se valió del apoyo resignado de los republicanos para capitalizar el «proceso participativo» que se inventó como sucedáneo.
Sin embargo, el presidente de la Generalitat ha asumido esta vez en su plan para los próximos meses gran parte de las exigencias de Junqueras. Con una excepción: la de concurrir juntos, y también con representantes de la sociedad civil, a las próximas elecciones autonómicas, que tendrían un cariz plebiscitario. ERC rechaza la idea porque considera que ambas formaciones podrían sumar más diputados por separado, porque recelan de episodios de corrupción relacionados con CiU que aún podrían descubrirse y porque no se fían de los verdaderos objetivos de sus hasta ahora socios.
Por eso ayer enfriaron el debate. La portavoz de ERC, Anna Simó, subrayó que el plan de Mas es un buen punto de partida aunque se puede «mejorar». También emplazó al president a esperar unos días, porque «vendrán más propuestas, y habrá que intentar hacer de todas una».
Se refería a que Junqueras expondrá el próximo martes su hoja de ruta en una conferencia. Y el líder de ERC hizo crecer la expectación durante la sesión de control. Tras afirmar que «el ámbito parlamentario no es el más adecuado para valorar» la oferta, invitó al president a escuchar en directo su plan. «Déjeme mirar la agenda, que yo soy el presidente de la Generalitat», respondió Mas.
En cualquier caso, Junqueras celebró la propuesta de Mas como «un paso adelante» y confió en poder encontrar «la fórmula para maximizar el voto independentista». El líder de CiU se abrió por su parte a retocar su plan: «Si hay otros, hablemos entre todos. No me preocupa si es una lista o no, sino que el resultado sea claro y lo entienda todo el mundo».
Fuentes de CDC dieron por hecho que no habrá grandes movimientos hasta que el martes hable el líder de ERC. Mas y Junqueras se reunirán después de esa fecha, y el portavoz del Govern, Francesc Homs, aclaró que habrá negociaciones con otros actores. «El president quiere construir un planteamiento que tenga el consenso más amplio posible», dijo.
Junqueras no está solo en su rechazo a la lista unitaria, que varios partidos consideran un plan de salvación para Mas y CiU. ICV y la CUP confirmaron ayer en el Parlament que se oponen a la propuesta al considerar que se trata de una apuesta plenamente «personalista».
El líder de ICV, Joan Herrera, lamentó que la hoja de ruta «no es nacional», ya que además de girar sólo en torno a la figura de Mas ignora «la emergencia social» de muchos catalanes. Una postura que también esgrimió la CUP, cuyo diputado Quim Arrufat advirtió que «la independencia no se hace desde un campo de golf. David Fernández, por su parte, cree que la oferta tiene «un punto de perversión política. O lo coges o esto se acaba».
El pleno sirvió también para certificar que ERC ha dejado de apoyar al Govern, en minoría y sin saber cómo aprobar los Presupuestos. Hubo reproches entre republicanos y CiU en dos asuntos: la comisión de investigación del caso Pujol–ERC se quejó del veto a algunas comparecencias– y los sueldos de los funcionarios.