EL MUNDO 18/10/14
· «Hagámoslo de una vez, por favor», pide ante la ambigüedad de Mas con la independencia
La presión que ejerce Convergència sobre Oriol Junqueras para que acepte una candidatura conjunta en unas elecciones en Cataluña que se prevén inminentes está haciendo mella en el líder de Esquerra Republicana; hasta el punto de que Junqueras lloró –o al menos sollozó– ayer en una entrevista radiofónica. «¡Dejemos de hablar y hagámoslo de una vez [la independencia], por favor!», dijo con voz entrecortada.
La maquinaria de presión convergente se ha activado y ya funciona a su máxima potencia. La marcha atrás de Artur Mas con respecto a la consulta de independencia del 9 de noviembre –la ha convertido en un sucedáneo sin censo, sin garantías legales y organizada por voluntarios– ha provocado la ruptura del frente soberanista. El objetivo ahora es salvar la carrera política de Mas con la ayuda de ERC.
El plan quedó claro el martes, cuando el president explicó su renuncia. Tras situar durante meses la fecha del 9 de noviembre como un hito en la historia de Cataluña, ese día le restó toda trascendencia y afirmó que «la consulta definitiva» serán unas elecciones autonómicas, a las que quiere dar un cariz plebiscitario.
Además, el president advirtió a ERC de que o acepta concurrir junto a CDC en esas elecciones –una maniobra que serviría para enmascarar la debacle convergente que auguran todas las encuestas– o intentará agotar la legislatura, para lo que podría contar con el apoyo del PSC.
A la presión de Mas y de su círculo político y mediático se van a unir con seguridad las influyentes Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, que participan de la estrategia convergente pidiendo elecciones y una candidatura «de país», que podría incluir a independientes.
Junqueras dejó ayer claro que no sabe cómo escapar de la envolvente. Consciente de que CDC da largas a su condición para la lista unitaria –que la independencia de Cataluña se proclame «en la primera sesión parlamentaria» tras una eventual victoria de esa candidatura–, advirtió en Catalunya Ràdio contra los subterfugios convergentes: «Eufemismos como el de una declaración sin proclamación o metáforas como la del Estado propio. Esto es agotador. Todos sabemos lo que necesita este país; pues bien, hagámoslo», afirmó.
Con la voz quebrada, el líder de ERC se quejó de las dilaciones de Mas y su equipo: «Lo pido con esperanza y al mismo tiempo también con la angustia del que sabe que perder el tiempo no es bueno. Necesitamos hechos más que palabras».
De momento, Junqueras anunció ayer que el Govern no contará esta vez con su apoyo para aprobar los Presupuestos. ERC pide elecciones inmediatas, pero prefiere que cada uno se presente con sus siglas y se pacte incluir un punto común en el programa. Además, podría poner como condición para la lista única que no fuera Mas quien la encabezara.
Mientras tanto, Josep Antoni Duran Lleida evidenció de nuevo que no está dispuesto a compartir candidatura con los republicanos, por lo que la idea de CDC supondría el fin de CiU. Tras calificar el nuevo 9-N de «vía de escape» para Mas, el líder de Uniò dejó claro su malestar: «Se habla mucho de plebiscitarias y de una lista común con personalidades de la sociedad civil… En CDC dicen que eso ya les va bien. No han consultado nada a Unió. Si hubiera sido al revés, estarían que arden».