EL MUNDO – 21/10/15
· C’s, PSC, Catalunya Sí Que es Pot y PP se unen por primera vez en un manifiesto para denunciar su discriminación en los órganos de la Cámara.
El complicado sistema de elección de los miembros de la Mesa del Parlament va a provocar con toda seguridad que Junts pel Sí imponga una mayoría independentista en el órgano. Es más, si la CUP renuncia al puesto que esa coalición está dispuesta a cederle, cuatro de las siete sillas de la Mesa estarán ocupadas por miembros de la plataforma de Artur Mas y Oriol Junqueras, aunque esa mayoría absoluta no se corresponde con la configuración de la Cámara.
La composición de la Mesa es siempre importante porque constituye la primera criba de cualquier texto parlamentario. Pero ante la convulsa legislatura que está a punto de iniciarse en Cataluña su papel se vuelve crucial: sus miembros decidirán sobre los textos que se tramitan, incluyendo los que sirvan para dar cuerpo a la «desconexión» con España que han anunciado los independentistas.
Se da por hecho que la nueva presidenta de la Cámara será Carme Forcadell, ex líder de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), a propuesta de Junts pel Sí. Sólo un pacto –muy improbable– de todos los demás partidos en torno a un nombre alternativo y una abstención de la CUP podrían evitarlo. Sin embargo, la elección de Forcadell con toda seguridad propiciará, por su perfil de activista, que la CUP no ponga obstáculos.
Con el resto de puestos tampoco hay ya demasiado misterio. El sistema de elección permitirá que Junts pel Sí se asigne también una de las dos vicepresidencias (será para el convergente Lluís Corominas) y dos de las cuatro secretarías (las ocuparán Anna Simó y Ramona Barrufet). Las fuerzas no independentistas deberán conformarse con la vicepresidencia segunda (que será para José María Espejo-Saavedra, de Ciutadans) y las secretarías de David Pérez (PSC) y Joan Josep Nuet (Catalunya Sí que es Pot).
La CUP, cuyos diputados en la anterior legislatura votaron nulo en esta elección (escribieron en las papeletas nombres de personas vinculadas con luchas sociales), ha dicho que esta vez apoya que haya «una Mesa independentista». Aún no está claro si ocuparán la secretaría que Junts pel Sí les ofrece o si dejarán que la coalición que ganó las elecciones ostente por sí sola la mayoría absoluta del órgano. El PP, pese a tener un diputado más que la CUP, se quedará fuera de la Mesa.
El hecho de que Junts pel Sí vaya a tener mayoría absoluta en el órgano rector de la Cámara pese a haberse quedado a seis diputados de lograrla en el Hemiciclo ha encendido las alarmas de los partidos no independentistas. En una iniciativa inédita, C’s, PSC, Catalunya Sí que es Pot y PP suscribieron ayer un «acuerdo por el pluralismo en el Parlament» en el que denuncian la situación.
Esos grupos consideran que «debería primar el criterio de proporcionalidad» en la composición de la Mesa, lo que haría posible que el PP estuviera representado en lugar de la CUP, o que Junts pel Sí no tuviera cuatro representantes en lugar de los tres que le corresponderían si la CUP le cede sus votos.
Según los grupos no independentistas, «los principios de proporcionalidad y de representatividad son la auténtica fuente primaria del derecho parlamentario» y deberían ser preservados para que las minorías políticas puedan expresar su voz.
Los partidos no independentistas aluden tanto al Estatut como al Reglamento de la Cámara y la Constitución española, y reclaman que el cargo de «jefe de la oposición» –que recaerá en la líder de Ciutadans, Inés Arrimadas– sea «visible» en el Hemiciclo «de acuerdo con su relevancia política e institucional». Esta alusión hace referencia a la otra maniobra que Junts pel Sí y la CUP preparan para la constitución del Parlament: quieren ocupar las primeras filas de las dos partes del Hemiciclo, cuando hasta ahora los partidos se han distribuido por bloques, y quieren relegar a las últimas filas a Ciutadans pese a que es la segunda fuerza en el Parlament.
Estos partidos se quejaron también de la elección de Forcadell. El presidente de Ciutadans, Albert Rivera, tildó de «surrealista» el reparto de la Mesa y dijo que la ex líder de la ANC, sin ninguna experiencia parlamentaria, «no es un ejemplo de pluralidad». El resto de la oposición le pidió «imparcialidad» y Forcadell trató de sacudirse las críticas: «Intentaré que el Parlament sea de todos».
Pero Artur Mas parece poco preocupado por las denuncias de la oposición. El presidente de la Generalitat en funciones firmará por fin hoy el decreto de constitución del Parlament. Hasta ese momento no habrá certeza de cuándo tendrá lugar la sesión constitutiva de la Cámara, aunque con casi toda probabilidad Mas apurará los plazos y la convocará para el último día posible: el lunes de la semana que viene.
Esa dilación tiene que ver con las «dificultades» que está encontrando Junts pel Sí para alcanzar un pacto con la CUP, según admitió ayer Neus Munté. Pero la portavoz del Gobierno quiso ser más optimista que el conseller Felip Puig –que el lunes consideró «incompatibles» las exigencias de los anticapitalistas en materia económica y el programa de su partido– y añadió que «no es imposible» que se llegue a un acuerdo, aunque la CUP sigue negándose a investir a Mas.