EL MUNDO – 02/09/16
· Los antisistema creen que las alegaciones de la Mesa del Parlament «legitiman» al Alto Tribunal.
La relación entre Junts pel Sí y la CUP sigue lejos de ser idílica. A los dos grupos les une el objetivo de la independencia de Cataluña, pero les separa todo lo demás. Incluida la estrategia para llegar a esa meta: los antisistema son partidarios de la desobediencia explícita e inmediata, mientras que la coalición electoral entre el Partit Demòcrata Català y ERC continúa preguntándose en qué momento debe empezar el enfrentamiento a campo abierto con las instituciones del Estado.
A 10 días de la celebración de la Diada, y a menos de un mes para que Carles Puigdemont afronte la reválida de la cuestión de confianza convocada para el 28 de septiembre, los dos grupos independentistas del Parlament se encararon ayer por cómo se debe actuar con respecto al Tribunal Constitucional. Los miembros de Junts pel Sí de la Mesa de la Cámara decidieron finalmente presentar alegaciones contra la suspensión de la Comisión de Estudio del Proceso Constituyente, y eso provocó que la CUP les acusara de «legitimar» al Alto Tribunal.
«Junts Pel Sí de nuevo incumple el mandato del 9-N y da legitimidad al TC», dijo Xevi Generó, miembro de la dirección de la CUP, en referencia a la resolución –también suspendida– que proclamaba que el Parlament «no se supeditará» a las «decisiones de las instituciones del Estado español, en particular del Tribunal Constitucional».
El dirigente de los antisistema se lamentó en varios mensajes de que Junts pel Sí «recurra al mismo tribunal que inhabilita, encausa a electos y suspende leyes», y subrayó la incongruencia entre esa decisión y las palabras del diputado de ERC Joan Tardà en el Congreso durante el debate de investidura de Mariano Rajoy: «Ayer oíamos a Joan Tardà diciendo que ‘no tenemos miedo’, hoy sus compañeros en el Parlament recurren al TC».
La CUP considera las alegaciones «una pérdida de tiempo». Según la formación, está claro que el TC va a sentenciar contra cualquier avance del proceso independentista, y hay que obviar sus decisiones.
La Mesa del Parlament –compuesta por cuatro miembros de Junts pel Sí, uno de Ciudadanos, uno del PSC y otro de Catalunya Sí que es Pot– acordó ayer por unanimidad presentar alegaciones ante el TC, si bien C’s y los socialistas subrayaron que no comparten los argumentos esgrimidos.
En el primer día de trabajo de la Mesa tras las vacaciones de verano, el vicepresidente primero del Parlament, Lluís Corominas (Junts pel Sí), explicó que las alegaciones se presentan para «defender los actos propios del Parlament», y añadió para justificarse ante las críticas de la CUP que «no es una novedad, se ha hecho habitualmente».
Tanto C’s como PSC explicaron que han apoyado presentar alegaciones porque así lo había solicitado el TC y porque es una práctica habitual, pero apuntaron que creen que el Parlament sí contravino e incumplió las resoluciones previas cuando aprobó dar el primer paso hacia la secesión.
El PP catalán, que no tiene representantes en la Mesa, discrepó. El partido considera «una contradicción» que se presenten alegaciones, porque según ellos se contravinieron de forma «consciente» las resoluciones del Constitucional.
Junts pel Sí y la CUP también cruzaron advertencias con respecto a la cuestión de confianza y a los presupuestos de la Generalitat para 2017. La diputada antisistema Anna Gabriel afirmó que su grupo sólo se sentará a hablar de las cuentas con Junts pel Sí si Puigdemont demuestra en los próximos días «voluntad de culminar» el proceso independentista. «Si es así, al día siguiente mismo podemos hablar de presupuestos», dijo en una entrevista a Europa Press.
Para la CUP, esa voluntad se demostraría de una manera: «actualizando» la hoja de ruta del Govern para incluir un referéndum unilateral de independencia, que se celebraría el año que viene. El Ejecutivo catalán aún no tiene claro si aceptar esa propuesta.
El voto de los antisistema es crucial para Puigdemont tanto con respecto a la cuestión de confianza como a los presupuestos. Junts pel Sí no tiene mayoría absoluta en el Parlament, y es impensable que, a menos que abandone su plan independentista, reciba el apoyo de algún otro grupo de la Cámara. La CUP ya ha demostrado en dos ocasiones su firmeza: cuando hizo que Artur Mas dimitiera para desbloquear la investidura de un president y cuando tumbó los presupuestos de la Generalitat de 2016.
El presidente catalán respondió a Gabriel que él lleva tiempo comprometido con la independencia de Cataluña. «No ha variado el compromiso de Junts pel Sí, ni del Govern ni el mío en particular», afirmó. Si no logra el apoyo de la Cámara el 28 de septiembre, Puigdemont será destituido y, con gran probabilidad, se convocarán nuevas elecciones.
EL MUNDO – 02/09/16