EL MUNDO 11/07/14
El banco vasco Kutxabank ha perdonado 9,6 millones de euros de intereses acumulados a Unió Democràtica de Catalunya (UDC), según ha podido confirmar EL MUNDO. Se trata, fundamentalmente, de la montaña de intereses de demora de una deuda formalizada por la antigua BBK.
Se trata de compromisos de pago que Unió cumplía desde 1996, el año en que vencieron. Kutxabank sí que exige a la formación política al menos la devolución de cerca de un millón de euros en concepto de principal, y algunos intereses arrastrados.
El Tribunal de Cuentas menciona esta operación en el informe que acaba de remitir al Congreso de los Diputados sin desvelar que se trata de Kutxabank, el banco que preside el ex vicelehendakari del Gobierno vasco con el PNV, Mario Fernández. Este último está considerado un nacionalista vasco moderado.
Según el informe, se trata de una deuda que venció en 1996 y que la formación que lidera Josep Antoni Duran Lleida no ha llegado a pagar nunca. Aunque en aquel año la deuda era de 515.668 euros (un principal de 330.556 euros e intereses acumulados de 185.112), se ha ido disparando a lo largo de casi dos décadas por el impago. Según informó al Tribunal de Cuentas la propia Kutxabank, la deuda arrastrada ya por Unió en 2012 era de 10,09 millones superior a la inicial de 515.668.
Sin embargo, según el informe, la formación logró renegociar en 2013 la bola de nieve financiera, de modo que «la entidad ha procedido a una nueva liquidación en la que reconoce como cuantía adeudada a 31 de marzo de 2013 939.585,75 euros». Un portavoz de Kutxabank aseguró que sobre esta última cantidad existe en marcha un proceso judicial para asegurar el cobro.
El Tribunal incide en que esta cifra son 9,6 millones menos del saldo de deuda comunicado previamente por la entidad. Este organismo dice no tener constancia de que tal acuerdo de perdón de intereses alcanzado entre Unió y Kutxabank se haya elevado a escritura pública ni que, como es preceptivo, se le haya comunicado «en los términos previstos del artículo 4.4 de la Ley Orgánica 8/ 2007», que es el que limita las condonaciones de deuda a los partidos políticos.
Este artículo, reforzado en 2012 por el actual Gobierno, establece: «Los partidos políticos podrán llegar a acuerdos respecto de las condiciones de la deuda que mantengan con entidades de crédito de conformidad con el ordenamiento jurídico. De tales acuerdos se dará cuenta al Tribunal de Cuentas y al Banco de España».
Y añade: «Las condonaciones de deudas a los partidos políticos por parte de las entidades de crédito estarán sujetas al límite de 100.000 euros anuales, para cuyo cálculo se tendrá en cuenta tanto las condiciones del principal de la deuda como de los intereses pactados».
El Tribunal de Cuentas advierte de que «este hecho será objeto de análisis» en su próximo informe de fiscalización de las cuentas de Unió. El que acaba de aprobar es el referido a 2012 y el órgano fiscalizador lo abordará en el de 2013 que es cuando, según Unió, se ha cerrado el acuerdo con la entidad financiera. Kutxabank por su parte alega, según se deduce del informe, que ha procedido a la condonación al reconocer «la notoria diferencia de los tipos de interés en el momento de la formalización y el actual». El préstamo fue formalizado antes de la entrada de España en el euro y, por tanto, de poder beneficiarse de los bajos tipos de interés del Banco Central Europeo.
Con esta renegociación, Duran Lleida se anticipa a la nueva ley de financiación de partidos políticos anunciada públicamente en diciembre de 2013 por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y que prohíbe que la banca condone deuda a los partidos políticos. No obstante, el Gobierno no ha llegado a poner aún en vigor esta nueva legislación.
El secretario de Finanzas de Unió, Antoni Isac, no hace alegaciones a este capítulo del informe en la carta remitida al Tribunal de Cuentas. El pasado año, el propio Isac dio cuenta de otra operación con la Caixa correspondiente a 2011 que él denomina «regularización de intereses de demora» y que supuso el perdón de 489.170,5 euros.
El Tribunal de Cuentas describe la actividad crediticia de Unió como una bola sin fin en la que se piden créditos para amortizar otros anteriores o ampliar los existentes y señala que debería acometer «un plan de saneamiento», dado que recibe el grueso de sus ingresos de subvenciones públicas.
La capacidad del partido para retrasar pagos ofrece otro ejemplo, según el último informe del órgano fiscalizador. Se trata de las obras en la sede del partido por 1,37 millones realizadas por «dos proveedores» en 2007 . Desde ese año, «el saldo permanece prácticamente invariable». Es decir, que siete años después, el partido de Duran Lleida no paga las obras. El Tribunal de Cuentas resalta que los dos proveedores no mencionan que estén reclamando intereses por tamaño retraso en el cobro.