LA RAZÓN, 17/9/12
Adelanta extractos de un libro a poco más de un mes de la campaña electoral. Revela que ETA había llegado a acuerdos con el Gobierno socialista
MADRID-Mentir es malo, pero peor es que te pillen. Arnaldo Otegi va a publicar un nuevo libro-entrevista, con fines electorales por supuesto, pero también de fijación de posturas en el enfrentamiento interno que se produce desde hace meses en el seno del entramado de la banda terrorista. Está harto de estar en la cárcel y aprovecha para pedir perdón a las víctimas, sin condenar ni aborrecer la organización criminal.
Dice el portavoz de Batasuna, que «yo he sido militante de ETA, he practicado la lucha armada durante el franquismo y, por lo tanto, he entendido que existen circunstancias políticas o sociales excepcionales». Puede que este individuo ya perteneciera a la banda durante el anterior régimen, pero la acción criminal por la que fue condenado y cumplió condena se produjo en 1979, en plena democracia (que nunca aceptó), cuando Franco llevaba cuatro años muerto y se había promulgado la amnistía.
En la sentencia 8/89, en el apartado de «hechos probados», se indica que Otegi, en unión de otros etarras, participó en el secuestro del industrial Luis Federico Abaitúa Palacios.
«El día 19 de febrero de 1979, y dando cumplimiento a las consignas y órdenes recibidas de la cúpula de ETA, entonces rama político-militar, participaron en el traslado en automóvil del referido Luis Abaitua, que otros miembros del “comando” habían secuestrado (…) Le condujeron, una vez despojado del reloj y tras taparle los ojos con algodones y gafas oscuras, por diversas calles de la capital alavesa, efectuando paradas y cambios de automóvil», hasta un monte en las proximidades de Elgoibar, «donde tenían preparado un agujero o zulo, excavado en la tierra».
El libro-entrevista pretende, además de un ejercicio de protagonismo que tanto gusta a Otegi, dejar sin argumentos al sector más radicalizado del entramado de ETA que día a día cobra más fuerza y que, al menos de momento, se hace notar con los ataques de «kale borroka».
Según el avance, publicado en la página web de «Gara», el portavoz de Batasuna defiende que la unilateralidad es el factor clave para entender «nuestra apuesta estratégica». Otegi trata de convencer al sector más radical de que no hay otro camino que el preconizado por él y los otros «posibilistas». El prólogo del libro lo ha escrito el irlandés Gerry Adams, presidente del Sinn Féin, que desde hace un par de meses tiene que convivir con un IRA reactivado, disconforme con el «proceso de paz» irlandés.
Con todo, su referencia a las víctimas causadas por ETA, sin condenar ni aborrecer a la propia banda terrorista, es uno de los aspectos más llamativos que, en la lógica búsqueda de su salida de la cárcel en el plazo más breve posible, Otegi ha incluido en el libro-entrevista: «Si en mi condición de portavoz (y hablo en nombre de todos los portavoces de Batasuna) he añadido un ápice de dolor, sufrimiento o humillación a las familias de las víctimas de las acciones armadas de ETA, quiero pedirles desde aquí mis más sinceras disculpas, acompañadas de un “lo siento” de corazón». Mientras estuvo en libertad, no tuvo tiempo.
Otegi realiza su particular interpretación de los hechos recientes en los que ha participado, en particular la negociación con el Gobierno socialista durante las dos anteriores legislaturas, y pretende dejar las cosas en una especie de empate, con una parte de autocrítica y otra de culpa al adversario.
En cualquier caso, fue él, y su inseparable Rufi Echeverría, los que se dieron cuenta de que la estrategia que habían seguido hasta entonces no tenía recorrido, y decidieron adoptar una nueva que, con el PSOE en el poder, les dio tan buenos resultados, al menos en lo que se refiere a la legalización de Bildu y la reactivación del «frente institucional» del entramado etarra.
Compromisos con el PSOE
Revela que, con ocasión de la Conferencia Internacional celebrada en octubre del año pasado en San Sebastián, el Gobierno del PSOE se había comprometido a una serie de pasos, entre ellos algunos que afectaban a los presos enfermos «pero renunció a hacerlo por imposición del candidato Rubalcaba, porque entendía que el proceso de paz le restaba posibilidades electorales al PSOE, del Ebro para abajo».
En prisión e inhabilitado hasta abril de 2016
Otegi permanecerá en prisión, salvo que se le concediese el tercer grado o la libertad condicional, hasta abril de 2016, dado que el Supremo rebajó en mayo de 10 a seis años y medio la condena que impuso la Audiencia al ex portavoz de Batasuna por intentar reconstruir la formación ilegalizada a través de Bateragune. El Alto Tribunal suavizó esa pena al no considerarle dirigente de ETA, como hizo la Audiencia, sino únicamente autor de un delito de pertenencia o integración en organización terrorista. Pero el horizonte judicial de Otegi no está del todo despejado, puesto que es uno de los 40 dirigentes batasunos procesados en el sumario en el que se investigó la supuesta financiación de ETA/Batasuna a través de las herriko tabernas. Se enfrenta a una petición fiscal de 12 años de cárcel por integración en organización terrorista en grado de dirigente. El juicio aún no tiene fecha. Antes del «caso Bateragune», ya fue condenado, en abril de 2006, a 15 meses de prisión y siete años y tres meses de inhabilitación absoluta por el homenaje al etarra fallecido «Argala», celebrado en Arrigorriaga (Vizcaya) el 21 de diciembre de 2003. En este caso, el Supremo confirmó la condena el 22 de junio de 2007.
La condena por inhabilitación también se le impuso en el «caso Bateragune», por lo que tampoco podría presentarse a las elecciones hasta abril de 2016 y, en cualquier caso, estaría a expensas de la suerte que corra en el juicio de Batasuna. El art. 41 del Código Penal es concluyente al incluir entre los efectos de la inhabilitación absoluta la incapacidad «de ser elegido para cargo público durante el tiempo de la condena». Otegi permanece en la cárcel desde octubre de 2009 por el «caso Bateragune». La Audiencia consideró probado que se encargó de cohesionar un frente soberanista que tomase las riendas de una futura negociación con el Gobierno «en plena connivencia y siguiendo las superiores directrices» de ETA.
Gimnasio y libros en la cárcel de Logroño
La vida en la prisión de Logroño del dirigente abertzale no dista mucho de la de cualquier otro preso. Prácticamente, todos los fines de semana recibe visitas de sus familiares y con frecuencia la de su abogada, Jone Goirizelaia. Es a ellos, a su círculo más cercano, a quienes entrega sus mensajes y cartas y a quienes les encarga, por ejemplo, mantener activo y vivo su perfil de Twitter, pues en su celda no dispone ni de ordenador ni de teléfono móvil, por lo que no tiene manera de actualizarlo. Entre sus actividades, pasa mucho tiempo leyendo o escribiendo y acude con cierta asiduidad al gimnasio. Y poco más, pues no realiza ni tareas colectivas ni suele pasear acompañado de otros terroristas o reclusos. Suele hacer todo solo.
LA RAZÓN, 17/9/12