EL CORREO 13/03/13
«Los últimos acontecimientos hacen pensar que la lucha armada forma parte del pasado», dice la letrada al Tribunal de París
La abogada de Garikoitz Aspiazu ‘Txeroki’, Mikel Karrera ‘Ata’ y los otros ocho etarras del aparato militar juzgados en París rechazó ayer la presentación «caricaturesca» de sus defendidos como representantes de «la rama dura, los más extremistas y los más violentos». «La lucha armada forma parte de la historia y los últimos acontecimientos hacen pensar que forma parte del pasado del País Vasco», expuso Amaia Recarte al Tribunal Especial de lo Criminal, que hoy tiene previsto dictar sentencia tras conceder la última palabra a los diez acusados.
En su alegato ante los magistrados profesionales que forman la Corte, Recarte protestó por la «imagen muy peyorativa» brindada a su juicio la víspera por el fiscal general Jean-François Ricard en la petición de penas a los acusados. Solicitó 20 años para ‘Txeroki’, ‘Ata’, Aitzol Iriondo ‘Gurbitz’ y Luis Iruretagoiena ‘Suni’; 18 para Ander Mujika, Oihan Barandalla y Alaitz Aramendi; 14 para Aitzol Etxaburu; diez para Itziar Plaza y ocho para Jurdan Martitegi ‘Arlas’.
La defensora atribuyó a una maniobra de «propaganda» mostrar a ETA «debilitada en momentos claves de su historia» y tratar de quitar credibilidad a la renuncia a la lucha armada, ratificada por ‘Txeroki’ el 18 de febrero al inicio del juicio. «Se puede ser escéptico, prudente y denigrar esa iniciativa, pero está en el corazón de la resolución del conflicto más antiguo de Europa», dijo.
«En Zuba»
En esta línea, Recarte tildó de «fantasma» la tesis de que el atentado fallido en Castellón para marcar el final oficial de la tregua en el verano de 2007, asunto central del juicio, fuera una acción unilateral de la ‘rama dura’ en un pulso interno de los aparatos militar y logístico, dirigidos por ‘Txeroki’ y ‘Ata’, al político, encabezado por Xabier López Peña ‘Thierry’. «Todas las decisiones de importancia, incluida la línea militar, se adoptan en Zuba», argumentó en referencia al órgano colegiado en la cúspide de ETA. «El comité ejecutivo decide, los otros ejecutan», resumió.
La abogada apuntó que una delegación de ETA «ha estado esperando, quizás en Oslo, en vano a los emisarios del Gobierno español» para abordar la agenda técnica de ‘las consecuencias del conflicto’: presos, exiliados, desarme, desmovilización, víctimas… Aseguró que en la actualidad la actividad clandestina de la banda terrorista se limita al robo de coches, la falsificación de documentos y la gestión de los arsenales pero no a la preparación de «actos violentos» ni «operaciones de carácter militar».
La letrada planteó que el auto de procesamiento y el informe fiscal carecen de elementos incriminatorios suficientes para determinar el papel y el grado de implicación de cada uno de los acusados, cuyo silencio a lo largo de todo el procedimiento justificó. «Yo no pido la clemencia ni la amnistía sino que den muestra de mesura en su deliberación», concluyó.