ABC – 19/02/17
· El Vicepresidente Pence tranquiliza a los aliados en la cumbre de Múnich. Acuerdo en los márgenes de la Conferencia para un alto el fuego en el este de Ucrania a partir de mañana.
Con un propósito claro de evitar ambigüedades, tras algunas de las manifestaciones del presidente Trump, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, reafirmó ayer el compromiso «inquebrantable» de su país con sus socios europeos, que reivindicaron por su parte un mejor «multilateralismo». El esperado discurso de Pence para disipar las dudas de sus aliados tuvo lugar en la Conferencia de Seguridad de Múnich, en la que también participó la canciller alemana, Angela Merkel, que por su parte hizo un llamamiento claro a favor de la Unión Europea, la OTAN y la ONU, y en contra de levantar sospechas generalizadas sobre todos los musulmanes.
La Conferencia de Múnich también sirvió para un acuerdo de tregua, desde mañana, en el este de Ucrania.
Europa ya está trabajando conjuntamente con la Administración Trump. La Conferencia de Seguridad de Múnich ha servido para entablar una relación en términos de firmeza y compromiso mutuo en la que la canciller alemana Ángela Merkel, como anfitriona y a la cabeza de la UE, se reunió por primera vez en persona con el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, y le arrancó una declaración pública de lealtad a la OTAN por la que nadie daba mucho antes de empezar la principal cita mundial sobre seguridad y defensa, después de que Trump hubiera declarado la organización «obsoleta».
«Esta es la promesa del presidente Trump: Estaremos junto a Europa, hoy y cada día, porque estamos enlazados por los mismos ideales nobles: libertad, democracia, justicia y el imperio de la ley (…) Tenemos un pasado común y tendremos un futuro común (…) Estados Unidos ha sido fiel a Europa durante generaciones y mantendremos la fidelidad que llevó a nuestros antepasados a sacrificar tanto en defensa de nuestra herencia compartida», dijo Pence, en medio de fuertes presiones rusas por dejar de lado la OTAN y dar lugar a un nuevo orden internacional bipolar en el que Estados Unidos y Rusia lleven la voz cantante.
A cambio, Pence se lleva de Europa el compromiso de un aumento en los esfuerzos y presupuestos en materia de seguridad y defensa, aunque no exento de condiciones. Merkel especificaba en Múnich, por ejemplo, que la gestión de la crisis de los refugiados forma parte de esos esfuerzos, lo que vale también para sus partidas presupuestarias, y no fue la única enmienda a los planteamientos estadounidenses.
Apoyo a los medios
La canciller alemana, de hecho, se tomó la molestia de contestar en su intervención, una por una, las declaraciones con las que el presidente de EE.UU. confunde e inquieta a sus socios europeos desde que llegó a la Casa Blanca. Comenzando por el final, Merkel bromeó, denominando «amigos» a los periodistas, para pasar a recordar, ya muy en serio, que «la libertad de prensa forma parte intrínseca de la democracia» y que «la independencia de la prensa debe ser respetada».
También se refirió a la independencia del Banco Central Europeo al reconocer «un problema de valoración del euro» sobre el que dijo tener «influencia cero» e insistió en que no es justo identificar el islam con el origen del terrorismo, aunque pidió «claras palabras a los líderes religiosos islámicos marcando la frontera entre terrorismo y religión».
Reproches a Rusia
Sobre Siria señaló que «no podemos encogernos de hombros» y sobre Rusia, reprochó a Moscú su «comportamiento inaceptable de los últimos años», advirtiendo a EE.UU. que la UE no puede aceptar ahora el restablecimiento de relaciones amistosas sin condiciones. Su alegato final y más enérgico fue en defensa de las organizaciones internacionales, como la OTAN y la ONU, junto a sus procesos de decisión.
«Estoy convencida de que los retos de nuestro mundo actual superan a cualquier país en solitario, requieren de un esfuerzo común y conjunto, de ahí la necesidad de estructuras internacionales multilaterales de debemos reforzar y hacer más eficientes», justificó, tras consolar a Trump, en su disgusto por encontrar tantos Mercedes Benz en la Quinta Avenida, señalando que «si echa una mirada aquí en la sala y ve la cantidad de iphones y productos de Apple, yo diría que puede estar absolutamente satisfecho».
Pero por encima de esta serie de apreciaciones, la foto de Múnich muestra sintonía trasatlántica, al menos la suficiente sintonía como para que el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, llamase a EE.UU. a no escuchar cantos de sirenas multilaterales y canalizar su política exterior a «relaciones bilaterales pragmáticas» al margen de la OTAN, a la que calificó como «una institución de la Guerra Fría, tanto en la forma de pensar como en el corazón».
Alto el fuego en Ucrania
Lavrov demandó un nuevo «orden mundial justo, quizás un orden postoccidental»… «en el que cada uno defienda sus intereses nacionales». Todo apunta a que esa tensión entre la multilateralidad y el esquema bipolar se solucionará con una reforma de la OTAN e incluso de la ONU, como sugirió ayer su propio secretario general, Antonio Guterres, que admitió que «nuestras estructuras no son los uficientemente eficientes».
Pence, de momento, atiende a todos. Además de la bilateral con Alemania y Rusia mantuvo una reunión con el presidente ucraniano, Poroschenko, que horas antes había comparado a Rusia con la Alemania nazi. Estas reuniones tuvieron como consecuencia la firma de un alto el fuego que debería entrar hoy en vigor y, para terminar de tranquilizar a los europeos, Pence garantizó que «seguiremos pidiendo cuentas a Rusia», aunque con un tono más suave que el dedicado a Daesh y a Irán, al que advirtió que «EE.UU. hará lo necesario para evitar que desarrolle un arma nuclear».
ABC – 19/02/17