Del blog de Santiago González
Marquesa de pacotilla, llamaba la madre de Pablo Iglesias Turrión a Cayetana Alvarez de Toledo y hay calificaciones ante las que es obligado plantarse. No, María Luisa Turrión, la señora Álvarez de Toledo es una marquesa con todas las de la ley. Marqués de pacotilla es su hijo, también llamado marqués de Galapagar. La mera comparación de una con otro revela que los marqueses nacen, no se hacen.
El gran Albert de Paco atinaba en su apreciación: “La madre, ahora la madre. Es como tener en el Congreso a los Bardem”. La crónica es sobradamente conocida, la daremos por sabida. Este macarra de ceñido pantalón ©Joaquín Sabina había respondido a un discurso excelente de la portavoz popular, casi trece minutos impecables con un ritornello imbécil que incluía la invocación ‘señora marquesa’ cada poco. Ellos son así; su ex asesora íntima, Dina Bousselham, que cambia la versión sobre el robo de su móvil y la recuperación de tarjeta cada vez que tiene un juez a mano, a cambio de lo cual fue presumiblemente recompensada con la dirección de un libelo para sacudir a los adversarios de Podemos. Allí colocó un titular memorable para descalificar al ex diputado naranja De Quinto: “Marcos de Quinto, alias ‘el coca-colo’, la vuelve a liar en Twitter”. No es por el alias, sino por el ingenio pedestre que revela.
Voces ha habido, algunas de ellas generalmente razonables, que han afeado a Álvarez de Toledo su recuerdo del padre de Iglesias como terrorista, alusión irreprochable por haber militado en una organización terrorista. Que no participara en ninguno de los asesinatos perpetrados por el FRAP, lo exime de ser tildado de asesino, pero terrorista sí, eso se lo ganó al hacerse miembro del club. El hijo presumía de la militancia de su padre en la banda terrorista y lo hizo por escrito, aunque la pertenencia al FRAP, al GRAPO o a ETA no bastaba para acreditarlo como terrorista. El terrorista era para él Amancio Ortega: “25% de paro y Amancio Ortega tercero en el ranking mundial de ricos. Democracia ¿Dónde? Terrorista ¿Quién?”
Los críticos han reprochado a Cayetana que se centrase en un asunto al parecer irrelevante y con ello le haya perdonado la vida a Marlaska. Vaya por Dios. Ahora que teníamos a punto de caramelo a Ábalos por las maletas de Delsy, a Carmen Calvo por todo lo suyo y al propio presidente Sánchez por el plagio de su tesis, viene la marquesa a distraernos con bobadas.
Al día siguiente, Pablo Iglesias atribuyó a Espinosa de los Monteros la voluntad de dar un golpe de Estado, aunque les falte cuajo para materializarlo. El portavoz de Vox fue la expresión de la dignidad, al irse, aunque todavía alcanzó a oír el último regüeldo de este macarrón: “Cierre al salir, señoría”.
¿Golpistas? Recuérdese que Iglesias visitó al golpista Oriol Junqueras en la cárcel de Lledoners para negociar con él los presupuestos de Sánchez. Ayer mismo su partido pedía la libertad de los verdaderos golpistas suscribiendo el manifiesto “Por la libertad de Jordi Cuixart y Jordi Sànchez y la defensa del ejercicio de los derechos fundamentales”.
Este tipo, Aigor, practica incesantemente la alteridad: acusar a terceros de lo que a él le cuelga de la chepa. Dar la vuelta a su miserable discurso fue un ejercicio de salud pública que realizó Cayetana el miércoles. El jueves contó con el apoyo de esa nulidad que preside la comisión para la reconstrucción económica y social, Patxi López. El otro día al hacerme con las memorias de Woody Allen, ‘A propósito de nada’, me sorprendí pensando cómo era posible que el genio de Allen dedicara un libro a la materia irrelevante que constituye la esencia de Patxi López.