LIBERTAD DIGITAL, 25/11/11
La Audiencia ha ordenado la puesta en libertad del presunto miembro del grupo «Amaiur» de ETA, que comparte nombre con la nueva marca de Batasuna.
Juan Carlos Rekarte Gutiérrez fue juzgado este miércoles por un atentado en 1987 contra la sede de una compañía de seguros en Pamplona en el que murió una mujer de 63 años.
Fuentes penitenciarias han señalado a Efe que Rekarte -para quien la Fiscalía pidió 43 años de prisión por un delito de asesinato, uno de pertenencia a banda armada y otro de estragos- ha abandonado sobre las seis de la tarde el centro penitenciario de Estremera (Madrid).
Su puesta en libertad indica que la sentencia que dictará la Audiencia Nacional acordará la absolución de Rekarte, contra el que pesaba como único indicio la declaración policial de un coimputado -el etarra Bautista Barandalla, condenado por este atentado en 1991 a 40 años de cárcel- que en la vista celebrada este miércoles se retractó de sus manifestaciones anteriores.
En el juicio, Rekarte aseguró al tribunal que no cometió el crimen y que si huyó a México tiempo después del mismo fue porque «tenía miedo» al saber que la Policía le buscaba.
El procesado, que negó pertenecer a ETA, se trasladó a México en 1990 tras un enfrentamiento en Pamplona entre los miembros del grupo «Amaiur» y agentes de la Policía Nacional, pero no fue detenido hasta el 29 de noviembre del año pasado en el país americano, cuyas autoridades lo entregaron un día después a España.
Según la Fiscalía, Rekarte formaba parte del grupo «Amaiur» junto con Barandalla, con el que habría colocado un explosivo el 16 de octubre de 1987 en el edificio de la aseguradora «La Unión y el Fénix», ubicado en el número 5 de la calle Cortés de Navarra, tras haber recibido «la consigna de la cúpula de la organización» de atentar contra intereses franceses en España.
El Ministerio Público añadía en sus conclusiones que ambos prepararon el artefacto, que Barandalla trasladó al lugar de los hechos en una furgoneta, y que lo colocaron tras los barrotes de una ventana de los bajos del edificio con un temporizador y una lata de gasolina.
Tras esperar en las cercanías, al no explotar la bomba, se marcharon después de haber avisado sobre las 03.24 horas del 17 de octubre a la asociación «Ayuda en Carretera» de Navarra, pero la Policía no pudo hallar el artefacto.
La explosión se produjo, finalmente, a las 07.10 horas y causó la muerte «instantánea» de María Cruz Yoldi Orrandre, madre de siete hijos y que en ese momento repartía periódicos con un carrito.
LIBERTAD DIGITAL, 25/11/11