EL CORREO, 9/8/11
Reprocha a Urkullu su insistencia en pedirles que reclamen la disolución de ETA y recuerda que está vigente un alto el fuego
Lejos de atender los llamamientos del resto de partidos para que exija a ETA su disolución definitiva, la izquierda abertzale prefiere reivindicar su protagonismo en la apertura de un «nuevo escenario político» en Euskadi y endosar a los demás la responsabilidad de dar pasos para consolidarlo. Concretamente al PNV, rival directo en las urnas y al que, según algunos sondeos, podría igualar en porcentaje de voto el próximo 20-N. El mundo aglutinado ahora en torno a Bildu es consciente del pulso político que deberá librar con el partido jeltzale y del flaco favor que podría hacer a sus aspiraciones la polémica que rodea a algunas de sus más relevantes figuras públicas, como el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, a quien han llovido las críticas por su negativa a reconocer a las víctimas de ETA.
En ese contexto, la izquierda abertzale trató ayer de colocar la pelota en el tejado del PNV. En una breve nota titulada ‘Ante las declaraciones de Iñigo Urkullu’, el mundo de la antigua Batasuna -el comunicado lleva la firma genérica de la izquierda abertzale- emplazó a la formación peneuvista y, de forma especial, a su presidente a «implicarse de una vez por todas y de forma integral en el proceso abierto en Euskal Herria para la resolución del conflicto político», en lugar de dedicarse a «interpelar» a la izquierda abertzale para que pida a la banda terrorista que cierre la persiana para siempre.
Los autores del texto sugirieron incluso al PNV la ocasión propicia para demostrar esa implicación. «Tiene para ello una gran oportunidad con las elecciones del próximo 20 de noviembre», subrayaron. Se da la circunstancia de que Bildu propuso la semana pasada al PNV y a Aralar conformar una candidatura conjunta al Congreso de los Diputados, un ofrecimiento rechazado sin ambages por Urkullu.
El resto de argumentos inciden en un mismo mensaje, constatar la supuesta «dejación de su propia responsabilidad política» en que habría incurrido el PNV al dedicarse, según dicen, a «interpelar» de forma «constante» a la izquierda abertzale. Es cierto que la exigencia de Urkullu a esa sensibilidad para que rompa con ETA ha sido insistente y firme, sobre todo tras anunciarse el adelanto electoral y ante la posibilidad de que la llegada del PP al poder pudiera suponer la exclusión institucional de Bildu si no se desmarca del terrorismo o si la banda no anuncia antes su final. Pero la izquierda abertzale recalcó ayer que sus «compromisos» e «iniciativas» han resultado «claves» para abrir un «nuevo escenario» y recordó al PNV que ETA ya anunció en enero un alto el fuego y que decidió asimismo poner fin a la extorsión a empresarios.
EL CORREO, 9/8/11