Editorial, EL MUNDO, 5/6/11
EL PASADO 10 de abril, pocos días después de la renuncia de Zapatero a ser candidato y del anuncio de la celebración de primarias, E L MUNDO publicó un sondeo que produjo un enorme impacto ya que reducía la desventaja del PSOE en intención de voto de 16 puntos a tan sólo ocho en poco más de un mes. Ello se producía con cualquiera de los tres posibles candidatos que se perfilaban entonces: Rubalcaba, Chacón y Bono.
¿Qué ha sucedido para que la desventaja respecto al PP haya vuelto a subir a casi 1 4 p untos en menos de un mes? La explicación tiene que ver con el deterioro de la situación económica y el impacto de la fuerte derrota electoral del 22-M, pero sorprende que la designación de un nuevo candidato en el PSOE no haya producido un efecto repunte, como suele ser habitual.
La causa de que no haya existido ese repunte es la enorme decepción que ha supuesto convertir las primarias en un dedazo, lo que ha frustrado las expectativas de contar con un candidato con u n amplio respaldo democrático d entro del PSOE.
El sondeo que publicamos hoy muestra que la valoración personal de Rubalcaba es más alta que la de Rajoy, pero eso no se traduce en intención de voto porque la opinión pública tiene una sensación de fraude y tomadura de pelo. En ese sentido, la respuesta de los encuestados es elocuente: el 71% manifiesta que Rubalcaba ha sido elegido a dedo y sólo el 11% cree que ello es debido a las primarias. Esta es la opinión que predomina también entre los votantes del PSOE: el 59% piensa que ha habido dedazo.
En unas recientes declaraciones en las que se pasaba de listo, Rubalcaba subrayaba que los mismos que dicen que h a habido conspiración contra Zapatero sostienen que ha habido dedazo de Zapatero, lo cual, a su juicio, es incompatible. No lo es, no hay contradicción. La mayoría cree que el dedazo fue fruto de una presión o, peor todavía, de un chantaje mediante la amenaza de u n congreso extraordinario y un alto porcentaje cree también que en esa conspiración que forzó al presidente intervino Rubalcaba.
El ministro y vicepresidente nunca ha querido primarias. Eso no es un secreto. Pero lo que revela la encuesta es que Rubalcaba tenía motivos para recelar de una elección abierta a todos los militantes porque el 35% de los encuestados dice que hubiera votado a Carme Chacón y solamente e l 30% responde que hubiera votado a Rubalcaba. También es cierto que el sondeo refleja que Rubalcaba es el preferido entre los votantes del PSOE, pero sin duda uno y otro dato están condicionados por el desenlace.
Pero el indicio más revelador para corroborar el impacto negativo de que la dirección del partido se haya cargado las primarias, es que el 60% de los votantes al PSOE responde que les hubiera gustado poder elegir entre Chacón y Rubalcaba. Todo ello permite concluir que el PSOE se ha suicidado políticamente al perder su única gran ventaja sobre el PP: la democracia interna a la hora de elegir candidatos.
La celebración de unas elecciones primarias abiertas y en igualdad de condiciones para todos hubiera fortalecido al vencedor, fuera Rubalcaba o Chacón. Pero Zapatero ha sido forzado a abdicar de sus convicciones y el PSOE ya ha empezado a pagar el precio que refleja esta encuesta.
Editorial, EL MUNDO, 5/6/11