ABC – 07/11/14
· La plataforma quiere elecciones antes del 15 de febrero de 2015 para formar un gobierno de concentración. Plantea lograr la independencia en 18 meses.
Para la Asamblea Nacional Catalana (ANC), el simulacro de consulta de este domingo es un puro trámite condenado al fracaso. Sus dirigentes así lo reconocen en las discusiones internas que esta plataforma independentista, en la que Artur Mas confía para organizar las movilizaciones callejeras, ha celebrado en los últimos días. En sus debates internos, como el que tuvo lugar el pasado día 15 de octubre, se refleja el deseo de la entidad de pasar página rápidamente a este «proceso de participación» en el que temen una escasa asistencia, algo que «nos hundiría mucho», pues la ANC decidió finalmente apoyar esta iniciativa, consciente de que no era la consulta pactada inicialmente entre las formaciones soberanistas. Por ello, la entidad apuesta por la inmediata convocatoria de elecciones anticipadas y la formación de un gobierno de concentración de partidos secesionistas. Del debate de los asistentes se desprende la poca confianza que inspira el presidente catalán, al que acusan incluso de instrumentalizar la Asamblea y de arrogarse un movimiento social generado por esta.
Todo ello trasciende a tres días de que se celebre un sucedáneo de consulta, suspendida por el Tribunal Constitucional (TC). El presidente Mas mantiene en activo todo el aparato logístico y hoy reúne a las 50 entidades que forman el Pacto por el Derecho a Decidir, en un último intento de demostración de fuerza.
Escenario posterior
Sin embargo, la Asamblea cuestiona el liderazgo del dirigente de CiU y ya planifica el escenario posterior al 9-N. La ANC ha establecido la hoja de ruta a seguir a partir del próximo lunes. Ésta incluye elecciones anticipadas entre el 14 de diciembre de 2014 y el 15 de febrero de 2015, así como la «formación inmediata» de un gobierno de concentración. En este sentido, la apuesta de la Asamblea es un ejecutivo «de perfil técnico para la gestión
del día a día y del proceso de transición nacional». A continuación, el detallado plan poselectoral de la plataforma presidida por Carme Forcadell incluye el «nombramiento de los líderes políticos como consejeros sin cartera» y «una declaración de soberanía en un plazo no superior a los tres meses desde la constitución del nuevo Parlamento». El siguiente paso consistiría en «notificar al Estado español, a la Unión Europea y a las cancillerías mundiales la voluntad de constituir un nuevo estado» y proponer un proceso de «negociación de la secesión con el Estado español». Durante esta fase transitoria, el nuevo Gobierno de concentración se ocuparía de gestionar los servicios básicos y de crear «las estructuras del estado que faltan».
«Efectos internacionales»
La ANC cuenta también con negociar los «efectos internacionales» de la independencia de Cataluña con la UE y otros países. Finalmente, se elaboraría el borrador de la «Constitución catalana», posiblementemente basado en los trabajos que el magistrado Santiago Vidal ha realizado y que casi le cuesta un expediente por parte del Consejo General del Poder Judicial. Todo ello con la vista puesta en proclamar la independencia «en un plazo de seis a 18 meses».
Sin embargo, del debate entre los asistentes a ese cónclave del 15 de octubre se deduce una enorme desconfianza hacia los partidos políticos, pues les acusan de tener miedo a emprender esos pasos hacia la independencia. «No tienen nada preparado», «no veo que puedan llevar adelante la independencia», comentan dos de los asistentes. De ahí las dudas que surgen sobre el desgaste que la ANC puede sufrir si se implica en una lista «de país» como propone Artur Mas con vistas a unas elecciones plebiscitarias.
En este sentido, los miembros de la ANC sacan pecho y, según Ariadna Benet, «el proceso está en manos de la Asamblea, no hay nadie más en Cataluña. Nosotros somos el grupo de cohesión, es lo que ha pasado en los últimos años». Por su parte, Rosa Planas cree que «Mas ha intentado utilizar a la ANC, yendo solo y dando la imagen de que tiene a su lado a la sociedad civil, a la ANC. No tenemos que permitirlo». Otro de los participantes, Galdrich Peñarroja, abunda en esta cuestión y afirma que «no nos podemos fiar de los políticos, Mas se presenta como el líder de la sociedad civil».
La propia presidenta de la ANC, Carme Forcadell, afirma que «nuestro objetivo es la independencia y todos tenemos que conseguirla. El presidente Mas es una activo, pero sin nuestro apoyo no lo podremos hacer. Nosotros somos decisivos y como tenemos poder debemos poner condiciones, una de las condiciones que debemos poner son las elecciones. Si damos apoyo ayudará a rehacer la unidad de los partidos políticos, no podemos dar esta imagen». Forcadell se refiere a la ruptura de la unidad entre CiU, ERC, ICV y CUP que se produjo cuando el presidente Mas anunció que suspendía la convocatoria de consulta firmada el 27 de septiembre en cumplimiento de la prohibición del TC.
La deseada suspensión
Finalmente, la propia Forcadell no disimula su deseo de que el Gobierno impugnara también el «proceso de participación», como finalmente ocurrió, «porque más gente tendría ganas de participar, nos facilitaría la imagen ante el mundo teniendo más apoyo internacional». Otro de los asistentes dice al respecto que «se debe dar la culpa al Gobierno de lo que ha pasado y pedir plebiscitarias». Pero no hay unanimidad sobre la participación de la ANC en una candidatura unitaria.
ABC – 07/11/14